Si, como suele decirse, los elefantes nunca olvidan -algo comprobado por la ciencia también-, es probable que la elefanta Guillermina no pueda creer entonces la diferencia entre lo que fue su vida antes y después del 12 de mayo de 2022. Y, si bien no hay forma en que lo exprese abiertamente ni de manera manifiesta -porque, además de no olvidar, los elefantes tampoco hablan-, con solo comparar su apariencia física y su estado en aquellos primeros días en el Santuario Global de Elefantes de Mato Grosso (Brasil) con los actuales, es algo que habla solo.
La elefanta asiática hembra de 25 años, quien vivió casi 24 de ellos en el Ecoparque de Mendoza (anteriormente, Zoológico), luce renovada en lo que es su nuevo hogar en medio de la selva brasileña. Y aunque ya no comparte su día a día con su madre Pocha -quien falleció el 8 de octubre del año pasado-, se ha adaptado muy bien a sus nuevas “hermanas”.
Una foto compartida por los trabajadores del Santuario Global de Elefantes en Brasil evidencia, justamente, el antes y después de Guille en esta nueva vida que, aunque no es de libertad, se asemeja a lo que serían sus días en su hábitat natural. Y, por supuesto, es ampliamente superior en calidad a la que llevaba en su foso de cemento y piedras.
LA DIFERENCIA ENTRE LA GUILLERMINA QUE LLEGÓ Y LA ACTUAL
En una publicación compartida en la cuenta de Instagram oficial del Santuario de Elefantes de Brasil (@sanctuary4elephants), compararon dos fotos de la elefanta Guillermina, quien fue trasladada de Mendoza a Brasil en mayo del año pasado. Debajo de cada una de las fotos, además, se lee el año en que fue tomada cada una.
“Las elefantas que llegan al santuario vienen aquí con sus propios problemas. Quizás recuerdes que Guillermina y Pocha llegaron al Santuario de Elefantes de Brasil y tenían mucho que aprender sobre cómo podrían ser sus vidas en este nuevo mundo y lo que significaba estar cerca de otros elefantes. Ambas también eran clínicamente obesas y Guille era quien tenía más peso que perder”, se aclara en la publicación. Y en la imagen se ve la primera foto de Guillermina más corpulenta y con sobrepeso
Esto tiene que ver con que, actualmente, la elefanta tiene más movilidad , precisamente a raíz de que cuenta con más espacio para transitar su día a día, deambular y ejercitarse. Además, se ve que el estado de su piel luce mucho mejor ahora que apenas llegó al santuario.
“Guille todavía tiene algunos problemas con los que lidiar a medida que crece y aprende a salir adelante tras la muerte de Pocha. Ha madurado emocionalmente de manera alentadora, haciéndose amiga de Maia y Bambi (NdA: otras dos elefantas que conviven en el recinto) y aprendiendo gradualmente sobre lo que significa la vida de rebaño. También tiene acceso a una dieta y un hábitat naturales, lo que significa que puede pastar alimentos saludables y tiene diferentes tipos de tierra para recorrer en cualquier momento que quiera”, se explayan los responsables del santuario en la publicación.
En ese sentido, hacen hincapié en que a raíz de su juventud es que lleva una vida físicamente activa y es ello lo que le permiten tener una estructura física más amoniosa y acorde a su edad y situación.
“Como puedes ver aquí, Guillermina alguna vez fue increíblemente redonda. Y ahora ha desarrollado músculos y ha perdido grasa innecesaria. Ahora tiene un peso saludable, quizás por primera vez en su vida adulta. Su rostro ha adelgazado y parece transformada”, especifican.
“Se está adaptando a sí misma y superando sus desafíos emocionales, cosas que suceden naturalmente en el santuario después de un tiempo”, concluyen.
LA NUEVA VIDA DE GUILLERMINA
Entre agosto y septiembre, la región del Mato Grosso donde se encuentra el Santuario Global de Elefantes atraviesa uno de los momentos más calurosos del año. Esto mismo es lo que lleva a Guillermina –y a sus compañeras- a estar más bien quietas mientras el calor más agobia.
Por esto mismo entonces, y según resaltó el director del Santuario Global de Elefante Scott Blais a Los Andes hace unos meses, es que en esta época del año tanto Guille como sus compañeras llevan una vida más noctámbula (y que incluye juegos y chapoteos en los estanques). En contrapartida, mientras hay luz solar se las observa más quietas y tranquilas.
Al igual que desde el comienzo, la elefanta que vivió casi toda su vida en Mendoza, sigue mostrándose curiosa, ávida de inspeccionar cuanta zona recorre. En contrapartida, se han reducido los episodios de enojo que eran muy frecuentes al comienzo –sobre todo, cuando estaba con su mamá- y ha aprendido mucho de sus nuevas compañeras.
Durante el día, Guille desayuna frutas (manzanas y banana, principalmente) y también tiene su momento para que se le realicen controles y exámenes médicos. Esto no toma más de 30 minutos y no se repite todos los días. De hecho, los encargados del Santuario intentan no interrumpirla mientras se encuentra interactuando con las otras elefantas.
Además de Maia y Bambi, Guille suele interactuar mucho también con Rana, otra de las elefantas asiáticas que comparte ese recinto de las paquidermas. También está Lady en el lugar, aunque es más adulta que las demás, por la que se la suele mantener aislada. Y es que Lady suele ser más insegura y –por momentos- poco amigable.
En cuanto a la muerte de su madre Pocha, Guillermina se vio afectada por la situación. Y es que durante años fue su única compañía, tanto en el Ecoparque de Mendoza como en los primeros días en el Santuario. No obstante, ya pasado el duelo, Guille evidenció importantes cambios en su conducta.
“Cuando Pocha falleció, Guillermina se volvió más social. Es algo que ya se había empezado a evidenciar antes. Era como que Pocha siempre mantenía la distancia, pero ahora se ven más interacciones entre Guillermina y las otras elefantas”, agregó Scott Blais hace unos meses.
“Es importante que los argentinos sepan que están cambiando el mundo con estos avances en los traslados al santuario. No solo el mundo de los elefantes en cautiverio, sino también la visión de la gente sobre los elefantes. Y están inspirando a otra gente en el mundo a hacerlo”, concluyó.