A domicilio: cada vez más argentinos y chilenos venden mercadería local en las calles trasandinas

Como complemento al boom de chilenos en mayoristas mendocinos, hay personas (de Argentina y de Chile) que cruzan la mercadería comprada aquí para revenderla en las calles de Chile, o bien comprada por encargo. En la aduana chilena intensificaron los controles para evitar que los viajeros pasen productos en grandes cantidades (se presume que sería para fines comerciales).

A domicilio: cada vez más argentinos y chilenos venden mercadería local en las calles trasandinas
El boom de compras en los mayoristas locales continúa y a los clientes chilenos su suman muchos mendocinos que llevan mercadería para vender en las calles trasandinas. Foto: Orlando Pelichotti

Hipermercados, supermercados, centros comerciales, estaciones de servicio y hasta almacenes de barrio. La “marea roja” es un fenómeno que no para de crecer en gran parte de Mendoza. Y es que visitantes chilenos aprovechan cualquier día de la semana -con especial foco en viernes, sábado y domingo- para cruzar la cordillera y abastecerse de víveres que cuestan hasta 3 veces menos en Argentina que en Chile. Con solo recorrer algunos de estos comercios o espacios, marea la gran cantidad de patentes trasandinas en los vehículos.

Y si bien este fenómeno no tiene nada de novedoso ya -o, mejor dicho, es parte de las postales normalizadas desde hace semanas-, en los últimos días apareció una nueva tendencia: personas que cruzan a Chile a vender esta misma mercadería que, justamente, se consigue más barata en Mendoza.

En los medios trasandinos proliferan por estos días noticias de argentinos o chilenos que, tras viajar con los baúles llenos desde Mendoza, aprovechan para armar combos y venderlos en las calles santiaguinas a menos de la mitad del precio en que esos mismos productos se consiguen en tiendas chilenas.

“Es algo que ha pasado siempre, de toda la vida. Porque los cigarrillos y la yerba, por ejemplo, son más baratos en Argentina que en Chile. Entonces los chilenos lo compran en Argentina cuando viajan, para tener ellos. Pero lo que se ha agregado ahora es que muchos chilenos y chilenas llevan consigo todo tipo de productos, ya no solo para consumirlos ellos, sino para revenderlos en Chile”, resume a Los Andes una chilena que vive en Mendoza y que, periódicamente, viaja a su país de origen para hacer una diferencia económica revendiendo lo que aquí compró. Sin embargo, como sabe que, en ocasiones, su rutina roza el contrabando, prefiere no dar su nombre.

“Lo que se está llevando ahora la gente en grandes cantidades para vender allá es aceite, fideos, jabón y otros productos. Esas cosas antes no se compraban ni trasladaban desde Argentina, sino que se compraban allá”, agrega la chilena consultada.

En algunos barrios de Santiago, en tanto, los argentinos vendiendo en la calle cajas con té, aceite, y salsa de tomate -entre otras cosas-, en modo vendedores ambulantes, ya son parte del decorado fijo y al que cada vez se acostumbran más los trasandinos.

En el complejo Los Libertadores (el centro chileno dentro del Sistema Integrado Cristo Redentor) los controles aduaneros se han intensificado -con foco en los alimentos y mercadería básica- e, incluso, han hecho algunas variaciones mínimas a los productos permitidos para cruzar.

Envío domicilio

“Lo que tiene que ver con artículos de limpieza siempre ha sido más barato en Argentina que en Chile, por lo que no es parte de este boom actual. De hecho, los tours de compra tradicionales de chilenos a Argentina se enfocaban en esos productos. Porque la cosmética en Argentina siempre ha sido mejor que en Chile”, agrega la mujer chilena que accede a relatar a Los Andes su rutina.

“Pero ahora la gente viene a buscar aceite, fideos y alimentos muy básicos y todo lo que es no perecedero. Comprar todo esto en Argentina es más conveniente que en Chile, por el tipo cambiario y el beneficio para nosotros. Lo que más estoy llevando yo, sobre todo a pedido, son cigarrillos y desodorantes”, agrega la mujer.

Las demoras en Los Libertadores para chilenos que regresan de Mendoza hacia su país también se han incrementado, llegando a superar las 4 o 5 horas en fines de semana.

“Se han intensificado los controles, porque al principio la gente llevaba mercadería en abundancia y la metía escondida en cualquier lado. Entonces ahora se ha puesto más foco en la cantidad que se lleva, no tanto en el monto, sino en la cantidad, para evitar que esa mercadería se esté pasando con fines comerciales”, explica.

En ese sentido, se autoriza -desde la Aduana chilena- a trasladar 3 cartones de cigarrillos por persona y mercadería que sea surtida y que permita deducir que es para uso familiar.

“Ahora ponen más hincapié en la cantidad para las restricciones. Sigue rigiendo el tope de dinero, pero también se fijan que no se ocupe todo ese canon en un solo tipo de mercadería o productos, justamente porque ese límite en dinero se destina para consumo familiar y no para la venta”, agrega.

Ambulantes argentinos

Distintos informes de la televisión chilena han reflejado casos de mendocinos (y argentinos) que viajan directamente a Santiago de Chile para vender en la vía pública mercadería esencial que han cruzado desde Mendoza y por el Paso Internacional Cristo Redentor.

Con sus cajas donde abundan los envases de aceite, de puré y salsa de tomate, así como también de té y otras infusiones, los argentinos ofrecen dos de cualquier producto a “dos lucas” (2.000 pesos chilenos, unos 2,50 dólares).

“Se vienen argentinos a vender productos chilenos. Les compré a ellos buenas cosas de Argentina”, resumió una mujer chilena en declaraciones televisivas. “Como está la inflación, muy alta, no alcanza para comprar en un supermercado. Entonces, uno tiene que ver alternativas”, se explayó otra compradora.

“Uno tiene que buscar la mejor forma de sobrevivir y, si se puede hacer así, como antes se hacía cuando la gente venía de Perú, Tacna, con mercadería. Ahora si se dan las posibilidades de Argentina. Cada quien puede ver su forma”, confirmó otro cliente, todos consultados por la televisión chilena.

Más controles

En la página web de Aduana de Chile se establece qué productos cuadrados dentro de la categoría de mercadería se puede cruzar al país vecino sin declarar (para turistas y nacionales), al tiempo que distingue aquella que debe ser anunciada previamente. En este último grupo grupo se incluyen los productos que vayan a tener fines comerciales (compra – venta).

“Si en tu equipaje llevas artículos de uso personal, ya sean nuevos o usados, y además otras mercancías que por su cantidad no se consideren de carácter comercial (se asume que son para tu consumo o uso y no para ser vendidas), entonces no debes declarar productos ni pagar impuestos porque estarás haciendo uso de la franquicia de viajeros”, destacan en el apartado de la web trasandina.

Además, aclaran a los viajantes que pueden llevar mercaderías que no estén contempladas en la franquicia del viajero, aunque son aquellas las cuales deben ser declaradas y, de exceder lo permitido, por las que se debe pagar los impuestos que correspondan.

En cuanto a los límites, se puede ingresar mercadería sin carácter comercial por hasta 3.000 dólares. En tanto, la mercadería con carácter comercial, el tope es de 1.000 dólares y debe encontrarse facturado y declarado.

Respecto a las restricciones de mercadería que no se puede ingresar a Chile -bajo ningún punto de vista, ni para consumo personal ni con fines comerciales- se destacan la miel y derivados apícolas, las artesanías o productos de origen animal y/o vegetal, las frutas y vegetales y las flores, plantas y semillas.

Tampoco se pueden ingresar carnes (rojas ni blancas si están crudas, congeladas o envasadas al vacío), fiambres ni embutidos al vacío, así como tampoco lácteos o derivados.

Está permitido, por otro lado, el ingreso de productos enlatados, lácteos pasteurizados, quesos maduros (para rallar), huevos cocidos (duros), alimentos para mascota que no contengan harina de carne y o hueso, conservas de frutas, hortalizas, mermeladas, galletas, chocolate y maní.

Si bien esto no ha cambiado en los últimos meses, sí se han intensificado los controles en lo que hace a la cantidad, para intentar asegurarse de que serán para consumo personal y familiar, y no para comercializar. En ese sentido, se permiten hasta 3 litros de aceite por persona.

En cuanto a la carne que se permite ingresar a Chile, solo es aquella que sea de pollo (ave) que se encuentre cocida y no tenga hueso. Si de carne vacuna se trata, también tiene que estar cocida, sin hueso y que no emanen jugos.

Boom de chilenos en Mendoza

Las calles y comercios mendocinos están repletos de ciudadanos trasandinos que vienen a comprar de todo a Mendoza. Y, por fuera de los mayoristas y los productos de primera necesidad, el cuero sigue siendo un gran atractivo para los chilenos.

“A diferencia de lo que ocurría antes -que venían con la calculadora y hacían cuentas en el momento-, ahora entienden mucho más del cambio y hasta tienen valores de referencia o alguien a quien consultar. Entonces se llevan lo que quieren, pero tienen más en claro si les conviene o no el precio”, destaca Matías Torino, de Polkuer (en calle Las Heras).

El comerciante destacó, además, que los precios a nivel dólar han quedado relegados en Mendoza, y es ello lo que hace que estos productos sean más baratos aquí que en Chile. “Llevan mucho ropas de cuero, algún recuerdo y mucho artículos de mate”, destacó el encargado.

“Lo que también es muy llamativo es que llegan acá como rebote de los mayoristas. O sea, los ves llegar con el auto cargado y después de haber hecho compras en los mayoristas y, ya que cruzaron a Mendoza para ello, se llevan productos de cuero”, sintetizó.

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