Ana Gómez es periodista y tiene parálisis cerebral: “Los políticos se olvidan de la discapacidad”

La joven de Tunuyán dijo en sus redes sociales que no escuchó a ningún político hablar sobre discapacidad. Dijo que su obra social no le reconoce el aparato Tobii 16, un comunicador dinámico como el que usa Esteban Bullrich. “Espero comprar lo que necesito sin pedirle nada a nadie”, se esperanzó.

Ana Gómez es periodista y tiene parálisis cerebral: “Los políticos se olvidan de la discapacidad”
Ana Gómez es de Tunuyán, es periodista y tiene parálisis cerebral

Ana Gómez, “Anita” para todos los que la conocen, tiene parálisis cerebral -específicamente parálisis extrapiramidal de los núcleos de la base del cerebelo—pero eso no le impidió graduarse como comunicadora social en 2021. Pese a todas las barreras que debió sortear a lo largo de sus 26 años, supo salir adelante con gran entereza y hoy es figura clave del diario digital 100 metros.com.ar , relacionado sobre el turismo en el Valle de Uco.

Ana Gómez es periodista y tiene parálisis cerebral.
Ana Gómez es periodista y tiene parálisis cerebral.

En las últimas horas Ana se descargó en las redes contra la burocracia de las obras sociales y apuntó a los políticos. Fue a partir de haber probado una aparatología de última generación denominada Tobii 16. De hecho, el mismo comunicador que utiliza Esteban Bullrich.

Se trata de un comunicador dinámico que sirve para comunicarse de forma eficaz, mediante el seguimiento ocular de la mirada, para aquellas personas que no pueden hablar o tienen dificultades en el habla. Aumenta las posibilidades de interacción y comunicación del usuario, tanto si éste se inicia con pocos pictogramas, como si ya usa el alfabeto. Basta con ir realizando ajustes de acuerdo a las necesidades de cada momento.

“Hace unos días pude probar el Tobii I16 y hasta publiqué una foto en Facebook e Instagram. A partir de eso, algunas personas me han preguntado por qué no lo tengo y otras me han ofrecido ayuda”, sintetizó.

“La verdad –continuó- es que me lo tendría que proveer la obra social, pero todos sabemos que están mal manejadas, lo mismo que nuestro país. La crisis económica afecta a todos, pero los que más sufrimos somos los ciudadanos comunes, los de clase media”, amplió.

Ana tramitó el dispositivo en 2017 y en 2018 aprobaron el expediente, “justo cuando empezó a dispararse el dólar”, relató.

“Quedó cajoneado, me dieron mil vueltas, el expediente pasó por mil oficinas y me reevaluaron. Al final, el año pasado y sin avisarme, dieron de baja al expediente y lo archivaron”, continuó. Su fonaudióloga volvió a evaluarla para elevar un nuevo pedido.

“Pero a este ritmo no sé qué va a pasar. El valor es inalcanzable: 25 mil euros”, dijo.

“La pensión o jubilación apenas alcanza para pasar el mes y eso que en casa trabajamos todos, menos mi hermano menor que tiene 11 años”, sostuvo, para agregar: “Este año hay elecciones y todavía no he escuchado ni una sola propuesta o conversación sobre el tema de discapacidad, lo que me indica que no nos tienen en cuenta”.

“Seguiré luchando y trabajando, volveré a presentar el pedido a la obra social, por más que después de 7 años me anulen el expediente. Seguiré trabajando en mi diario, 100metros.com.ar, con la esperanza de que en algún momento sea tan redituable como para poder ahorrar y comprar por mi cuenta todo lo que necesito sin molestar a nadie”, se esperanzó.

“Espero que el cielo se ilumine y en no mucho tiempo empecemos a tener un país de verdad, una Argentina en serio, políticos que piensen en todos y no solo en ellos o sus partidos. Gracias a todos aquellos que se han comunicado conmigo o con mi papá, pero el costo del aparato supera nuestros presupuestos”, asumió.

Por eso concluyó su texto de este modo: “Lo único que se me ocurre por ahora es que recomienden mi diario, que sea conocido en muchos más lugares, hasta ahora me solvento con anunciantes locales que confiaron en el proyecto a los cuales agradezco infinitamente, espero que tal vez se interesen firmas más grandes y pueda seguir creciendo el proyecto”.

Ana Gómez estudió la tecnicatura en Comunicación Social en IES 9-015 de La Consulta, San Carlos y en 2021, cuando egresó, confesó que fue el logro más importante de su vida.

Ella misma grafica en qué consiste su condición: “Mi cerebro funciona muy bien, pero la información que manda a mi cuerpo, al pasar por el cerebelo, la distorsiona o directamente no llega, por eso no puedo hablar, caminar, mover bien mis miembros. Es como si tuviera un cable cortado que no permite llegar la información”.

Nacida el 5 de noviembre de 1996, posee una memoria prodigiosa y una redacción perfecta.

Oriunda de Tunuyán, se comunica a través de una computadora que transmite verbalmente lo que ella escribe. Fue distinguida y premiada en reiteradas ocasiones. En 2015 por la Junior Chamber International y la Cámara Argentina de Comercio por sus logros, que le dio el pase para la instancia nacional de los premios TOYP 2015 en los que también recibió un galardón. En 2016 la joven fue distinguida por la Cámara de Diputados.

Sobre su vida y sus proyectos, dijo que trata de llevarlos lo más normal posible. “Estudio, trabajo, me gusta divertirme, voy a mis terapias que representan una rutina y la paso muy bien. De verdad, me considero una persona normal pero con actividades diferentes, de hecho no todos somos iguales ni hacemos las mismas cosas”, aclaró en 2021, cuando fue entrevistada por Los Andes.

“Como nací así, no tengo un recuerdo de otra cosa, para mí fue como que era así y nada más. Tal vez cuando era chica cuestioné alguna diferencia con los otros chicos, pero más que nada por cosas que quería hacer y se me complicaban”, dijo.

Con respecto a las limitaciones dijo que cuando uno “tiene una discapacidad severa existen invariablemente barreras arquitectónicas, de transporte, de estudio”, pero por sobre todo, agregó, “hay ignorancia”.

“Las personas le tienen miedo a lo desconocido, a veces pienso que decretan que a ellas no les va tocar, pero no saben qué será cuando sean viejas. Si lo supieran irían acomodando el mundo para pasarla mejor cuando lo necesiten”, reflexionó en aquella oportunidad.

En 2019, su hermano Lucas, nadador profesional, la invitó a participar del Mendocino de Aguas Abiertas. El joven deportista deseaba que su hermana pudiera conocer los lagos y los paisajes que él conocía y compartir la satisfacción que sentía al nadar. Así se le ocurrió que si la llevaba en una balsa iba a lograr que ella pudiera vivir esa experiencia que terminó con broche de oro. Finalmente, se coronaron campeones.

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