El regreso del tren de pasajeros a Mendoza sigue siendo una de las prioridades de las autoridades ferroviarias argentinas. Luego de que a principios de julio una formación de la Línea San Martín llegara a Justo Daract con pasajeros desde Retiro por primera vez en 29 años, este tramo volvió a habilitarse con regularidad y a operar de manera semanal. Y ese mismo día en que el tren de pasajeros volvió a San Luis, la promesa de las autoridades de Trenes Argentinos fue contundente: querían que el ferrocarril regresara a Mendoza y uniera la provincia con Buenos Aires -y viceversa- antes de que terminara el 2022.
Por esto mismo es que durante la mañana de hoy el presidente de Trenes Argentinos, Martín Marinucci y la representante de la Secretaría de Producción de la Nación, la mendocina Gabriela Lizana realizarán un recorrido para comprobar el estado de las vías, además de trabajar en el análisis de las futuras reparaciones para lograr la puesta en funcionamiento del tren de pasajeros de Mendoza. El recorrido comenzará en la Estación de trenes Gutiérrez -Calle Colectora Norte Circunvalación Maza 884, Maipú- y finalizará en la Estación Palmira.
Qué falta, a simple vista, para que el tren de pasajeros pueda volver a Mendoza
Si bien las confirmaciones exactas se tendrán al finalizar el recorrido de hoy y cuando se analice en detalle la situación del tendido de vías en Mendoza, a priori es importante conocer que son 397 kilómetros de vías los que hace falta recuperar entre Justo Daract (San Luis) y la Estación Gutiérrez (Maipú, Mendoza). Sin embargo, no son trabajos simples, sino que más bien implicarán un importante esfuerzo e inversión.
Por esto mismo es que en julio, luego de la llegada del ferrocarril de pasajeros a Justo Daract y de que se conociera la meta de que llegara a Mendoza antes de fin de año, muchas voces se manifestaron con dudas ante esta idea. Entre ellas, estuvo la del gobernador Rodolfo Suárez, quien aseguró que era arriesgado aventurar que el tren de pasajeros llegaría a Mendoza antes de que comience 2023. Pero desde la Nación no parecen estar dispuestos a resignar este objetivo.
“La vía que vincula Justo Daract con Villa Mercedes está prácticamente en buenas condiciones. Pero de ahí hasta la ciudad de San Luis, y luego hasta a La Paz, está interrumpida e, incluso, se ha levantado la vía en algunos tramos, especialmente en San Luis. El proyecto es que el recorrido del tren vaya desde Justo Daract por la vía a Beazley (también en San Luis) y de allí salga a La Paz. Luego tomaría por el camino hasta Monte Comán y se desviaría con dirección a Gutiérrez”, explicó a Los Andes en julio el ingeniero en informática y ferro aficionado godoicruceño Pablo Anglat (42), quien viajó especialmente a Rufino para seguir el recorrido del tren y su recibimiento en cada una de las estaciones.
Entre Retiro y Gutiérrez (Maipú) hay, exactamente, 1.051,3 kilómetros progresivos en el tendido ferroviario de la Línea San Martín. Justo Daract se encuentra sobre el kilómetro 654,4, por lo que el tramo exacto que queda hasta llegar a Mendoza es de 396,9 kilómetros. Y es el que resta por recuperar.
Así fue la llegada del tren a San Luis en julio
A las 22.40 del lunes 11 de julio, una formación ferroviaria la Línea San Martín partía de la estación de Retiro (Ciudad de Buenos Aires) con autoridades y funcionarios a bordo. A las 16.55 del martes 12, ese mismo tren llegó a su destino final (por ahora): Justo Daract, en la provincia de San Luis. En esas casi 18 horas de viaje, el tren de pasajeros completó los poco más 654 kilómetros de tendido ferroviario que separan ambas localidades, y en cada una de las estaciones fue recibido por una multitud de vecinos y trabajadores ferroviarios que no pudieron (ni quisieron) ocultar las lágrimas en sus ojos ni la emoción.
Pero eso no fue todo, ya que las autoridades de Trenes Argentinos, envalentonadas con la recuperación de este histórico tramo, fueron más allá y dejaron entrever que la intención es que antes de que comiencen las próximas vacaciones de verano –es decir, antes de que termine el 2022- intentarán que el tren de pasajeros llegue a Mendoza, como lo hizo por última vez en marzo de 1993.
Y es que entre Justo Daract y la estación de Gutiérrez (Maipú) –a donde está proyectada la llegada del tren de pasajeros en un futuro no muy lejano- quedan 397 kilómetros de vías, tramo que aún resta poner en condiciones para poder cumplir aquel viejo anhelo de más de tres décadas. Y aunque no será fácil –ya que el estado del tendido es muy malo en algunos sectores-, la Nación y referentes mendocinos ya están trabajando en esa sintonía.
Luego de la llegada del primer tren a Justo Daract en casi 30 años, partir de agosto, la empresa de trenes comenzó a operar el tramo Retiro – Justo Daract como parte de su servicio regular. El viernes 22 de julio salieron a la venta los pasajes del primer viaje (a 655 pesos el ticket en primera y 785 pesos en pulman) y el servicio inaugural salió el viernes 5 de agosto a las 21:15 de Retiro y llegó a Justo Daract a las 12:26 del sábado. El regreso (Justo Daract – Retiro) en tanto partió a las 18:50 del domingo y llegó a Buenos Aires a las 10:05 ya del lunes.
Así fue la llegada del tren a Justo Daract
El lunes 11 de julio a las 22:40, una formación ferroviaria la Línea San Martín partía de la estación de Retiro (Ciudad de Buenos Aires) con autoridades y funcionarios a bordo. A las 16:55 del martes 12, ese mismo tren llegó a su destino final (por ahora): Justo Daract. Ese primer viaje fue reservado a autoridades y referentes políticos. En total demoró casi 18 horas, aunque se trató de un tiempo excepcional, ya que paró en todas las estaciones y hubo actos y emotivas bienvenidas en todos los pueblos.
“El tren hizo paradas en todos lados y por eso mismo es que se demoró un poco más de lo que demorará cuando comience a circular regularmente. En cada lugar donde se detuvo fue recibido con mucha emoción y expectativas, tanto de niños como de grandes, así como también de jubilados del ferrocarril. Era algo esperable, más si se tiene en cuenta que en marzo del año que viene se cumplen 30 años del último tren de pasajeros que pasó con regularidad por muchos de estos pueblos”, explicó oportunamente Pablo Anglat (42), emocionado, a Los Andes.
Y es que este apasionado mendocino, que recorrió en su auto casi 600 kilómetros desde Mendoza hasta Rufino (Santa Fe) para luego completar el camino de regreso –aunque siguiendo al tren- se entusiasma con que en Mendoza vuelva a sonar la bocina (ya más moderna) que se escuchó por última vez el 10 de marzo de 1993, momento en que partió el último tren de pasajeros de la provincia, y jamás regresó.
“Mi pasión por los trenes arrancó cuando era chico. Yo vivía cerca del Polideportivo Polimeni, en Las Heras, y cruzaba las vías todos los días para ir a la escuela. Ahí veía pasar los trenes de pasajeros y me quedó la fascinación. También iba mucho a jugar a la garita que está en calle Roca y las vías, detrás del Polimeni”, agrega Anglat (42), quien viajó especialmente durante la mañana del martes hasta esa localidad santafesina, una de las estaciones ubicadas en el trayecto. Anglat reservó el día para seguir en tiempo real lo que fue el segundo tren de pasajeros que llegó hasta San Luis en menos de un mes. El anterior, también de prueba, había llegado el 15 de junio pasado.
En el lapso comprendido entre el último tren de pasajeros que circuló por el lugar en 1993 y el viaje de ayer hubo dos “trenes especiales” que volvieron a unir –aunque excepcionalmente- el Este con el Oeste de Argentina. Uno de ellos fue el “Tren de la Vendimia”, que llegó a Mendoza en marzo de 2010, mientras que el otro fue el “Tren de la Paz” que reunió a una gran cantidad de personas para despedir el 2009 y recibir el 2010 con una concentración en Punta de Vacas y en una actividad convocada por el histórico referente humanista mendocino Silo.
“La gente que viajó en este tren (Nda: por el de julio) me contó que estaban súper cómodos. No quedan dudas de que se levantó el estándar de los trenes de antes, esos que tenían asientos de madera y ventilador de techo. Ahora son insonorizados, tienen aire acondicionado o calefacción y hasta un display por donde se muestra el lugar en el que está, en tiempo real. Ya no son los trenes de antes donde podías abrir las ventanas. Todo tiene un nivel de confort superior”, resumió Pablo Anglat a Los Andes.
“Cuando el tren llegue a Mendoza será un día de mucha alegría”
Manuel Piñero vive en Justo Daract, tiene 59 años y es trabajador ferroviario desde que tenía 20 años. Con lágrimas en sus ojos y mucha emoción, vivió en julio la llegada del tren de pasajeros a su pueblo.
“Después de 30 años, es algo histórico y muy esperado. Hace un par de meses se hizo la reunión para concretar esta vuelta, y no pasó demasiado tiempo hasta que volvió este tren. Fue tan rápido que todavía no lo termino de asimilar, pero como trabajador ferroviario de tantos años estoy muy feliz. Tenía miedo de que mi vida como trabajador activo terminara sin volverlo a ver. Pero pude”, reflexionó con una mezcla de alegría y emoción Piñero, quien además es miembro del gremio La Fraternidad.
“Cuando pasaron los últimos trenes por acá, entre 1992 y 1993, a mí me tocó trabajar como ayudante de conductor de los que iban a Dolores (Córdoba) y el que se conocía como ‘Sanrafaelino’. Recuerdo que cuando salieron por última vez fue algo muy triste, te queda para siempre el recuerdo de ese último tren y de la gente llorando con angustia. Afortunadamente ahora hemos podido vivir todo lo contrario, con la alegría de esta vuelta”, se explayó el nostálgico trabajador ferroviario, quien desde 2005 trabaja se desempeña como instructor de locomotoras diésel.
“Que el tren vuelva a Mendoza es algo que genera mucha alegría. No está lejos al ya haber llegado acá y es importante que Mendoza esté en la agenda de Nación. Es algo que a mí me causa alegría, porque Mendoza una plaza importante para los trenes. Con la llegada hasta Gutiérrez –en una primera etapa- se va a poder hacer trasbordo y complementar con el Metrotranvía al resto de Mendoza. Y la verdad es que mi deseo como ferroviario es que el tren pueda llegar cuanto antes a Mendoza”, concluyó Manuel Piñero, quien además trabajó y vivió mucho tiempo en Palmira.