Mientras disfrutaba de sus vacaciones en San Martín, con apenas 16 años, Brisa Escudero se enteró de que estaba embarazada. Todas las sensaciones aparecieron de golpe.
“Embarazo y pandemia en medio de la secundaria. Un combo difícil. Me dio mucho miedo”, cuenta hoy, con su beba Isabella en brazos y un orgullo inevitable.
Es que Brisa pudo hacer frente a todo y hoy, sin materias pendientes en la Escuela Normal General José de San Martín (conocida como “el Nacional”), y a punto de iniciar la carrera de Radiología en la Universidad de Congreso, relata los pormenores con una sonrisa.
“Los últimos días de clases, cuando nadie podía cuidarla porque sus abuelas trabajan, decidí llevarla antes que faltar. Siempre me sentí muy apoyada. Tanto, que en la fiesta de egresados la subí conmigo a la pasarela”, relata.
Brisa subió al escenario con su mejor “inspiradora”, según dice, pero también con su amiga y compañera incondicional, Luz León, quien la bancó “a muerte” los cinco años de la secundaria y mucho más en el último, que fue tan especial.
Hija de Martín y María del Carmen, la joven mamá tiene un hermano, Francesco, de 3 años. “Se llevan poca diferencia con Isa y se adoran. Tuve mucho miedo de enfrentar a mis padres pero al final lo tomaron muy bien y están fascinados con esta familia”, cuenta, para agregar que convive con su novio, Agustín Suárez. “Apenas se enteró de la noticia salió a buscar trabajo. Y el día del parto no me dejó sola un segundo”, aclara.
La beba llegó al mundo el 28 de julio de 2020 por cesárea. Pleno invierno, plena cuarentena. “Pero siempre Agustín a mi lado”, repite.
“Los prejuicios existen y también tuve miedo a todo eso, pero al final no fue tanto como pensaba. Hoy pienso que se puede, que no hay límites cuando uno tiene metas. Mi hija va a saber que su mamá siguió adelante estudiando. Me encantaría ser todo un ejemplo para ella”, reflexiona.
Docentes, directivos y compañeros le dieron una mano en todo momento y, además, estuvieron pendientes de Isabella. “El viernes 10 será el acto de colación y, claro, voy a llevarla. La directora lo sabe y la espera. Hoy es común ver chicas jóvenes con sus hijos, es algo que en mi escuela suele suceder. No lo veo como un problema sino todo lo contrario, como una felicidad”, amplía.
El año que viene, la chiquita concurrirá a un jardín maternal mientras Brisa estudiará en la facultad. “Ya está decidido, será mucho mejor para organizarnos”, anticipa.
Desenvuelta, sonriente y con un impecable atuendo negro, Brisa se lució en la pasarela con su mejor diploma: su beba de hermoso vestido blanco y rulos perfectos.