Shanghái: un sábado diferente en la plaza

La plaza del Pueblo es un sitio donde los padres ofrecen a sus hijos/as solteros para tratar de unir en matrimonio con “el mejor candidato".

Shanghái: un sábado diferente en la plaza
Shanghái: un sábado diferente en la plaza

Es sábado por la tarde y camino por Shanghái. Al pasar por la Plaza del Pueblo, una de las principales de la ciudad, advierto que el lugar se encuentra atiborrado de personas.

Llama la atención porque estuve ahí hace dos días y no había tanto movimiento. La curiosidad gana y me acerco a ver qué pasa. No termino de entender.

Hay algunos turistas -tan desconcertados como yo- pero en su mayoría son locales que tienen paraguas y carritos donde exponen hojas escritas en chino, algunas con fotos retratos. 

Hago una pausa para descansar: la gente se pasea, lee, habla y sigue de largo. No permiten que les saquen fotos, hacen ademanes para comunicar su negativa. En algunas hojas hay números escritos -parecen teléfonos, medidas o fechas- que sigo sin comprender.

La falta de entendimiento frente a lo que rodea al visitante occidental -lejos de ser un planteamiento metafísico- en China es un sentimiento cotidiano, que una y otra vez vive el viajero.

La cultura es muy diferente y más de una vez, quien está en este país, se encontrará observando una situación e intentando en vano descifrarla. Es así como estoy ahora.

Como si fuera un juego empiezo a adivinar de qué puede tratarse. Quizás son personas que han perdido un ser querido en el estricto régimen chino; quizás es una forma de protesta. Quizás se trata de un "solos y solas", me atrevo a decir a modo de broma.

Decido caminar hasta encontrar a alguien que hable inglés y me ayude a descifrar el misterio. Logro coincidir con un hombre chino que chapucea algunas palabras en la lengua de Shakespeare y me dice que se trata de un Mercado de Matrimonio donde los padres ofrecen a sus hijos solteros.

Señala una de las hojas mientras que cuenta que ésa, por ejemplo, muestra la fecha de nacimiento, la altura, la profesión de la mujer en cuestión y también el perfil de hombre que se busca.

Los padres no la ofrecen al primer postor, sino al mejor. Mi acompañante bromea y pregunta si él podría ser un candidato. Dice su trabajo, su sueldo pero la madre ofrece un rotundo "no" al escuchar la fecha de nacimiento ¡No puede ser un año más joven que la novia!

Y es que las condiciones de lo que se ofrece y lo que se busca están más que claras. ¿Edad? ¿Profesión? ¿Estudios? ¿Sueldo? ¿Tiene auto o departamento propio? ¿Es de Shanghái o de las afueras? ¿Signo del horóscopo chino? Son preguntas y respuestas que hacen y quieren saber ambas partes, con la seriedad del caso.

En la cultura china, el respeto hacia los padres es de suma importancia y contar con un hijo soltero (muchísimos de ellos hijos únicos) pasada una cierta edad, supone una vergüenza social.

Dispuestos a encontrar una solución, es que los padres acuden cada fin de semana a este mercado -para lo que no es requerida la autorización de sus propios hijos- y hasta hay empresas que ofrecen el servicio de representación si los progenitores no pueden acudir.

De pronto, recuerdo un video que vi meses atrás -de aquellos que se esparcen como pólvora en las redes sociales- donde se exponía la presión a la que se enfrentan las mujeres chinas que permanecen solteras al superar los 25 años.

De hecho, existe una palabras para ellas: sheng-nu (mujer sobrante). Ahora la postal de ese sábado por la tarde y esos ancianos con sus paraguas y los currículos de sus hijos tiene un matiz completamente diferente que al llegar.

Vía Whatsapp una amiga define la situación: "Es como un Tinder pero que tus papás tengan la contraseña".

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