Todos los psicólogos y sexólogos coinciden en que el órgano sexual más excitable es el cerebro, sin embargo, hay otro que compite por el primer puesto. Y no estamos hablando de genitales. Según varios especialistas en sexología, el órgano que recibe absolutamente todos los estímulos es la piel. Por eso hoy exploramos cuáles son los puntos, esos pequeños centímetros cuadrados, que mejor se pueden estimular tanto con las manos como con la lengua y los labios.
Acariciar el rostro
Una de las experiencias más inolvidables que le podés regalar a tu pareja es iniciar un suave y lento juego en la piel del rostro. No se trata de cosquillas, sino de acariciar con la yema de uno o dos dedos cada parte de la cara, tomándote todo el tiempo necesario para hacerlo. No sólo le va a permitir a la otra persona disfrutar de ese inesperado mimo y relajarse, sino que a vos te permitirá observar con detalle cada centímetro del rostro de tu pareja.
Según estudios psicológicos, mientras más se observa a quien amamos, más nos enamora. Por lo tanto, este juego previo, además de ser súper estimulante para los dos, los dejará con una sensación de enamoramiento que durará varios días.
Los más atrevidos -y dependiendo del estadío del encuentro- pueden hacerlo también con la lengua.
Explorar las orejas
Al igual que con las facciones del rostro, acariciar suavemente las orejas, al inicio del encuentro, puede ser muy estimulante. Pero si la cosa se va poniendo más candente podés jugar con la punta de tu lengua bordeando el pabellón, que es la parte superior, más cartilaginosa y con curvas (Hélix), o hacer pequeños y suaves mordiscos en el lóbulo (donde van los aros). La sugerencia es que vayas despacio y atendiendo a las reacciones de tu pareja: Hay personas a las que les excita y otras que les provoca todo lo contrario.
Una vez que hayas descubierto qué tipo de reacción le provoca a tu pareja este juego, podés avanzar hacia la parte interna del oído.
El beso del cisne
Una suave y controlada caricia con la lengua por el cuello, es una jugada fuerte hacia un encuentro súper pasional. Lo ideal es ir desde el inicio de la oreja hacia la clavícula pero, recordá esto: lento.
Esa parte del cuello es muy sensible y fácilmente excitable, al igual que la zona de la nuca. No siempre ocurre lo mismo con otras partes del cuello, como aquella donde se encuentra la tráquea, así que sugerimos ir con cautela y, sobre todo, intentar no llenar de saliva a tu compañero o compañera.
Espalda en espiral
Esta parte del cuerpo, en toda su extensión, tiene una enorme cantidad de terminaciones nerviosas. Tanto, que a muchas personas les provoca cosquillas cualquier intento de contacto físico. Sin embargo, si tu pareja es de aquellas a las que les gustan los mimos en esa zona, podes comenzar, al igual que en el rostro, con un suave y sutil recorrido con las yemas de los dedos. Lo ideal es comenzar con un solo dedo, para luego ir agregando sensaciones a medida que vas usando los restantes. Recordá que es un juego sin tiempo, así que podés disponer de todos los minutos que sean necesarios.
Si notás que tu pareja ya está relajada pero aún le falta un toque mágico, podés jugar con tu lengua a los costados de la columna, haciendo pequeñas espirales o rozando con los labios.
Cintura y abdomen
Existe la creencia de que esta parte sólo es sensible en las mujeres, sin embargo también es una zona erógena en el hombre. Es cierto que acariciar con los labios o la lengua en la cintura puede provocar cosquillas, pero no se pierde nada probando y -de esta forma- conociendo cuáles son los límites sensitivos de tu pareja.
La zona del abdomen, tanto la que va desde los pechos hasta el ombligo como la que abarca del ombligo al pubis, es muy sensible pero en diferentes intensidades. Por eso, al contrario que en otras zonas, la recomendación aquí no es comenzar con los dedos, sino directamente con la boca. Pero cuidado, no hay que traspasar esa zona e ir a los genitales, porque se pierde la magia.
Brazos y piernas
¿Hay algo más sexy que un beso en el hombro? Pocas cosas, entre las que se cuentan los besos pequeños en la cara interna del brazo y algún juego con la lengua.
Lo mismo ocurre con la parte interna de los muslos, que son sumamente sensibles y que juegan un gran papel en la excitación. Tanto con los dedos como con los labios, es una zona que seguro genera un encuentro fogoso. La única recomendación es que esta zona vaya quedando para el final, no empezar por ahí porque puede resultar brusco para quien los recibe.
El fetiche de los pies
Los pies son una de las partes del cuerpo que mayor atracción producen. Sin embargo, al ser muy sensibles, puede que a tu pareja no le guste que se los toquen. Si es así, lo mejor es no insistir.
Pero si está dispuesto o dispuesta, se puede comenzar con unos masajitos que no deben ser sutiles. Al contrario del resto del cuerpo, lo recomendable es tomarlos con toda la mano y masajear con un tacto firme, de lo contrario podría provocar cosquillas y hacer que tu pareja opte por retirarlos.
Los besos pueden ser suaves y, si ambos son lo suficientemente atrevidos, recorrerlos con la lengua o introducir los dedos en tu boca.