El sector público de la salud de Mendoza tendrá receta electrónica antes de mediados de año. Al menos así lo han anticipado desde el Ministerio de Salud de la provincia, desde donde esperan anticiparse al plazo impuesto por el DNU presidencial que fijó como fecha límite para la implementación el 1 de julio.
El ministro de Salud de Mendoza, Rodolfo Montero, reconoció en diálogo con Los Andes que se trata de un verdadero desafío, sobre todo para zonas alejadas, pero sin embargo, y pese a que en la provincia hay muchas zonas rurales, consideró que se encuentra más avanzada que otras jurisdicciones.
“Nosotros en Mendoza estamos mejor en ese sentido, porque venimos trabajando en el tema de transformación digital. La prescripción electrónica la tenemos desarrollada, está en periodo de prueba, con lo cual nosotros vamos a largar la prescripción electrónica muy pronto, mucho antes de esa fecha. Ya estamos listos para largarla”, afirmó.
“Que con el objetivo de aumentar la competitividad del mercado debe reformularse la ley de medicamentos y recetas, migrando a la receta electrónica, a los fines de lograr una mayor agilidad de la industria y minimizar costos”, señala el texto del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina. Con ello, modifica las Leyes N° 25.649 y N° 27.553.
El sistema aporta mayor agilidad y seguridad en el expendio de medicamentos, favorece la accesibilidad por parte de los pacientes y mejora la trazabilidad.
Se trata de un cambio fuertemente demandado por organizaciones del sector y que tuvo gran impulso con la pandemia de Covid, cuando debió implementarse “de prepo”. Más o menos rudimentariamente se resolvió como se pudo en ese momento e incluso se aceptaban para el expendio fotos de recetas papel. Esto fue eliminado el año pasado: a fines de diciembre, las fotografías de recetas para comprar medicamentos enviadas por Whatsapp o por correo dejaron de tener validez. Se trató de una estrategia implementada en el marco de la emergencia sanitaria y el aislamiento que se generó con el Covid pero que el Ministerio de Salud de la Nación derogó. Esto dado que por un lado, consideró que habían cambiado las condiciones epidemiológicas y, aunque resultara cómodo, lo que se señalaba es que tal mecanismo atentaba contra la seguridad y control de las prescripciones.
En tanto, algunas obras sociales ya habían avanzado en la utilización de la receta electrónica. Tal es el caso de Pami y Osep que usan este recurso.
Desafío
“La prescripción electrónica está buenísima”, apoyó Montero. Sin embargo consideró: “Yo creo que hay un error en la obligación del plazo, porque el decreto obliga a que el primero de julio del 2024 todo el mundo se adapte, o sea que no exista más el papel, la prescripción en papel, y eso suena muy lindo para la Ciudad de Buenos Aires o para algunas provincias. Para otras es más complejo. Para el Norte, por ejemplo, va a ser más complejo llegar al primero de julio con prescripción electrónica en el 100% de sus consultorios públicos y privados, me refiero a todo”.
Es que una pata sustancial de la implementación es formar parte de una red conectada digitalmente, pero hay lugares en el que el servicio de intranet es deficiente , peor aún, inexistente. Esto se agrava en la ruralidad.
“La complicación es que si vos lo haces obligatorio en un plazo tan chico, vos tenés que garantizar, por ejemplo, que en el centro de salud de Malargüe, perdido en Malargüe, tenga conectividad asegurada para que el paciente se lleve su prescripción. Entonces hay alguna complicación, pero es un avance”, agregó el ministro.
Otro cambio: los genéricos
Por otra parte, el decreto señala que se deberá expresar en todas las recetas o prescripciones médicas el nombre genérico del medicamento o denominación común internacional que se indique, la forma farmacéutica y dosis/unidad y el detalle del grado de concentración. Se trata de indicar el producto por el nombre de su droga y no por su nombre comercial. Se describe que es igual a un medicamento de marca registrada, tanto en la dosis, seguridad, concentración, vía de administración, calidad, rendimiento y uso previsto.
“Frente a la crisis del sistema de salud es imperativo lograr reducciones contundentes en los costos de las prestaciones, lo que en definitiva redundará en un beneficio directo para la población en general”, asegura la disposición gubernamental.
Esta forma de prescripción ya existe aunque se coloca también la marca sugerida.