A partir del próximo 23 de julio, a la vuelta de las vacaciones de invierno, la Dirección General de Escuelas (DGE) iniciará una prueba piloto en 600 escuelas primarias públicas de toda la provincia con un sistema de alertas tempranas a los padres para prevenir las inasistencias. Si esta metodología logra reducir el promedio de 121 horas de clase que se pierden en el año, de acuerdo con un estudio de la DGE, la estrategia se replicará en otros establecimientos.
La investigación que se presentó a principios de junio, representa el diagnóstico con el cual el Gobierno Escolar informará a un grupo de padres -de estudiantes elegidos de manera aleatoria- las ausencias del alumno de los últimos 15 días y las que lleva acumulada a lo largo del año.
Mientras que a otro segmento se le hará un reporte de las faltas en la víspera de los feriados o de los viernes, que es cuando hay mayores “faltazos” a fin de determinar cuál es el mensaje que más impacta en las familias para revertir la ausencia de estos niños en la escuela.
La falta de regularidad para ir a la escuela es un problema que golpea más fuerte a los educandos con trayectorias escolares débiles y que provienen de familias de bajos recursos o de zonas urbano-marginales.
La directora de Calidad Educativa, Romina Durán, adelantó que el estudio que se hizo con datos del 2019 junto al especialista en educación Alejandro Ganimian, buscarán revertirse con una intervención en el segundo semestre.
“El estudio no buscó responder causas y consecuencias de estos datos, sino poner en foco la cantidad de días que se está perdiendo del calendario escolar. El impacto es grande son 121 horas de clases que perdieron estos chicos, que luego tienen un bajo desempeño, incluso, se trata de algunos alumnos que tienen sobreedad y que han repetido, al menos una vez”, se explayó Durán.
Durán aclaró que los resultados serán analizados durante el proceso en el que se notifique a los padres de las faltas de sus hijos y sobre el final del 2022 para determinar si se puede lograr la permanencia en las escuelas o apelar a otros mecanismos.
Por su parte, Granimian recalcó en la presentación de los datos obtenidos del sistema Gestión Educativa Mendoza (GEM) que si se compara el rango de ausentismo por departamentos, la disparidad es muy grande: “Hay departamentos que tienen 14 ausencias por año, y otros, 24 por año. El análisis se hizo sobre el nivel primario y el nivel secundario orientado y técnico. En secundaria, el ausentismo es mucho menor que el de primaria, lo que es muy bueno para el nivel”.
Esta foto por departamentos de Mendoza, donde hay mayores inasistencias será una de las variables que se trabajará con los municipios y otras instituciones en el programa Red de Apoyo a las Trayectorias Escolares.
“Para lograr una mayor permanencia de los chicos en la escuela, trabajamos y articulamos en red. Con las instituciones, con los municipios, con entidades que se acercan y quieren colaborar con nosotros y la idea es fortalecer estos mecanismos, porque sabemos que el ausentismo es multicausal”, reconoció la funcionaria.
Por eso, aclaró que en esta primera etapa se buscará profundizar la relación con los padres, “aunque no sea el único fenómeno, por eso es que se busca trabajar en red y buscar nuevos planes de trabajo”.
Plan de Información Educativa
En el marco del Plan de Información Educativa los datos fueron presentados por José Thomas, siendo la primera provincia del país en medir el ausentismo y buscar intervenciones para mejorar el desempeño escolar, también analizado los datos cualitativos de la asistencia el sistema público y del mismo nivel educativo en el privado, donde hay menos inasistencias.
“Es muy interesante para poder tomar medidas reparatorias y también sumamos todos los informes que venimos presentando a la comunidad para debatir, charlar y construir junto a supervisores y distintos actores del sistema educativo sobre los datos que registramos pospandemia”, marcó el titular de la cartera educativa hace algunas semanas en el Espacio Le Parc.
Y ponderó: “Vemos hoy que, si bien hay que mejorar algunos datos, en Mendoza la fluidez lectora fue mejorando entre nuestros estudiantes y también quedó demostrado el esfuerzo que realizaron de los docentes y directivos para que los chicos estén en las escuelas”.