Como si fueran pocos los inconvenientes que se observan desde los últimos años en algunas especialidades críticas de la medicina, por ejemplo la Pediatría, y que tienen origen en la sobrecarga horaria, guardias eternas y remuneraciones insuficientes, ahora se registra otro hecho que pone en jaque el futuro de la salud pública en Mendoza.
La problemática está relacionada con la creciente cantidad de estudiantes de Medicina que ponen sobreaviso a sus docentes que emigrarán a otros países donde puedan lograr un mejor campo de acción y sueldos más adecuados, entre otros beneficios que hoy la Argentina no ofrece.
Al menos así lo manifestó, en diálogo con Los Andes, la doctora Mariana Arreghini, jefa del departamento de Internación del Hospital Notti y docente del 2do año de Medicina en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
Arreghini, quien se considera pediatra de vocación y dicta la materia Relación Médico-Paciente en esa casa de altos estudios, advirtió que la cifra de estudiantes que anticipa que se irá de la Argentina una vez concluida la carrera de Medicina, “aumenta día a día”. Señala: “Ya no ocultan los motivos ni mucho menos, al contrario, admiten que buscan menos exigencia y complejidad y mejores salarios. Es un dilema que como profesionales y docentes nos causa cierta frustración, sobre todo para quienes, como yo, nos dedicamos a formar a las nuevas generaciones de pediatras y de manera totalmente voluntaria”.
Una elección por vocación
“Es triste saber que muchos jóvenes no aplicarán acá, en el lugar donde estudiaron y se formaron, todo lo que han aprendido. Pareciera ser que tienen otras expectativas, otra cabeza, no están dispuestos a trabajar gran cantidad de horas en un hospital público donde el limitante económico es clave, entre otras dificultades que están a la vista”, agregó la especialista, quien tiene a cargo la residencia de Pediatría del Notti, la más grande de la provincia. No obstante, más allá de lo expuesto, aseguró que no cualquiera puede dedicarse a la atención del niño enfermo.
“Se trata de una elección que es vocación pura, por eso no todos están dispuestos a enfrentarse a un niño que sufre, se debe tener templanza y personalidad. Los niños son indefensos, vulnerables y jamás estaremos preparados para que uno de ellos se vaya antes de tiempo”, amplió. “Hay una parte de la Pediatría que es muy bonita y reconfortante, la salud del niño sano, pero no todo es eso”, agregó.
Ya el año pasado se denunció el vaciamiento en el plantel de recursos humanos del principal hospital pediátrico de la región y uno de los de referencia en el país, el hospital Humberto Notti.
La Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros) advirtió que el Notti está perdiendo profesionales pediátricos y que los servicios están trabajando con menos personal en algunas subespecialidades. Entre las causas esgrimidas aparece la de que los médicos residentes no eligen hacer pediatría o, si lo hacen, emigran al sector privado en busca de mejores salarios.
Fabio Cifuentes, de 28 años, residente de 3er año de Pediatría en el Notti, reconoció que su vocación despertó de muy niño, aunque dijo ser consciente de la sobrecarga laboral, gran cantidad de horas de guardia y sueldos insuficientes para una gran responsabilidad por parte de sus colegas. “Las camas están todas ocupadas y la demanda aumenta, sobre todo en estos días cuando se agudizan los cuadros respiratorios. Los médicos no tenemos descanso y en algunos casos el personal resulta insuficiente, especialmente en las guardias. Imposible tomarse un minuto”, resume.
Para ejemplificar, comentó que la rutina de los residentes tiene horarios muy exigentes: de 7.30 a 16.30, para empalmar con guardias hasta las 8 del día siguiente. Ese ritmo, además de sábados y domingos, lo cumplen a rajatablas los residentes denominados R1, es decir, quienes están en pleno proceso de aprendizaje. Un poco más aliviados, aunque no demasiado, trabajan los R2 y R3, como el caso de Fabio.
“Entiendo el escaso interés de muchos colegas recién egresados porque nuestra profesión está en cierto modo menospreciada y muy mal paga. Solo resisten quienes hacen prevalecer su vocación de servicio por encima del sueldo, que no alcanza los 195 mil pesos mensuales”, sostuvo.
El panorama lleva a muchos médicos de niños a buscar otros trabajos fuera del hospital cuando el tiempo se los permite. “El sector privado es una opción para poder lograr el extra que todos necesitamos en estos tiempos”, dijo, para cerrar: “Hay algo que es destacable entre los residentes del Notti, la camaradería, el buen clima de trabajo y la solidaridad. No es poco en tiempos de crisis en la salud”.
Con más de 10 trabajos de investigación y 30 casos clínicos, residentes pediátricos de diversas disciplinas los residentes en pediatría mendocinos realizaron un nuevo encuentro de intercambio de experiencias y aprendizajes en el Hospital Notti.
“El objetivo principal es formarnos en la organización de proyectos de investigación y casos clínicos, incluyendo los conocimientos y el trabajo interdisciplinario”, explicó la médica María Paula Chini, residente pediátrica de tercer nivel.