La saña de los chilenos hacia los mendocinos escaló a niveles impensados cuando varios micros con hinchas de Godoy Cruz fueron emboscados por aparentes simpatizantes del Colo-Colo.
El ataque más feroz, porque durante todo el paso por Santiago de Chile los piedrazos aparecieron de manera imprevista, ocurrió a unos 40 minutos del estadio Monumental.
Estos ataques tenían una principal característica que los diferenció del resto de los embates contra la delegación de hinchas mendocinos y en donde las piedras fueron el arma utilizada: estos, los más graves, fueron planeados.
Tras la finalización del partido y a las afueras de Santiago, varios micros fueron emboscados por personas que lanzaron no solo piedras contra las ventanas de los vehículos -varias dieron en el blanco y destrozaron muchas ventanas- sino que también arrojaron bombas molotov.
En medio de llamaradas, humo y vidrios rotos, los hinchas pudieron seguir viaje y, de milagro, no hubo heridos ni se incendió el colectivo. Incluso, uno de los hinchas encontró la botella de la molotov y la tiró al exterior.
Un dato no menor, todo ocurrió con custodia de Carabineros.