Aseguran que venden entradas de hasta $3.500 por fiestas clandestinas de fin de año

Aunque desde el Gobierno niegan que esto sea así, desde el sector empresario de boliches insisten en que los eventos ya se están organizando.

Aseguran que venden entradas de hasta $3.500 por fiestas clandestinas de fin de año
Las pool party, como las que estuvieron en auge el verano pasado, por ahora no están permitidas.

Con la proximidad de las fiestas de fin de año empieza a crecer el interés de muchos jóvenes por asistir a eventos después del brindis familiar. La situación no tendría ninguna novedad si no fuese por el contexto de pandemia y que ese tipo de actividades están prohibidas.

La clandestinidad de esas fiestas genera que se estén pidiendo hasta $3.500 por entrada, cuyo valor está relacionado con el riesgo que corren los que organizan los eventos de ser descubiertos y tener que abonar importantes multas.

Rodolfo Martínez, vocero de la Cámara de la Industria del Entretenimiento de Cuyo (Idear), reconoce que del sector están al tanto de la promoción de las denominadas ‘Pool Party’ (fiestas en piletas). “Son fiestas que arrancan en la madrugada y se extienden durante el otro día”, señala.

Las mismas están enfocadas principalmente para los días 25 de diciembre y 1º de enero, noches en las que históricamente se realizaron eventos masivos, pero que por el contexto actual no se han habilitado ni autorizado.

“Sabemos que están pidiendo entre tres mil y tres mil quinientos pesos y el problema es que la gente lo paga”, confirma Martínez.

Hasta el momento, la mayor parte de las fiestas clandestinas se organizan en espacios al aire libre en zonas de cerros o en fincas, aunque también se han detectado eventos en zonas urbanas. En estos casos, son los mismos vecinos los que denuncian.

Por su parte, el subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad de Mendoza, Néstor Majul, asegura que desde el área están “trabajando mucho con los municipios para detectar las fiestas antes o, si nos enteramos después, nos presentamos en el momento”.

Además, niega que existan ventas anticipadas para eventos de fin de año: “No es verdad que se estén vendiendo entradas, las que hemos detectado ninguna cobra”, insiste.

Según el fiscal que intervenga en el caso, quedan demorados para la toma de datos quienes organizan, ponen música y cobran, o también a los asistentes.

No obstante, el vocero de Idear calcula que “por cada fiesta que detecta el Gobierno debe haber entre 30 o 40 a las que no llega, porque los que hacen estas fiestas están muy bien organizados”

Con esos datos como respaldo es que desde el sector están reclamando la autorización de fiestas en boliches y lugares autorizados, siguiendo un estricto protocolo que fue presentado el miércoles al Subsecretario.

Sin embargo, Majul confirma que por el momento “sigue todo igual” y que “no hay ninguna posibilidad de que se pueda volver a la modalidad de boliches”.

Cómo se manejan

Teniendo en cuenta los controles del Gobierno provincial y el que realizan los propios municipios, quienes organizan eventos clandestinos ya tienen una modalidad que es conocida por las personas que asisten.

Martínez explica que “la gente está en bares y restaurantes habilitados y, cerca de la 1 de la mañana, cuando esos lugares cierran, les llega la ubicación al teléfono. Aunque el Ministerio tenga buena predisposición, no puede estar en todos esos lugares al mismo tiempo”.

Otra de las barreras con las que cuentan las autoridades es que, si la fiesta está dentro de una finca o propiedad privada, necesitan una orden judicial para ingresar. Si el evento clandestino es detectado en el momento, la misma puede demorarse.

“No hay control, el alcohol es libre porque llevan hieleras, no hay baños, son un caldo de cultivo para que pase una tragedia”, concluye Martínez.

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