Balance del ciclo lectivo 2021: resaltan los problemas de sociabilidad y el intento por priorizar algunos saberes

El viernes concluyó un año ”desafiante” en que se cerraron dos, ya que fue unidad pedagógica con 2020. Desde la DGE creen que con las nuevas estrategias se obtuvieron buenos resultados. Docentes y padres señalan que la situación económica afectó trayectorias y se perdieron saberes.

Balance del ciclo lectivo 2021: resaltan los problemas de sociabilidad y el intento por priorizar algunos saberes
Este año se volvió a las clases presenciales

El ciclo lectivo 2021 terminó con el fin de clases el viernes pasado y con él se cerraron dos: el 2020 y este. Esto, por varios motivos. Por una lado, fueron unidad pedagógica debido a la pandemia, no hubo repitencia el año pasado y se aprobó este lo adeudado del anterior.

Pero, además, 2021 absorbió los cambios de estrategias que trajeron los últimos dos años, pero en particular no pudo escapar al impacto de su predecesor.

Podría señalarse que la vinculación -o su ausencia- es una buena palabra para definir parte de la cuestión más compleja que se tuvo que afrontar. Las escuelas volvieron a la presencialidad, tras un año sin ella, primero con burbujas y luego reuniendo nuevamente todo el grupo. Se encontraron con chicos con serios problemas para sociabilizar.

“Ha sido muy pesado para ellos el 2020, regresaron y no hablaban, les ha pegado muy fuerte el encierro”, aceptó Emilio Moreno, director de Educación Secundaria de la Dirección General de Escuelas. Dijo que la relación entre los alumnos se vio muy afectada y reconoció mayores desafíos en segundo año: “Estaban en segundo, pero ingresando a la secundaria presencial, con lo complejo que es, más en esa edad”.

Además, como los docentes, advirtió que se notó desmotivación. “Les afectó mucho la parte emocional y se ha tenido que trabajar, incluso se han dado talleres”.

Dijo que se ha intentado paliar desde las áreas pedagógicas desde dentro de las instituciones y con aportes de profesionales desde afuera, como la DGE y Salud.

Ausencias y vulnerabilidad

Los ingresos y condiciones económicas de muchas familias se deterioraron mucho, lo que empujó a algunos adolescentes al mundo del trabajo. Es algo que advirtieron varios consultados y señalaron que implicó que muchos comenzaran a ausentarse o directamente abandonaran. Son generalmente estudiantes de los años superiores.

Marisa Irusta, directora de la escuela El Plumerillo de Las Heras, hizo referencia a esas cuestiones más profundas que afectaron la vida académica. “Importa tener 180 días de clases, pero jamás piden informes sobre por qué los chicos tienen 50 faltas”, apuntó. “Tenemos alumnos que no asisten, mandás a la orientadora social y te dicen que no lo pueden mandar porque no tienen zapatillas o no tienen dinero y es algo que no se resuelve”, explicó.

Hay chicos que vienen por la tarde directamente de trabajar, sin comer, a buscar la merienda, en la que no están incluidos”, dijo la directora, quien contó que trata de repartir con ellos lo que llega para alumnos de primero y segundo año. “El año pasado se implementaron bolsones con mercadería y este año, en octubre, se retiraron. ¿Qué hago con los padres que vienen a pedirlo? Hay chicos que llaman para avisar que no vienen a rendir porque no tienen dinero para el colectivo”, relató con notoria angustia.

Aprendizajes mínimos

Uno de los aspectos señalados como negativos es que los alumnos se fueron con aprendizajes mínimos. Irusta planteó que la promoción acompañada implica que hay docentes que se hicieron cargo de los contenidos de 2020 no aprobados y se preguntó cuánto tiempo quedó para lo nuevo.

Consideró que se han perdido contenidos importantes y que han egresado chicos con escasez de conocimientos “¿Como les va a ir en la facultad?”, duda.

Diego Aranda, profesor de taller de Electromecánica del colegio Técnicos Mendocinos de Guaymallén, opinó en la misma línea. “Este año con las burbujas los tiempos han sido muy acotados para las prácticas, se les redujo en un 40% el tiempo para el taller”, comentó.

Para él esto se notó mucho y fue negativo. “Los chicos han aprobado materias con el mínimo de conocimientos, en algunos casos ni siquiera alcanzamos el nivel de los saberes prioritarios y tuvimos que hacer saberes prioritarios de saberes prioritarios”.

También tiene alumnos que tuvieron que salir a trabajar y dijo que algunos ya desde mediados de año no asistían. “En todas las escuelas hay desmotivación, los chicos no van a rendir, en todas me quedaron alumnos para febrero, otros años no me quedaban”, reconoció Fabiana Rodríguez, profesora de Economía en tres escuelas públicas.

Cierto desorden fue parte del escenario según comentan e incluso aceptan desde la DGE: por las condiciones de volatilidad de la pandemia hubo cambios permanentes. Mucho quedó librado a la decisión de la institución y los docentes.

“No nos dio buen resultado la unidad pedagógica, es un disloque, no están claras las consignas desde arriba , no podemos transmitir las cosas claras a los docentes si no las recibimos desde arriba”, dijo Irusta. “Es una cadena de cosas y no hay un solo responsable, hubo mucha improvisación”, aceptó la directora.

Moreno reconoció que fue un año muy desafiante y que se generaron más de 500 memos en un contexto complejo. Considerando las adversidades es que se manifestó conforme con los resultados y dijo que promocionó una proporción de alumnos similar a un año pre pandemia.

Detalló que 75% promocionó y 25% tuvo que ir a diciembre por un espacio o dos. Además, 85 a 90% recuperó los saberes de 2020.

“Era un gran desafío desarrollar el 2021 recuperando el 2020″, remarcó, y agregó: “Nos pasa y nos ha pasado siempre, que el que promocionó al 30 de noviembre y que debía dos espacios quizás no fue y lo dejo para febrero o más adelante”.

Consultados sobre qué balance hacen, desde Familias Organizadas respondieron que uno muy negativo. “Basta observar los resultados de diferentes pruebas internacionales y locales, pero también basta con observar a nuestros propios hijos en su vida cotidiana, para darnos cuenta los daños que sufrieron en aprendizaje, en sociabilización, maduración y emocionales”, manifestaron a través de uno de sus voceros, Fernando Rozzi.

Remarcaron que la pandemia amplió la brecha entre sectores vulnerables y sectores con mejor acceso a buena instrucción y no dejaron de mencionar la deserción. “La pandemia dejó clara la falta de recursos (económicos y también humanos) que el sistema educativo sufre. Un aspecto positivo que podemos rescatar de este panorama es el despertar de las familias y ver a mamás y papás involucrándose en temas educativos”, agregaron y cuestionaron las ideas y vueltas poco claras de las autoridades.

Evaluación formativa

Respecto de la recuperación de saberes de diciembre para Aranda no fue efectiva. “No se presentó a recuperar la cantidad de chicos que tenían que ir, se habrá presentado 40%”, incluso aquellos que venían cursando. Lo mismo apreciaron en otras escuelas, hay coincidencia en que hubo cierta especulación ante la posibilidad de contar con febrero.

Pero cada escuela tiene sus particularidades. Para Claudio Peña, director de la escuela Vicente Zapata, la instancia de recuperación ha sido muy buena, destacó como muy positiva la evaluación formativa y un alto porcentaje de aprobados. Se refiere a la forma de evaluación continúa con acompañamiento del docente.

Propuestas hacia adelante

Para la directora Marisa Irusta hay que ampliar el análisis con una mesa de gestión departamental, ya que las realidades son distintas en los departamentos. Los Padres Organizados propusieron obtener un diagnóstico detallado y claro de cada escuela, curso y alumno para dimensionar el aprendizaje perdido, que debería comunicarse a cada familia. Luego los equipos pedagógicos deberán confeccionar un plan de recuperación. Creen que debería ya haber un plan de contingencias efectivo para 2022.

En tanto, Emilio Moreno, de la DGE destacó: “Las escuelas han hecho un trabajo maravilloso. Hay un gran avance en trabajo docente en constitución de equipos”. Puso de relieve una “gran sinergia” con los orientadores, los municipios con sus trabajadores sociales y la Justicia. “El trabajo en red logrado dentro y fuera de la escuela es algo que tiene que quedar instalado”, cerró.

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