Falleció el periodista Lorenzo “Enzo” Sartori, durante años una de las firmas más reconocidas del Diario Los Andes y del periodismo mendocino en general. A nuestra casa ingresó en el año 1983 y a partir de ese momento desarrolló una labor que se caracterizó por su manejo minucioso de la información.
Sartori había nacido en Eritrea, país situado al noreste de África, pero su familia, de origen italiano, decidió rápidamente emigrar y tomar como destino a la Argentina. Aquí creció y estudió hasta convertirse en un profesional de alto vuelo dentro de la comunicación social.
Su trayectoria en Los Andes fue intensa. En coincidencia con el renacer democrático, obtuvo un bien ganado lugar en el periodismo político. Se destacó por sus coberturas y también por sus columnas de opinión, que generalmente reflejaban en las ediciones dominicales la interpretación de los hechos más trascendentes ocurridos durante la semana.
Pero si hubo un atributo que lo distinguió siempre fue su predisposición para ayudar con espontaneidad cuando la Redacción se encontraba desbordada. Es que su sencillez como persona y su profesionalidad como periodista lo llevaron siempre a valorar tanto al análisis político más exigente como la cobertura de interés general o de índole policial cotidiana y por lo general imprevista. Jamás perdió su interés por el día a día.
Su nivel cultural fue muy elevado y su capacidad de observación, sin límites. Esos atributos le permitieron volcar en las ediciones de este diario en muchas oportunidades artículos o entrevistas con los que mostró su adaptabilidad a los desafíos imprevistos a los que frecuentemente nos exige nuestra profesión.
Además de sus dotes de gran compañero de trabajo, también sobresalió por su innato y sano humor y su talento espontáneo para graficar en pocos minutos algún hecho cotidiano. “Ya pasó el Enzo…” solíamos comentar en la Redacción cuando en alguna pizarra que los jefes usaban para registrar el trabajo diario aparecía una cómica ilustración que por lo general reflejaba algún hecho doméstico de nuestro ámbito laboral.
Y ese talento gráfico lo condujo a ilustrar muchas veces sus propios artículos, especialmente cuando creó una columna semanal que se llamaba “La caja de Pandora”, como una forma de leer y explicar lo poco conocido de cada hecho.
En esta hora triste y nostálgica de la despedida nos queda recordar a Sartori como siempre fue: una gran persona que demostró que el periodismo se puede ejercer con absoluta seriedad y profesionalidad sin perder el sano respeto y una justa cuota de humor. ¡Hasta siempre y gracias por todo, Enzo!En este medio destacó por sus columnas políticas y la cobertura de la información política de cada día. Su filosa personalidad se expresaba, además de los textos periodísticos, en dibujos y caricaturas que también fueron publicadas en nuestras páginas.
