Ella tiene 19 años. Su mascota preferida es un perro de gran porte. Pero la relación con él excedió el cariño común, ya que se descubrió que abusaba sexualmente del animal y no contenta con eso, subía los videos de los actos a las redes sociales.
La joven, que aún no llega a la veintenta de edad, ha sido detenida en Misisipi, Estados Unidos, por presuntamente violar a su mascota, un perro, y publicar los videos con el registro de los hechos en redes sociales y sitios para adultos.
La situación fue reportada a las autoridades por un ciudadano preocupado que detectó los videos. La chica, identificada como Denise Frazier, ya se encuentra bajo custodia de las autoridades estadounidenses, mientras se lleva a cabo la investigación. Si es declarada culpable, podría enfrentar una condena de hasta 10 años en prisión.
Según medios locales, las autoridades han catalogado el acto como “uno de los casos más aberrantes de maltrato animal en los últimos años”. Debido al nivel de gravedad de las imágenes, la investigación ha sido blindada y sólo un grupo reducido de profesionales tienen acceso al material en cuestión.
La detenida habría admitido que cometió el acto, pero habría alegado que fue forzada y amenazada para hacerlo. Al parecer, la mascota era propiedad de la joven y estuvo obligada a mantener prácticas sexuales mientras era grabada.
En Estados Unidos, el último caso de zoofilia se registró a finales del verano pasado en Florida, cuando una pareja abusó sexualmente de su perro durante ocho años y compartió los videos con fines pornográficos. Las autoridades actuaron en consecuencia y los agresores fueron condenados.
En tanto, en 2018, se conoció la estremecedora historia de Pincho, un perro que fue abusado sexualmente desde cachorrito en España, y cuyo salió a la luz luego de una campaña que se viralizó en las redes sociales con el fin de recaudar fondos para su tratamiento médico.
Pincho fue rescatado por una agrupación proteccionista cuando vagaba sin rumbo ni amor por la calle. Los integrantes de la ONG notaron que sangraba en la zona genital, algo que confirmó sus peores sospechas: el anterior dueño se tomaba su tiempo para violar y abusar de “Pincho”. Lo hizo durante cinco años, lo que le causó al animal lesiones crónicas severas.