Hay una serie de ingredientes que, desde siempre, le han aportado a las Fiestas de Fin de año una cuota de riesgo. Desde las luces del arbolito de navidad –con sus respectivos enchufes- hasta “corchazos” en el ojo, pasando por quemaduras por la manipulación de pirotecnia. Desde las guardias de los hospitales, cada vez que se acerca el fin de año se refuerza la atención; al tiempo que se explayan sobre una serie de recomendaciones a tener en cuenta.
La buena noticia es que en Mendoza, durante los últimos diez años, se ha observado un descenso de internaciones e intervenciones severas o críticas durante las Fiestas en el Hospital Notti, el hospital infantil más importante de la región. Y la decreciente manipulación de pirotecnia en la provincia –este año directamente está prohibida la venta y uso- es uno de los principales motivos que inciden en esta marcada baja.
“Desde hace 10 años que bajaron muchísimos los ingresos en el Hospital Notti en época de Fiestas; casi que no ha habido intervenciones graves. Más que ‘accidentes’, preferimos llamarles lesiones no intencionales, ya que son evitables. Por suerte, este año no se ha autorizado la pirotecnia legal en Mendoza, y es algo importante, aunque desde siempre se ha vendido de forma ilegal o clandestina también”, resumió Luis Llano López, pediatra especializado en terapia intensiva infantil y miembro del comité de medicina interna y de prevención de lesiones de la Sociedad Argentina de Pediatría filial Mendoza, Además, Llano López se desempeña en el comité de emergencias y cuidados del Hospital Notti.
“En el Hospital Notti se ha visto un descenso en las lesiones, han disminuido bastante con las reglamentaciones referidas a la prohibición de la pirotecnia. El año pasado, por ejemplo, no hubo ningún internado por pirotecnia. Y también ha disminuido marcadamente la consulta ambulatoria por lesiones con estos elementos”, acotó a su turno la también pediatra del Notti, Antonella Ruggieri.
No hay pirotecnia segura
Ambos especialistas resaltaron que la pirotecnia es el origen de los más graves accidentes; aunque no son los únicos. “Lo principal a tener en cuenta es que el uso de la pirotecnia causar lesiones irreversibles que afecten la calidad de vida del niño, además del medio ambiente o animales. No hay pirotecnia que sea segura, todos puede generar lesiones. Incluso, las estrellitas -que se presentan como las más ‘inocentes’- también pueden causar lesiones graves”, indicó Ruggieri.
Más allá de la prohibición y de los rigurosos controles y multas para quien comercialice fuegos de artificio y otro material pirotécnico en Mendoza, los especialistas dan por descontado que algo de pirotecnia habrá las noches del 24 y del 31 de diciembre. Entonces, conscientes de esta realidad, se explayaron sobre algunas recomendaciones.
“La premisa principal es que no la manipulen los niños. Pero no es suficiente, ya que cerca de la mitad de los lesionados por pirotecnia son espectadores también. Estadísticamente hablando, la mayoría de los lesionados suelen ser varones, y la edad de mayor riesgo es entre 10 y 15 años, momento cuando empiezan a manipularla”, siguió Ruggieri.
Las zonas más vulnerables a estos daños son la cabeza (40% lesiones son en esta parte del cuerpo), y de las afecciones en esa área, 30% de los siniestros son en los ojos. “Pueden llevar hasta la pérdida del ojo a raíz de la lesión”, destacó la pediatra del Notti, también miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Quemaduras y amputaciones de los miembros superiores -dedos y manos- por la manipulación, de los miembros inferiores (pies) por pisar los productos; y en el sector tronco y los genitales -por guardar artefactos en los bolsillos- son otras de las lesiones más comunes. En ese sentido, es recomendable evitar todos los actos vinculados a estas conductas riesgosas.
“Pero los daños de la pirotecnia van más allá. Todos los años, desde el hospital, hacemos campañas con padres de chicos con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Porque a ellos les afecta mucho la calidad de vida. Son muchas las familias que esas noches se tienen que encerrar en una habitación o en los baños, acompañando a los chicos y las chicas. Es algo realmente muy angustiante”, agregó.
En ese sentido, la primera recomendación de la especialista es no adquirir ni utilizar fuegos de artificio. Sin embargo, y sabiendo que mucha gente los adquirirá de igual manera y pese a las recomendaciones, pidió que quienes los adquieran, lo acopien en lugares frescos, seguros, fuera del alcance de niños y que no queden expuestos al calor. También recomendó no usar recipientes (como botellas o latas) para hacerlos explotar, ya que le agrega un objeto riesgoso más.
“Si no se encendió, no hay que ir a buscarlo. Nunca hay que encenderlo dentro de la casa, ni apuntar a personas, vehículos, animales o instalaciones eléctricas. Si hay una lesión, es fundamental buscar atención inmediata. No hay que enjuagar, no hay que poner agua y es fundamental no retirar nada que haya quedado en el ojo”, concluyó Ruggieri.
Otras intervenciones, otros riesgos
Llano López destacó que entre los “incidentes evitables”, las lesiones por colisiones en la vía pública son otra constante en esta época del año. “Con la pandemia de coronavirus, disminuyeron estos episodios. Pero ahora la gente volvió a la calle y aparecieron. En época de fin de año, la mayoría de los hechos están vinculados con el consumo de alcohol. Entonces, el principal consejo es que si uno toma alcohol, no maneje; y viceversa”, se explayó el especialista.
Las altas temperaturas que envuelven a las fiestas llevan a que muchos mendocinos y mendocinas –con sus hijos e hijas- elijan pasar el 25 de diciembre o el 1 de enero en una casa con pileta, o en espacios públicos circundantes con espejos de agua. Los ahogamientos también se convierten en un riesgo latente cada fin de año
“Según la Organización Mundial de la Salud, 370.000 personas mueren cada año por ahogamiento. La mitad de las víctimas es menor de 25 años, y 90% de los episodios tienen lugar en países estructuralmente pobres. Hay dos picos al momento de analizar la edad de los involucrados. Por un lado, niños de entre 1 y 4 años, quienes están en la etapa más exploratoria de los chicos. Y aunque el ahogamiento es la tercera causa de accidentes entre los niños a nivel mundial –por debajo de las caídas y golpe y las quemaduras con líquidos calientes-, lo que tiene el ahogamiento es la mortalidad. La mitad de los pacientes que se ahogan, fallecen”, resumió el pediatra.
En cuanto a las recomendaciones, sostuvo que todas las piletas tienen que estar cercadas y cerradas perimetralmente, con un cerco de –al menos- 1,30 metros de altura, barras laterales verticales y separadas por no más de 10 cm; y con una única entrada que disponga de un sistema de apertura que no sea posible de abrir por los chicos. “En lo posible, las piletas no tienen que estar en altura, y es fundamental que haya un cuidador a no más de dos metros de distancia del para aquellos que tienen siete u ocho años. En el caso de los adolescentes mayores de 14 años, los ahogamientos suelen darse en cauces naturales (canales y ríos) y suelen estar asociados al uso y abuso de sustancias”, concluyó Llano López sobre el grupo del segundo pico de ahogados.