Segunda ola de Covid-19: lo que no aprendimos de la primera

Aseguran que son necesarias campañas masivas de educación que no solo refuercen las medidas de prevención del coronavirus, sino que resalten la importancia de no abandonar los controles, consultas y tratamientos de las enfermedades crónicas.

Segunda ola de Covid-19: lo que no aprendimos de la primera

Las personas con enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes, al igual que las mayores de 65 años, han sido identificadas como grupos de riesgo ante el Covid-19. Esto significa que no solo tienen más probabilidad de contraer el virus, sino también de sufrir las formas severas de la enfermedad. Por eso, ante el surgimiento en Europa de una segunda ola y la posibilidad de que esta situación se replique en nuestro país, profesionales de la salud argentinos advirtieron que no se han tomado las medidas necesarias para proteger a esta población de mayor riesgo e instaron a no relajar las medidas de prevención.

“En caso de una posible segunda ola de la pandemia en el país estaremos parados exactamente en el mismo lugar. No creo que se modifique en nada. La obesidad es una enfermedad crónica que lleva mucho tiempo”, remarcó el doctor Alberto Cormillot, médico especialista en Nutrición.

“Acá el único que podría intervenir, si tuviera interés, es el Ministerio de Salud. Pero el Ministerio está con la cabeza en otra cosa: está con la cabeza en la vacuna y es lógico”, añadió el especialista, que recordó que tampoco la vacuna permitirá brindar una protección por completo eficaz a las personas con obesidad pues se sabe que en esta población la inmunización contra el SARS-CoV-2 es es menos efectiva”.

“La preparación en el país estuvo enfocada más que nada a aumentar las camas de terapia y los respiradores, aunque nunca se superó el 60% de ocupación. Pero con respecto a la obesidad no se hizo absolutamente nada. En realidad, lo que se hizo fue aumentar la cantidad de personas con sobrepeso”, sentenció Cormillot, quien atribuyó el incremento de peso de la población a la cuarentena extensa, la carga de sedentarismo, la incertidumbre, la tensión, el estrés y los problemas económicos”.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), doctor Alejandro Hershson, opinó que será difícil adaptarnos en menos de un año a una pandemia que se instaló sobre la epidemia de enfermedades crónicas, ya presente desde hace muchos años, y “en el mundo no se han tomado las medidas necesarias para frenarla”.

En ese sentido, apuntó que en los últimos 40 años la prevalencia de obesidad mundial se ha triplicado. “En la Argentina, basados en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, en 2005 teníamos 14% de personas con obesidad, pero en 2018 tuvimos 25%. Mientras que la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud reveló en la edición 2019 que ya hay un 20% de niños y adolescentes de 5 a 17 años que tienen obesidad”, describió Hershson.

El cardiólogo enfatizó que la obesidad se asocia con múltiples comorbilidades: trastornos cardiovasculares, trastornos del funcionamiento físico, trastornos respiratorios, diabetes, dislipemia, enfermedad coronaria. “Solamente tener un índice de masa corporal (IMC) elevado se asocia a menor expectativa de vida. Los pacientes con IMC normal tienen 80% de probabilidades de llegar a los 70 años pero aquellos que tienen IMC de más de 40 tienen 50%  de probabilidad de llegar a esas edad”, resaltó.

No obstante, hizo hincapié en que cuando la persona con obesidad baja de peso, al menos un 5%, y ese descenso logra mantenerlo más de cuatro años, se asocia con beneficios significativos en términos de reducción del riesgo cardiovascular y, por ende, también se reduce su riesgo ante el covid-19. “En pacientes con obesidad y prediabetes, al disminuir el peso baja la probabilidad de desarrollar diabetes a largo plazo”, prosiguió.

Atención paralizada

Uno de los factores que agravó la situación de pacientes con enfermedades crónicas tras el surgimiento del Covid-19 fue la falta de acceso a la atención, los controles y los tratamientos médicos. Ya las distintas sociedad científicas emitieron documentos de posición alertando sobre la drástica reducción de las consultas y expresaron su preocupación. “Las consultas cardiológicas cayeron un 60%, la gente con infartos dejó de consultar, personas con dolor de pecho dejaron de consultar. Mucha gente dejó de tomar la medicación porque se le terminó y no podía salir a buscar la receta. Y la situación se repitió en las distintas especialidades: pediatría, oncología, obesidad, diabetes…”, recordó Hershson, quien consideró que “el mensaje inicial cuando había mucha incertidumbre era ‘quédate en casa’, muy correcto inicialmente pero con el tiempo, cuando se prolongó la cuarentena, debería hacer sido ‘quédate en casa pero si tenés alguna enfermedad crónica, no dejes de consultar’”.

En tanto la doctora Susana Fuentes, especialista en diabetes, apuntó que “sin lugar a dudas estamos mucho mejor parados que en marzo de este año, cuando comienza la pandemia. Tenemos más conocimiento no solamente de las medidas de protección para evitar la propagación del virus sino también de las medidas de protección de los grupos de riesgo”, aunque coincidió con Cormillot en que un gran porcentaje de personas con obesidad y diabetes aumentaron de peso durante la cuarentena. “El aumento de peso tuvo que ver con la mala alimentación y la falta de actividad física”, remarcó.

Soluciones

Respecto de las posibles medidas a adoptar para proteger a la población de riesgo ante una posible segunda ola de covid-19, los especialistas instaron a no relajar las medidas de prevención y a no abandonar los controles, consultas y tratamientos.

Asimismo, Fuentes apostó por “acentuar y trabajar con las personas para mejorar su control glucémico”. “Debemos optimizar el tratamiento y con las herramientas que tenemos llevar al paciente a un estado aceptable de valores de glucemia. Con eso estaríamos haciendo prevención de las complicaciones probables ante una infección. Un paciente con diabetes bien tratado, es un paciente mejor preparado ante una posible infección”, aseguró.

El presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología afirmó que “tenemos que aprovechar este momento con menor cantidad de casos, en verano, para concientizar a la población en lo que hace a una alimentación adecuada y la importancia de la actividad física”.

“Es clave el rol del estado, nacional, provincial y municipal, y es clave el rol de los medios con una comunicación responsable. Los médicos tenemos que hacer docencia con cada uno de nuestros pacientes. Pero los grandes cambios se logran con políticas públicas y con la comunicación a mayor escala”, agregó Hershson.

Por su parte, Cormillot expresó que lo único que se puede hacer en tan poco tiempo es apostar a las campañas de educación. “Una de las cosas que se podrían haber hecho durante el tiempo en que la gente estaba en la casa son programas de televisión enseñando cocina liviana”, sugirió. Como así también es muy importante brindar herramientas para el manejo del estrés, la ansiedad y la alimentación emocional.

De todas formas, insistió en que para combatir la epidemia de obesidad son necesarios cambios profundos vinculados con la composición de los alimentos, el marketing, el etiquetado. “Asuntos que tienen que venir de una voluntad política, que no siempre existe. Es muy difícil tomar decisiones en temas de alimentación si uno no tiene fuerza política atrás y además posibilidades de armar consenso”, finalizó.

Asesoraron: Dr. Alberto Cormillot (M.N. 24.518) - Médico especialista en nutrición y obesidad

Dr. Alejandro Hershson (M.N. 70.268) - Presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (M.N.

Dra. Susana Fuentes (M.N. 92.619) - Médica clínica y diabetóloga

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