Dentro de lo atípico que viene siendo el 2020, el retorno a clases post receso invernal tuvo lugar el lunes en Mendoza dentro de los parámetros de la vigente normalidad. Con un desarrollo plenamente virtual -como se han dictado las clases desde el inicio de la pandemia de coronavirus-, desde la DGE advirtieron que pese al anuncio del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE) referido a la retención de servicios por una serie de incumplimientos del Gobierno (ver aparte); más de 99% de los docentes se conectó para retomar sus funciones. Al tiempo que destacaron que entre los alumnos también hubo una alta participación; aunque destacan que es muy difícil hablar de presentismo en este contexto.
Según indicó la subsecretaria de Educación de la Provincia, Ana Martiarena; lo que queda del ciclo lectivo 2020 está pensado y preparado para que se dicte y desarrolle por plataformas online. No obstante, destacó que -entre otras estrategias- no descartan nuevos soportes de apoyo complementarios. “Está todo montado para que el ciclo 2020 termine de forma virtual. Una de las posibilidades es fortalecer también con contenidos radiales o de televisión. Y cuando llegue el momento se verá si es oportuno reabrir las aulas para determinados grupos; pero siempre escuchando a las autoridades”, detalló la funcionaria.
Si bien Martiarena insistió en que cuentan con todo disponible y dispuesto para continuar con la virtualidad, resaltó que en ese sentido apuntarán a mejorar un poco más los servidores. “Todo ha estado funcionando muy bien desde el primer semestre, y lo que resta por mejorar quizás tiene que ver con que la plataforma soporte más aulas y más material. Si esto se puede combinar con una parte presencial o mixta, ya va a depender de muchos factores”, sostuvo.
El regreso a la presencialidad no es una decisión que corresponda exclusivamente a la DGE; sino que tiene que ver con protocolos de Nación y también del Ministerio de Salud de la Provincia. “De reabrirse las escuelas, creemos que sería mucho más viable para los estudiantes más vulnerables en sus desarrollos pedagógicos, aquellos a quienes no se está llegando bien con la virtualidad”, sostuvo. Además, reforzó -como ya han hecho otros funcionarios de la DGE- que dicho retorno sería escalonado y que no volverían todos los chicos a clases como si no hubiese pasado nada y fuese todo de absoluta normalidad.
Objetivos
Mendoza cuenta con 180.000 alumnos entre los niveles inicial, primario y secundario. De ellos, cerca de 8.000 integran el grupo de “pocos conectados”; es decir, que muestran un incumplimiento de tareas equivalente a más de nueve inasistencias. Sobre este núcleo se ha propuesto trabajar con fuerza el Gobierno.
“En temas de conectividad, hemos ayudado a más de 4.000 estudiantes al finalizar el primer semestre. Pero hay que apoyarlos más, porque no es solo el recurso tecnológico la falencia. Son muchos los motivos que llevan a esta realidad (situaciones familiares, particulares, la falta de tecnología o de conectividad, la vulnerabilidad). Y hay que analizar la situación desde un punto de vista integral; y estamos trabajando en red con los municipios y con los Institutos de Formación Superior para poder darles acompañamiento a los chicos de este núcleo”, se explayó Martiarena. Además.
“Dentro de lo poco bueno que trajo la pandemia -si se puede decir- es que visibilizó a estos estudiantes. Y gracias al GEM, tienen nombre y apellido; y sabemos donde están”, sintetizó.