A 27 años del asesinato de José Luis Cabezas: el crimen que conmovió al país

El homicidio del fotógrafo sigue siendo recordado como un episodio oscuro en la historia argentina que marcó un antes y un después en la lucha por la transparencia, la verdad y la libertad de expresión.

A 27 años del asesinato de José Luis Cabezas: el crimen que conmovió al país
A 27 años del asesinato de José Luis Cabezas: el crimen que conmovió al país.

Hoy se cumplen 27 años del brutal asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas, un crimen que conmocionó al país y que reveló vínculos oscuros entre el poder político, empresarial y criminal de la época. El hecho tuvo lugar en la localidad bonaerense de Pinamar, donde Cabezas fue asesinado por una banda vinculada al empresario postal Alfredo Yabrán.

Un año antes de su trágica muerte, Cabezas logró obtener una fotografía exclusiva de Yabrán, el enigmático dueño de la empresa OCA, durante la cobertura de verano para la revista Noticias. La imagen reveladora fue publicada en marzo de 1996 y desencadenó amenazas y hostigamientos hacia el fotógrafo y su pareja, Cristina Robledo.

La foto que sacó José Luis Cabezas de Yabrán en Pinamar que fue tapa de la revista el 3 de marzo de 1996 (Archivo).
La foto que sacó José Luis Cabezas de Yabrán en Pinamar que fue tapa de la revista el 3 de marzo de 1996 (Archivo).

Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía”, era la frase que por entonces se le atribuía al dueño del emporio postal.

Al conocerse la noticia del asesinato de Cabezas, Eduardo Duhalde afirmó que le habían “tirado un muerto” para trabar su postulación a la presidencia, y en consecuencia, la puja con Menem se profundizó con el avance de la investigación por el asesinato.

El crimen destapó una red de corrupción y complicidades entre el gobierno, políticos y empresarios. El entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, denunció que Yabrán “lideraba una mafia enquistada en el poder”, en una prolongada exposición ante la Cámara de Diputados. En tanto, Duhalde consideraba que Yabrán era “sospechoso” del crimen de Cabezas, y Menem sostenía, en cambio, que el dueño de OCA era “solo un empresario más”.

1996. La foto que hizo José Luis Cabezas de Yabrán y su esposa en el balneario Marbella de Pinamar. Un año después fue asesinado (La Voz/Archivo).
1996. La foto que hizo José Luis Cabezas de Yabrán y su esposa en el balneario Marbella de Pinamar. Un año después fue asesinado (La Voz/Archivo).

La investigación judicial llevó a la detención y procesamiento de Yabrán como instigador del crimen. Sin embargo, el empresario se suicidó en su campo de Entre Ríos, evitando enfrentar la justicia. Gustavo Prellezo, un policía al servicio de Yabrán, fue condenado como uno de los autores materiales del crimen.

Un mes antes del crimen, el policía de la bonaerense Prellezo se reunió con Yabrán en Buenos Aires, en las oficinas que el empresario tenía en Carlos Pellegrini al 1100.

En esa reunión, ´Don Alfredo´ le confió que quería “pasar un verano tranquilo sin fotógrafos ni periodistas”, según lo que el oficial declaró luego ante la Justicia.

EL CRIMEN DE JOSÉ LUIS CABEZAS

El periodista Gabriel Michi, que trabajó con Cabezas, dijo que durante ese verano el objetivo “de máxima” que tenían ese verano era entrevistar a Yabrán.

En ese marco, el 24 de enero de 1997 ambos concurrieron a una fiesta que ofreció en su casa de Pinamar el empresario Oscar Andreani, donde llegaron en un Ford Fiesta de color blanco.

José Luis Cabezas. El fotógrafo asesinado (Archivo).
José Luis Cabezas. El fotógrafo asesinado (Archivo).

A las 4 de la madrugada el periodista se retiró y el fotógrafo lo hizo una hora después, en el vehículo en el que se desplazaban.

A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentro del Ford Fiesta quemado con alcohol metílico, en una cava de las afueras de Pinamar. El cadáver tenía sus manos esposadas y dos proyectiles de un arma calibre 32 alojados en la cavidad craneana.

General Madariaga. Adentro de ese Ford Fiesta apareció el cuerpo sin vida de José Luis Cabezas, con tiros en la cabeza y calcinado (La Voz/Archivo).
General Madariaga. Adentro de ese Ford Fiesta apareció el cuerpo sin vida de José Luis Cabezas, con tiros en la cabeza y calcinado (La Voz/Archivo).

El asesinato del fotógrafo develó vínculos entre el gobierno, políticos y empresarios, y cinco meses después del crimen debió renunciar el entonces ministro de Justicia, Elías Hassan: el funcionario había mantenido más de cien contactos telefónicos con Yabrán, a quien le había otorgado el reparto de la correspondencia de la cartera a su cargo.

La cobertura del caso fue tema excluyente para todos los medios del país y la foto del reportero gráfico, acompañada con la leyenda “No se olviden de Cabezas”, se convirtió en un símbolo de la denuncia contra la impunidad que unió en un mismo reclamo a organizaciones gremiales y organismos de derechos humanos.

YABRÁN SE QUITÓ LA VIDA

Tras varios meses de instrucción, el juez federal de Dolores, José Luis Macchi, procesó y dictó prisión preventiva en mayo de 1989 para Yabrán como instigador del crimen.

Tras permanecer algunos días en condición de prófugo, el empresario postal se suicidó en un campo de su propiedad ubicado en Entre Ríos, donde cuando permanecía oculto.

Antes de ser arrestado, Alfredo Yabrán se suicidó.
Antes de ser arrestado, Alfredo Yabrán se suicidó.

Prellezo, quien estaba al servicio de Yabrán, y un grupo de delincuentes conocidos como “Los Horneros”, fue quien encabezó la autoría material del crimen.

LOS CONDENADOS POR EL CRIMEN DE CABEZAS

El expolicía bonaerense fue condenado a reclusión perpetua en febrero de 2002, pero sólo pasó tras las rejas 13 años pese a que la sentencia fue ratificada en las máximas instancias judiciales de la provincia y del país.

Los otros condenados por el asesinato fueron el expolicía Aníbal Luna (condenado a prisión perpetua y en libertad condicional desde 2017); el exjefe de Seguridad de Yabrán, Gregorio Ríos (condenado a perpetua como instigador del hecho y en libertad condicional desde 2008); y el comisario Mario “La Liebre” Gómez (condenado por liberar la zona en la que ocurrió el crimen, recuperó la libertad en 2006 tras una decisión de la Cámara de Casación bonaerense).

Retrato. José Luis Cabezas junto a su hija Candela, retratadas por el cordobés Guillermo Canton en Palermo, Buenos Aires . Archivo.
Retrato. José Luis Cabezas junto a su hija Candela, retratadas por el cordobés Guillermo Canton en Palermo, Buenos Aires . Archivo.

Además fue sentenciado el policía Sergio Cammaratta, quien murió en el penal de Dolores en 2015, sindicado por la Justicia como responsable de haberle hecho “un seguimiento” a Cabezas cuando trabajaba en Pinamar en el verano de 1997.

De la banda “Los Horneros”, reclutados por Prellezo, fueron desvinculados de la causa José Luis Auge (que recibió condena en el juicio que se hizo en 2004 pero quedó en libertad cuatro años más tarde); y Sergio Gustavo González (sentenciado a prisión perpetua recibió una reducción de la condena y salió de la cárcel en 2006, aunque tiene una causa por drogas radicada en los tribunales de CABA).

Por su parte, también de la banda fue desvinculado de la causa Horacio Braga (quedó en libertad condicional diez años después del crimen, y a mediados de 2018 cumplió su condena con la Justicia), mientras que Miguel Retana, sentenciado a prisión perpetua en 2000, murió por una afección originada por el SIDA en la cárcel un año después.

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