El Parkinson es una enfermedad que afecta silenciosamente al cerebro, especialmente en su capacidad motora, resultando en movimientos lentos y rigidez. En Argentina, según datos de 2022, unas 100.000 personas enfrentan el desafío del Parkinson, y los pronósticos indican que el número de casos se triplicará en 50 años. Aunque asociado con el temblor en ancianos, esta enfermedad también afecta a personas menores de 50.
Sin embargo, el diagnóstico actualmente lleva en promedio dos años, un plazo que los expertos en neurología buscan acortar. Con el objetivo de identificar la enfermedad en sus etapas tempranas, un nuevo estudio ha arrojado resultados revolucionarios: escáneres oculares en 3D, ampliamente utilizados en ópticas, podrían detectar personas con alto riesgo de desarrollar Parkinson hasta siete años antes de la aparición de síntomas.
El descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista Neurology, se suma a la creciente evidencia de que los escáneres oculares podrían identificar enfermedades neurodegenerativas. Esta investigación se alinea con estudios previos que sugieren la detección temprana de enfermedades como Alzheimer, esclerosis múltiple y esquizofrenia. Conocido como “oculómica”, este campo emergente también explora la posibilidad de identificar propensión a enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Los ojos han sido considerados por mucho tiempo como un reflejo del estado de salud general. Cambios visuales pueden indicar diversas enfermedades, desde diabetes hasta problemas hepáticos. El uso de la tomografía de coherencia óptica (OCT), un escáner ocular 3D, ha revolucionado la identificación de enfermedades oculares como glaucoma.
El estudio utilizó datos anónimos de pacientes del hospital oftalmológico Moorfields, vinculándolos con la base de datos nacional del Sistema Nacional de Salud del Reino Unido. La inteligencia artificial comparó escáneres OCT de 700 pacientes con Parkinson y más de cien mil sin la enfermedad, revelando diferencias en el grosor de la capa celular interna de la retina.
Más de 67.000 voluntarios inscritos en el Biobanco de Reino Unido también fueron examinados. Los resultados sugieren que cambios en la retina podrían ser identificados hasta siete años antes de la aparición del Parkinson.
A pesar de estos emocionantes hallazgos, los científicos subrayan que se requieren más investigaciones y que pasarán varios años antes de que esta tecnología pueda diagnosticar con precisión el Parkinson. Sin embargo, la posibilidad de detectar signos tempranos de enfermedades mediante una revisión rutinaria de la vista podría cambiar la forma en que enfrentamos enfermedades neurodegenerativas.