Ha pasado un mes desde que El Noba, el cantante de cumbia 420, sufrió un accidente con su moto que le quitó la vida. El joven de 25 años estuvo una semana internado en el hospital acompañado de su familia, quienes se habían instalado en el predio del nosocomio con un motorhome para no separarse del cantante.
A un mes de su trágica muerte, su mamá dialogó con TN y expresó el difícil momento que se encuentran atravesando. El joven cantante estaba en su auge y lamentablemente, el 24 de mayo falleció y con él, los corazones de sus familiares.
Cuando ocurrió el accidente, su mamá fue la primera en instalarse al lado de su hijo para darle fuerza. “¿Cómo estoy? Estoy. Trato de estar bien, pero hay días que no consigo tener paz ni tranquilidad. Se me hace pesado, extraño el día a día y cada día que pasa para mí es peor”, comentó a TN.
Vanesa contó que se está haciendo muy duro no contar hasta con los gestos más simples como un mensaje de “Buenos días”. “Me mandaba todos los días o me llamaba. ‘Ma, ¿tomamos mate?’ o ‘¿qué vamos a comer?’, quizás me preguntaba si había ido a trabajar o me avisaba que se había olvidado las llaves. Quizás para la gente es una tontería, pero para mi era mucho y ahora se me hace pesado”.
“Es imposible no llorar, ese dolor en el pecho que tengo no me lo saca nadie. Hay momentos en los que estoy bien, pero a veces no puedo”, señaló.
Además, no solo su familia lo apoyaba en el hospital mientras estaba internado. Sus fanáticos se acercaban todos los días con banderas, carteles y hasta algunos ponían sus canciones bien fuerte con parlantes.
“Le agradezco a la gente el cariño. No puse cuadros ni nada de las cosas que nos regalaron porque me hace mal. Las veo y soy un mar de lágrimas”.
“No caigo, sigo esperando que aparezca por la puerta”, sostuvo y detalló que se pone a escuchar los temas de El Noba: “Es que cuando lo pasan en la radio, lloro. Entonces me pongo su música para acostumbrarme, porque sé que lo voy a escuchar siempre”.
Cuando ocurrió el accidente, su mamá dejó su trabajo de lado para instalarse con su hijo en el hospital. Ahora, la mujer tiene que retomar con su emprendimiento y asegura que a veces no puede. “Hay muchos días en que no puedo, no tengo ganas, no quiero venir. Pero a mi hijo no le gustaría verme así. Por suerte, tanto los de administración como la misma gente son excelentes y me comprenden, no tengo palabras con ellos”.
Vanesa tiene un emprendimiento de pastelería y sigue vigente. La mujer está armando su espacio para dedicarle más tiempo. “De a poco voy armando mi lugar y, cuando esté hecho, veré si sigo con mi trabajo. A mí me gusta mucho mi trabajo, pero tendré que complementar los horarios porque con las redes, la demanda de tortas va a crecer”, subrayó.
