Un gimnasta estadounidense de la modalidad de trampolín denunció que su entrenador y médico lo drogó y abusó de él y ha recordado que el #MeToo "no es solo para mujeres".
Andrew Fuller escribió en su cuenta de twitter que él es "una víctima masculina de abusos" y acusa a George Drew, director de los programas de trampolín en la federación estadounidense entre 2015 y 2017.
Todo comenzó cuando Drew reclutó a Fuller para que se fuese a vivir y entrenar con él a Michigan. Tiempo después, cuando intentó denunciarlo se sintió "aún más traumatizado por el sistema" y por "el estigma" de ser una víctima masculina.
athletes are still at Georges house. I pray for their safety. George forced me to call him Dad amp family. I feel bad 4 these athletes. Look how many athletes call him family. pic.twitter.com/fPNaZLfKAf
Según contó Fuller, Drew lo obligaba a ingerir pastillas, lo llamaba "simio" o "retrasado" y lo hacía salir de madrugada en calzoncillos a recoger leña. Además, hacía que lo llamara "papá".
"Me sentía humillado sexualmente", afirmó el gimnasta, que en una ocasión fue drogado y, cuando despertó, se encontró con que había sido tatuado sin su consentimiento.
Fuller relató que abandonó la casa de George Drew después de que una noche lo descubriese masturbándose mientras miraba a otra gimnasta, que estaba inconsciente debido a los medicamentos que le había proporcionado el médico.
metoo is not only for women. I am a male victim of USAGym usagymnastics BranchGym iChampionWomen KristleLowell kristlelowell pic.twitter.com/UxbLSQqYxX
George Drew dejó el cargo en la federación estadounidense el año pasado pero, según denuncia Fuller, aún tiene como huéspedes en su casa a varios deportistas.
Si bien Fuller había denunciado esto en junio, cuando Drew decidió renunciar a su cargo para "enfocarse en su familia", su testimonio tomó fuerza luego de la condena a Larry Nassar.
El exmédico de la selección estadounidense de gimnasia fue condenado a entre 40 y 175 años de cárcel por abusar sexualmente de varias gimnastas, entre ellas la campeona olímpica Simone Biles. Más de 150 mujeres se declararon víctimas de sus abusos.
