Después de los acuerdos de París de 2015 se han ido sucediendo otras propuestas tendientes a que, de una vez por todas, la humanidad pueda avanzar sobre las probables soluciones para encontrar vías que detengan el calentamiento global.
El GND (Nuevo Acuerdo Ecológico), es un proyecto actualmente en discusión en la comunidad internacional que incluye, entre otros puntos a desarrollar, algunos que ya habían sido formulados en París, tales como: a) la reducción de GEI (gases de efecto invernadero) a emitir a la atmósfera; b) la reorientación de las inversiones más importantes en energía hacia tecnologías limpias y sustentables como la energía solar y eólica, sin excluir otras que cumplan con esos requisitos, c) respetar explícitamente ciertas condiciones de la transición cuyo objetivo principal es evitar la desocupación masiva y d) asegurar la continuidad del crecimiento económico pero de manera sustentable, es decir salvaguardando el desarrollo normal de la vida en el planeta. Esto ya está siendo apoyado por el presidente electo de EEUU, Joseph R. Biden, quien pedirá acelerar los procesos de modo que se pueda cumplir con los requisitos planteados, lo cual representaría un cambio radical en la política ambiental de la primera potencia mundial, pero, para ello, se necesitará de un GND integral que comprometa a todos los países que integran el mundo actual. Por lo que ya se sabe de Biden, su intención es liderar este proceso. Un cuidadoso equilibrio de la transición significará un notable adelanto de las acciones de mitigación tanto en la disminución de puestos de trabajo en el área de la energía fósil como en la búsqueda, concreción y capacitación de empleos en el área de las energías limpias. Si esto se logra, estarán dadas las condiciones para mantener la seguridad económica y social que es otra de las preocupaciones. Para decirlo en otras palabras, no solucionar una crisis creando una nueva.
No obstante, las reservas fósiles seguirán siendo utilizadas con otros propósitos que no signifiquen la quema para la producción de energía o mover los transportes, por ejemplo, en aplicaciones en industrias químicas, construcción, agricultura o plásticos, por mencionar algunas, que no pueden obtenerse de las energías limpias. Como consecuencia de esto tendremos que ver cuál será la postura china al respecto, debido a go climático en algunos países cuando sus líderes invierten más en armamentos que en forestación, o permiten y/o toleran deforestar bosques siendo estos tan útiles para purificar el aire o por qué no se aplica el impuesto al carbono en todo el mundo como modo de que los contaminadores paguen para que se obtengan los recursos para lograr energías limpias. Los más importantes países de Occidente fueron hasta ahora los principales contaminadores del mundo en función de que son las regiones de mayor desarrollo económico. Al menos, 70% de los GEI se deben a su responsabilidad. Actualmente el esquema ha cambiado con la irrupción de China en el tablero mundial del poder económico industrial, hoy responsable por el 27% de las emisiones globales. Todos estos países son los que deberían contribuir en mayor proporción a producir los cambios necesarios para mejorar la vida del planeta. El ciudadano común debe saber que el brutal crecimiento de la población mundial en los últimos años ha obligado a los países a aumentar la producción de alimentos y medios de subsistencia. De allí se justifica el raleado de bosques y destinar esas tierras a la agricultura o al ganado para dar de comer a la creciente cantidad de bocas, además de crear nueva infraestructura para que esa población pueda vivir normalmente. Esto también debe ser abordado por el GND. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) expresó su preocupación por la degradación y sobreexplotación de suelos y la consecuente menor disponibilidad de agua, la pérdida de biodiversidad, y la contaminación por uso excesivo de agroquímicos y pesticidas. Esto también podría interpretarse como apoyo al Nuevo Acuerdo. Tal vez, el GND podría dar un paso inicial positivo si pudiera rápidamente llegar a consensuar la necesidad de estabilizar la población mundial en los niveles actuales para llegar a 2050 en condiciones de control de emisiones y, de ese modo, parar con la presión creciente sobre los recursos naturales, mantener estables las áreas agrícolas actuales, conservar la disponibilidad del agua dulce y dar inicio a la transición energética. Esperanza para el hombre. que entre ella y los EEUU contaminan 40% del aire del planeta, lo que hará difícil evitar el desacoplamiento entre sus PBI con la emisión de GEI, ya que entre ambos existe hoy una relación directa.
Es obvio que todos los países deben participar del GND hasta poder consensuar una salida sustentable y lograr que haya acuerdos y lo suficientemente corto como para evitar eventos devastadores. Finalmente el acuerdo tendrá que integrar también a la sociedad mundial que por el momento es víctima de las diferencias conceptuales y retóricas entre los ambientalistas y los negacionistas del cambio climático antropogénico, que crean un panorama de incertidumbre y desinformación que hace que gran parte de la ciudadanía no consiga entender claramente qué está aconteciendo con el llamado cambio climático y mucho más en un contexto de crisis global en la cual lo principal es el empleo, la seguridad, y la estabilidad económica y social. Es afirmación es compartida por el reconocido escritor Noam Chomsky (92), (Cambiar o Morir - crisis climática, 2020 Capital Intelectual). Él se pregunta qué tan importante es el riesgo climático en algunos países cuando sus líderes invierten más en armamentos que en forestación, o permiten y/o toleran deforestar bosques siendo estos tan útiles para purificar el aire o por qué no se aplica el impuesto al carbono en todo el mundo como modo de que los contaminadores paguen para que se obtengan los recursos para lograr energías limpias.
Los más importantes países de Occidente fueron hasta ahora los principales contaminadores del mundo en función de que son las regiones de mayor desarrollo económico. Al menos, 70% de los GEI se deben a su responsabilidad. Actualmente el esquema ha cambiado con la irrupción de China en el tablero mundial del poder económico industrial, hoy responsable por el 27% de las emisiones globales. Todos estos países son los que deberían contribuir en mayor proporción a producir los cambios necesarios para mejorar la vida del planeta
El ciudadano común debe saber que el brutal crecimiento de la población mundial en los últimos años ha obligado a los países a aumentar la producción de alimentos y medios de subsistencia. De allí se justifica el raleado de bosques y destinar esas tierras a la agricultura o al ganado para dar de comer a la creciente cantidad de bocas, además de crear nueva infraestructura para que esa población pueda vivir normalmente. Esto también debe ser abordado por el GND.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) expresó su preocupación por la degradación y sobreexplotación de suelos y la consecuente menor disponibilidad de agua, la pérdida de biodiversidad, y la contaminación por uso excesivo de agroquímicos y pesticidas. Esto también podría interpretarse como apoyo al Nuevo Acuerdo.
Tal vez, el GND podría dar un paso inicial positivo si pudiera rápidamente llegar a consensuar la necesidad de estabilizar la población mundial en los niveles actuales para llegar a 2050 en condiciones de control de emisiones y, de ese modo, parar con la presión creciente sobre los recursos naturales, mantener estables las áreas agrícolas actuales, conservar la disponibilidad del agua dulce y dar inicio a la transición energética. Esperanza para el hombre.