“Que las hay, las hay”. Desde siempre, las historias referidas a brujas, hechizos y “gualichos” han sido parte de los mitos urbanos y las leyendas. Desde esas historias que se cuentan -una y otra vez- en el campo hasta otras versiones un tanto más citadinas, todos conocemos a alguien que sabe con lujo de detalle alguna de estas historias y que suele contarlas y reconstruirlas a la perfección, manteniendo cautivos en su atención a quienes escuchan. También están quienes se han interiorizado -y casi especializado- en brujerías, ataduras y maldiciones; y que hasta parecieran conocer la manera exacta de liberarse de estas situaciones. Y, en mayor o menor medida, la mayoría de la gente suele respetar estas situaciones, independientemente de si creen en ellas o no.
Este domingo por la mañana, el sexto piso de un conocido edificio céntrico -ubicado en la parte alta de una galería comercial- de calle San Martín al 1.300 (casi esquina con Buenos Aires) se convirtió en el escenario de una misteriosa, insólita y hasta aterradora situación. Y es que en el pasillo interno del sexto nivel, frente a dos departamentos, el amanecer sorprendió a los vecinos con una intrigante imagen dibujada con sal sobre el piso. “Era una gran marca de sal, cual brujería. Y se hizo público en el grupo de WhatsApp del edificio”, explicó uno de los vecinos del lugar a Los Andes quien, además, compartió las fotos de la intrigante figura dibujada con sal.
¿Una brujería? ¿Un mensaje en clave?
La convivencia entre vecinos del mencionado edificio céntrico tiene los vaivenes de cualquier consorcio: están aquellos que son más ruidosos, mientras que del otro lado sobresalen aquellos que no logran conciliar el sueño ante los ruidos molestos. En el sexto piso, en los departamentos 31 y 32 más precisamente, viven dos de los inquilinos señalados como los más “ruidosos”. Esto es algo que, por supuesto, no cae nada bien entre algunos vecinos del quinto piso y que tienen sus departamentos exactamente debajo de los “alborotadores”.
Fue precisamente entre el departamento 31 y 32, y frente a las puertas de entrada de los dos departamentos, que el domingo sorprendió a propios y a ajenos la figura de sal. “Arriba de la figura de sal había un arco que iba de punta a punta en el pasillo y que abarcaba a los dos departamentos, no se sabe para quién de los dos iba dirigido el mensaje ni qué quería decir”, agrega el vecino consultado por Los Andes.
La foto de la insólita situación y las repercusiones no se hicieron esperar en el grupo de WhatsApp del consorcio, que lleva el nombre del edificio precisamente. “Vecinos, dejen de hacer estas estas pelotudeces, por favor. Así no se solucionan los problemas”, escribió el vecino del departamento 31 (del sexto piso) con una foto de la misteriosa imagen dibujada en el piso.
“Pedí las cámaras y fijate quién lo hizo. Igual podés denunciar por hostigamiento”, respondió otro de los vecinos. “¿Lo hicieron con sal a eso? Perdón, sigo shockeada”, respondió otra de las vecinas al ver la foto.
“No sabemos quién puede haberlo hecho ni por qué, o si significa alguna brujería o algo. El domingo nos despertamos todos con esto y hay quienes creen que quien lo hizo fue uno de los vecinos del quinto piso que suele quejarse de los ruidos que hacen los del sexto. De hecho, la respuesta de quien vive en uno de los departamentos involucrados (el 31) es: ‘así no se solucionan los problemas’, lo que lleva a que todos creamos que quien lo hizo es alguno de los vecinos que se pelea por los ruidos justamente”, siguió el vecino consultado por Los Andes.
La figura de sal ya fue limpiada y el frente de los departamentos 31 y 32 ya está despejado (al menos en apariencia y desde lo visual). Sin embargo, entre los vecinos del edificio de San Martín al 1.300 hay una nueva preocupación, que se suma al malestar por los ruidos molestos: ¿habrá sido suficiente ya con la limpieza material o se necesitará de alguna limpieza espiritual que complemente? El tiempo lo dirá.