Tras un pedido del papa Francisco, el arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, se vio obligado a presentar su renuncia. La misma fue aceptada este lunes por el Pontífice, de acuerdo a lo anunciado hoy en el boletín diario de la Santa Sede.
“El Santo Padre aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis Metropolitana de La Plata (Argentina), presentada por su Excelencia Reverendísima monseñor Gabriel Antonio Mestre”, indicó el boletín vaticano que, como siempre, no explicó el motivo de la renuncia.
Esta suele darse normalmente por una cuestión de edad, ya que al cumplir 75 un obispo debe presentar su renuncia, aunque Mestre tiene 55 años. También suele darse por motivos de salud o por algún escándalo o manejos cuestionables. Mestre explicó en una carta que fue convocado a Roma para hablar de cuestiones ocurridas en Mar del Plata, su anterior diócesis, y que el Papa le pidió que renunciara.
El por entonces arzobispo había sido designado por el papa Francisco el 28 de julio del año pasado en La Plata, la segunda diócesis más importante del país, para reemplazar al hoy cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández, que trajo a Roma para presidir el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Ese nombramiento le había significado una promoción.
Cabe recordar que, anteriormente, Mestre había sido designado por el papa Francisco obispo de Mar del Plata el 18 de julio de 2017, cuando se convirtió en el primer marplatense en ocupar ese cargo. Evidentemente sucedió algo que llevó a que ahora el Papa le pidiera dar un paso al costado, como confirmó en su carta de despedida, difundida este lunes 27 de mayo.
Qué dijo Gabriel Mestre: la crónica entre designaciones y renuncias
“Días atrás, la Santa Sede me convocó a Roma a dialogar sobre algunos aspectos de la diócesis de Mar del Plata luego de mi traslado a la Arquidiócesis de Mar del Plata al ser designado arzobispo metropolitano por el papa Francisco”, escribió Mestre en la carta.
“En la Ciudad Eterna, después de confrontar algunas percepciones distintas con lo acontecido en la diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad, el papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense”, explicó Mestre. Y agregó: “Con profunda paz y total rectitud de conciencia ante Dios por cómo obré, confiando en que la Verdad nos hace libres y con obediencia filial y teologal al Santo Padre, inmediatamente redacté mi renuncia, que fue aceptada y hecha pública el día de hoy”.
En septiembre del año pasado, cuando Mestre asumió como arzobispo de La Plata, el Colegio de Consultores de Mar del Plata eligió como administrador diocesano al Padre Luis Albóniga, que se había desempeñado como su vicario general. El 21 de noviembre, el papa Francisco nombró obispo de Mar del Plata a monseñor José María Baliña, hasta entonces obispo auxiliar de Buenos Aires.
Sin embargo, según informó La Nación, el 13 de diciembre comunicó a la prensa su renuncia al nuevo cargo por problemas de salud, personales y familiares. Dijo que se había “apresurado” en aceptar esta nueva responsabilidad. Luego el Papa designó como obispo a monseñor Gustavo Manuel Larrazábal CMF, que también presentó su renuncia -aceptada por el Papa-, antes de tomar posesión de la sede marplatense.
Para hacerle frente a esta situación de lo más extraña, el papa Francisco el 17 de enero decidió nombrar como administrador apostólico de la diócesis a monseñor Ernesto Giobando, jesuita que es uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. En la carta en la que explicó su renuncia obligada, evidentemente relacionada a todo el desmanejo anterior, Mestre, que había oficiado el Tedéum del 25 de Mayo sin que nadie pudiera anticipar que era su última ceremonia, también se despidió de su grey.
“Hoy dejo de ser el pastor de ustedes. Quiero decirles que he sido muy feliz en estos ocho meses y medio y por eso se los agradezco de corazón. ¡Gracias por hacerme sentir en casa!”, agradeció. “Me duele partir, me duele dejarlos como pastor de esta iglesia particular que peregrina en La Plata, pero estoy seguro de que Dios tiene planes mucho mejores que hoy no puedo terminar de descifrar”, detalló Mestre.
Y concluyó “Los llevaré siempre en mi corazón, rezaré por ustedes y los confío a la protección de la Bienaventurada Virgen María y la intercesión de la Beata Ludovica y el Beato Eduardo Pironio, para que puedan preparar esta nueva etapa en la espera del nuevo pastor que el Señor les regalará a través del querido papa Francisco”.