Tras la búsqueda de tratamientos para la Covid-19, la vitamina D se ha posicionado como una alternativa que en abordajes internacionales ha logrado atenuar la evolución a cuadros graves y evitar hospitalizaciones. Entre las 42 investigaciones que se realizan en el mundo al respecto, el mendocino Walter Manucha lleva adelante la única que se realiza en el país.
Ya está avanzada la primera etapa que ha realizado en Buenos Aires y su intención es traerla a Mendoza para tratar a pacientes locales. En diálogo con Los Andes, Manucha señaló que ya está en tratativas con el Ministerio de Salud y con efectores privados para avanzar en este sentido y destacó sus expectativas de empezar a trabajar en su suelo natal en unas tres semanas.
“El objetivo es intentar que el paciente en estadio inicial o intermedio no llegue al respirador. La idea es mejorar el pronóstico de la evolución y lograr que se vaya antes y en mejores condiciones. Los pacientes que estén dispuestos a someterse al estudio firmarán un consentimiento”, señaló el investigador.
Y dio un ejemplo: “En Estados Unidos se trataron 500 pacientes con vitamina D que tenían entre 60 y 70 años. Sólo cinco requirieron hospitalización, y de esos cinco, ninguno requirió respirador y ninguno murió”.
Se trata justamente de uno de los tantos tratamientos que recibió el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras ser declarado positivo. En su caso se le suministró, entre otras cosas, una apuesta que también está en estudio: vitamina D junto con melatonina, algo que también ha estudiado el investigador.
Fueron Manucha, como especialista en la vitamina D, junto con Russel Reiter, investigador especialista en el uso de melatonina quienes presentaron el primer trabajo en el mundo sobre esta terapia junto a otros autores. Fue publicado en la revista Life Sciences: “Los pulmones como objetivo de la infección por Covid-19: mecanismos moleculares comunes protectores de la vitamina D y la melatonina como un nuevo tratamiento sinérgico potencial”.
Luego, la revista científica internacional American Journal of Physiology también publicó un trabajo suyo al respecto.
El experto explicó de manera simple la sinergia: “La vitamina D es un inmunoregulador igual que la melatonina, el primero lo hace de día y el otro, de noche”.
Tormentas inflamatorias
Este doctor en Farmacia y Bioquímica, que estudia los efectos de la vitamina D desde hace 17 años, lidera un equipo de expertos que realiza esta investigación en algunos hospitales de Buenos Aires. Se trata de un ensayo controlado con vitamina D en altas dosis en pacientes infectados, una propuesta elegida por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y por la cual recibió un subsidio.
Lo que buscan es avanzar en un tratamiento a base de esta sustancia que atenúe el desarrollo de la Covid-19. Tiene como puntos a favor que es algo natural, ya está en el mercado y que, según asegura Manucha, no tiene efectos secundarios. La intención es impedir que el cuadro evolucione a estadíos críticos y con esto evitar muertes. Pero, además, podría usarse como tratamiento preventivo para disminuir el riesgo de infección con el nuevo coronavirus.
El mendocino explicó que normalmente el organismo sufre procesos inflamatorios pero están frenados por mecanismos de defensa. En el caso de la infección con el virus Sars Cov-2, se trata de una violenta tormenta inflamatoria.
“La vitamina D se comporta como una hormona -explicó Manucha- y regula muchos genes. Los que nos interesan en este caso son los que modulan la tormenta inflamatoria oxidativa. Además, produce activación del sistema inmunitario. Incluso se puede usar para otras enfermedades”.
En definitiva, buscan contrarrestar esa tormenta con otra por lo que al paciente se le da una carga importante de vitamina D (ver aparte).
Como se sabe, hay patologías preexistentes en los pacientes infectados que pueden complicar su cuadro e incluso llevarlos a la muerte. De hecho, en estas condiciones se registra la mayoría de los fallecimientos en la provincia.
“Cuando el paciente tiene comorbilidades como edad, obesidad, hipertensión y diabetes, ya tiene un cuadro inflamatorio (producto de las patologías) que se suma a la inflamación que produce el virus”, explicó.
El uso de esta vitamina se está estudiando no sólo como tratamiento de Covid sino también para otras enfermedades que conlleven inflamaciones y como mecanismo de prevención ante la probable infección.
Boca de urna
Por el momento están terminando la primera etapa que incluye 200 pacientes, que comenzaron a reclutarse a comienzos de agosto. Serán parte de la estadística cuya evaluación se hará al finalizar esta primera etapa en lo que el investigador definió como un “boca de urna”. Luego pasarán a la segunda instancia, que implica incluir 1.000 pacientes y es la que quieren realizar en Mendoza y otras ciudades como Córdoba y Rosario.
“La epidemiología ha cambiado. Al principio Mendoza no reunía la cantidad de casos pero están aumentando en el interior, entonces planteé como director y mendocino hacerlo en la provincia”, dijo el doctor Walter Manucha. Apuntó que el protocolo ya está siendo evaluado luego de haber mantenido una charla con la ministra de Salud, Ana María Nadal. “En tres semanas podríamos iniciar el tratamiento y podría coincidir con posibles picos, aunque eso es relativo”, refirió.
Pero además apuntó a la posibilidad de usar esta terapia de manera preventiva, tal cual ya están recomendando algunos países. Se ha descubierto que muchos pacientes con cuadros más graves de Covid tenían bajos niveles de vitamina D, por lo que se está recomendando suplementar con 4.000 unidades internacionales de esta por día.
Cómo es el tratamiento que llegaría en 3 semanas
El investigador mendocino Walter Manucha, quien lidera el estudio sobre tratamiento de la Covd-19 con vitamina D, explicó cómo es el abordaje.
“Se trata de muchas dosis de unidades internacionales. Primero una dosis de carga muy alta, a la semana también una dosis alta pero un poco menos y así durante un mes. Incluso tenemos previsto en el protocolo que sigan con el tratamiento en el domicilio”, detalló.
Se hace un estudio que se llama doble ciego: a los pacientes se les entrega un envase pero no saben lo que se les está entregando. A algunos se les da una cápsula de gelatina blanda con excipiente que no tiene vitamina D. Otro grupo de las mismas características recibirá la cápsula con vitamina. Esto porque, para saber si logra resultados, debe eliminarse el sesgo placebo.
Perfil
Walter Manucha dirige el Laboratorio de Farmacología Experimental Básica y Traslacional, un espacio interdisciplinario en colaboración con referentes de otros países. Se desempeña en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo y en el Laboratorio de Farmacología Experimental Básica y Traslacional del Imbecu, CCT Mendoza, Conicet.
El equipo está conformado además por los doctores León Ferder y Felipe Inserra de la Universidad Maimónides de CABA y los doctores Carlos Tajer y Javier Mariani del hospital El Cruce de Florencio Varela, Buenos Aires.