Con más de dos millones de habitantes, según los datos relevados por el Indec, la población mendocina asciende a 2.014.533 personas. De acuerdo al último censo nacional del año pasado, Guaymallén se mantiene como el departamento más poblado de Mendoza, con más de 320.000 habitantes. Justamente es en el Gran Mendoza donde se concentra la mayor cantidad de población, junto al sureño San Rafael, que superó los 210.000 habitantes.
En la Capital, con 54 kilómetros cuadrados, la densidad de población supera los 2.100 habitantes por kilómetro cuadrado. La gente está concentrada en las 11 secciones de los 12 distritos que posee. La 12° sección es el piedemonte (Oeste capitalino), porción que ocupa prácticamente la mitad del total de la superficie capitalina. Un puñado de puestos de ganado caprino y un par de antiguas estancias componen la escasa población de este lugar, que limita al Norte con el piedemonte de Las Heras y al Sur con el de Godoy Cruz.
Riqueza provincial
Esta característica se repite en toda la geografía provincial: los distritos más extensos son los menos poblados. Si uno observa a Mendoza desde el aire, verá un paisaje donde predomina el color marrón y allí se pueden ver los oasis, sectores del territorio provincial irrigados por los ríos que se alimentan de los deshielos de los Andes. Son los sitios más aptos para vivir en una provincia 95% árida. A la hora de saber cuál es el distrito más grande de Mendoza, no cabe duda de que hay que viajar al Sur mendocino.
Una extensa masa de territorio donde predominan jarillales ocupa el centro sur de Malargüe hasta el límite con La Pampa. El distrito Agua Escondida es el más grande de la provincia, con 18.270 km2, de acuerdo a la información brindada por el flamante intendente Celso Jaque, que ya fue intendente de Malargüe por dos periodos y ex gobernador de la provincia.
La superficie supera en más de 4.000 kilómetros a su departamento vecino, General Alvear, y a los seis departamentos que componen el Gran Mendoza.
Después de Agua Escondida, el ránking de los distritos más grandes lo continúa otro distrito malargüino: Ciudad de Malargüe, que tiene 10.094 km², y Punta del Agua, de San Rafael, con 8.525 km2. Luego vienen Río Grande, en Malargüe; Bowen, en General Alvear; San Pedro del Atuel o Carmensa, también de Alvear; Río Barrancas (Malargüe) y San Miguel en el secano de Lavalle, que tienen entre 6.900 y 5.200 kilómetros cuadrados.
Por lo visto, los cuatro distritos que dividen a Malargüe están entre los más grandes de la provincia. Y lo más importante de estos sitios no es la población. Para ubicarse, en Ciudad de Malargüe es donde se asienta la mayor parte de la población departamental, pero también aquí se ubica en complejo invernal Las Leñas, al Noroeste del distrito.
En Río Barrancas, el saliente director de Turismo de Malargüe, Marcelo Rivarola, comenta que se encuentra La Payunia, esa extensa reserva natural con paisajes que parecen de otro planeta, con más de 800 volcanes, uno de los parques volcánicos con mayor densidad en todo el mundo.
Sobre las actividades económicas, este distrito se destaca por el desarrollo de la ganadería, minas y canteras, además del petróleo. Aquí se encuentra el proyecto Río Colorado, para la explotación de cloruro de potasio, y el proyecto de extracción de petróleo no convencional Vaca Muerta, cuenca compartida con Neuquén y Río Negro.
Río Grande tiene cuatro localidades que concentran la mayor parte de la población: Bardas Blancas, Las Loicas, El Manzano y El Alambrado. Allí, por ejemplo, está el paso internacioal Pehuenche, en el límite con Chile, además de los sitios turísticos más reconocidos y el malogrado proyecto hidroeléctrico de Portezuelo del Viento.
Agua Escondida
Malargüe ya tiene 33.000 habitantes, según el último censo, y Celso Jaque informa que, de acuerdo a sus registros, la densidad de población es de 2,41 habitantes por kilómetro cuadrado en Ciudad de Malargüe. Es de 0,22 en Río Grande; de 0,16 en Río Barrancas y de 0,05 en Agua Escondida, donde viven unas mil familias, distribuidas en parajes y puestos de ganado caprino fundamentalmente.
El distrito más grande de Mendoza comienza al Sur de la Laguna de Llancanelo y el propio Jaque destaca que en Agua Escondida tiene base la planta de hilado Payún Matrú, que tiene como principal objetivo el procesamiento de la fibra de guanaco. Esta iniciativa fue producto de un consorcio constituido por el Conicet, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial, (INTI), la Municipalidad de Malargüe y la Cooperativa Payún Matrú conformada por pequeños productores de la zona. Aquí también está la mina Ethel, para la extracción de manganeso.
La principal localidad es Agua Escondida, que lleva el nombre del distrito y está en el extremo Este de la provincia, prácticamente pegada a La Pampa, a unos 100 kilómetros de Algarrobo del Águila. De hecho, está más cerca de localidades de departamentos vecinos y pampeanas que de la ciudad de Malargüe, ubicada a 180 kilómetros.
Está a 100 kilómetros de Punta del Agua, pueblo de San Rafael; a unos 150 de Carmensa (San Pedro del Atuel), en General Alvear y a 130 kilómetros de Santa Isabel, La Pampa. Y si uno viene desde la Ciudad de Mendoza, conviene viajar hasta Santa Isabel para luego reingresar a la provincia por Algarrobo del Águila, La Humada hasta Agua Escondida, porque el camino consolidado está en mejores condiciones que las otras rutas que tienen bajo mantenimiento.
Con tres hijos, Patricia Rosales de Dubrosky, natural de Agua Escondida, asegura: “El Señor es bueno, nos ha dado un lugar hermoso, pero la verdad es que está un poco olvidado por las autoridades, las distancias son muy largas, muy alejado de las ciudades”.
Para hacer cualquier trámite o recibir atención en un hospital deben recorrer grandes distancias. “La comunicación es deficiente, tenemos dos antenas de telefonía móvil, pero es complicado tener señal. Tenemos dos escuelas, registro civil, Policía, primeros auxilios, es un pueblito muy lindo y lo más atractivo es el paisaje, con una hermosa laguna, un camping y polideportivo. Muy lindo para venir a descansar”, confía Patricia, que junto a su marido Darío son fotógrafos e invitan a visitar este lugar.
También cuenta que la mayoría de los chicos viene de puestos alejados, por eso son escuelas de temporada y la principal actividad es la ganadería caprina. “Nos gustaría que las autoridades pudieran poner un poco más atención en Agua Escondida, especialmente en el mantenimiento de los caminos. Las distancias son muy largas y hay que andar muy despacio debido a que se forman serruchos que dificultan el tránsito, tanto a la gente del pueblito como a los maestros que tienen que viajar desde otros lugares a prestar servicios en las dos escuelas del lugar. También nos gustaría contar con Internet, que es tan importante para el desarrollo de los chicos”, concluye la lugareña.