Ante la sanción de la Conmebol a Marcelo Gallardo, será Matías Biscay quien esté en el banco ante Boca Juniors en los dos partidos de la final de la Copa Libertadores 2018.
Biscay es íntimo amigo de Gallardo y su hombre de mayor confianza en el nutrido cuerpo técnico del club de Núñez. Se hicieron íntimos amigos en las inferiores y desde allí son inseparables. Cuentan que Gallardo es el que le dijo que hicieran junto el curso de técnico.
"Creo que el funcionamiento del equipo fue bueno y nos queda como positiva la posibilidad de definir (el título) en casa" el 24 de noviembre, comentó Biscay en la conferencia de prensa posterior al partido.
"Parece que vino el FBI (la Oficina Federal de Investigación estadounidense) para que no podamos hablar o tener contacto con Marcelo. Creo que había inhibidores de celulares (teléfonos móviles) en el vestuario", dijo irónico Biscay.
El entrenador dijo que fue Gallardo quien planificó el partido pero que los cambios hechos en el partido fueron decididos por él en la Bombonera junto a otro de sus colaboradores, Hernán Buján. "Tuvimos superioridad en el juego durante el primer tiempo. Fuimos dominadores del juego en la cancha de Boca, lo llevamos a jugar en el campo propio y creamos situaciones de gol. Eso no lo hace cualquiera. Boca es un rival muy difícil", agregó Biscay.
Con 13 años de relación profesional, Biscay acompaña a Gallardo desde su inicio como entrenador, en el Nacional uruguayo, y al igual que lo hará ante Boca, ocupó el lugar del 'Muñeco' en la vuelta de la final de la Copa Libertadores de 2015, cuando River goleó por 3-0 al Tigres mexicano y alzó por tercera vez el máximo trofeo del fútbol continental de clubes tras una espera de 19 años.
Como futbolista, Biscay surgió en las divisiones inferiores de River Plate y luego de su debut como profesional en 1995 solo disputó siete partidos con la banda roja en el pecho, aunque integró la plantilla que al año siguiente logró el segundo título del club en la Copa Libertadores.
Luego de un paso fugaz por Huracán, donde estuvo hasta 1998, la corta carrera del asistente de Gallardo -hijo del ex árbitro Juan Carlos Biscay-, incluyó una temporada en el Lugano suizo y dos en el Compostela español antes de colgar las botines.
Biscay, de 44 años, siempre ha sido amante de la táctica futbolística y hace un culto del perfil bajo. “A mí me gustaba ser jugador, pero siempre me preparé para ser entrenador. Creo que desde chico, porque a mi viejo le gustaba explicar las jugadas y me hizo entender el fútbol desde pibe”, explica su pasión Matías, quien conoce al Muñeco desde que compartían los viajes en la línea 28 de colectivos y el grandote categoría 74 (como el Pollo Buján y el PF César Zinelli, también ayudantes del técnico) custodiaba al pequeño crack dos años menor que él.
“Marcelo es muy calentón y yo trato de bajarlo un poco. Él también quiere la perfección y yo le hago ver que la perfección no existe y que hay otros caminos, que no es todo blanco o negro. Creo que una de sus mayores virtudes es que habla poco y escucha mucho”, explica su función el máximo confidente del entrenador que puede igualar a Ramón Díaz como el más ganador de la historia de River, con nueve títulos.
Hoy sumó su séptimo partido en los que ha reemplazado a Gallardo en los recientes tres años. Al frente del conjunto 'millonario', Biscay está invicto con una marca de cuatro triunfos (3-0 a Tigres en la Libertadores 2015, 2-0 a Rafaela en el Campeonato 2016, 3-0 a Racing en la Superliga 2018 y 2-1 a Gremio en la Libertadores 2018) y tres empates (1-1 con el Juan Aurich peruano y 2-2 frente a Tigres, ambos por la Copa Libertadores de 2015 y el 2-2 en La Bombonera).