Durante años se consideró que el primer año del secundario era el más complicado de afrontar para los estudiantes. El cambio de nivel implicaba una adaptación que a muchos se les hacía difícil y tenía altos niveles de repitencia. Pero, junto con una adolescencia y un contexto que ha ido cambiando, en las escuelas aprecian que tercero, es el nuevo año más difícil.
Los últimos ciclos lectivos mostraron en este año mayor cantidad de chicos con dificultades para aprobar.
“Lo de tercero se viene observando desde 2019 aproximadamente, es una tendencia que muestra que son los alumnos que están teniendo más dificultades para promocionar”, afirmó Emilio Moreno, director de Educación Secundaria de la Dirección General de Escuelas (DGE).
Los datos lo ponen en evidencia. De acuerdo a lo último cerrado, que es la etapa de recuperación de saberes de febrero, promocionaron: de primer año, 82% de la cohorte de escuelas públicas secundarias orientadas; de segundo, 76%; de tercer año, 67% y de cuarto año, 76%. En definitiva, aunque habrá que esperar los resultados del período de recuperación de saberes que está concluyendo, lograron promocionar menos de 7 de cada 10 alumnos de tercer año.
Hay que agregar que, según detallan en la DGE, la promoción de primer año ha ido mejorando por diversas estrategias y por lo cual, la de este último ciclo, es la más alta de los últimos 7.
A una situación que ya se venía observando hay que sumar el innegable impacto de la pandemia. Quienes el año pasado hicieron tercer año fueron los alumnos que ingresaron a primero en 2020, con el aislamiento y los inmensos cambios que debieron implementarse con la pandemia de Covid.
Además hay que señalar que a partir de tercer año comienza el ciclo orientado, cambian las materias, quizás las formas de trabajar y los compañeros, lo cual también requiere mayores desafíos y contar con los recursos para afrontarlos.
Demasiados cambios
María Ana Barrozo, directora de Educación Secundaria de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) aprecia lo mismo aunque con las particularidades propias de su alumnado.
“Son dos momentos muy particulares en la vida de un joven, el ingreso a primer año, que en el caso de los colegios preuniversitarios constituye una baja en el rendimiento; como el sistema de ingreso es por promedio son estudiantes que vienen con muy altas calificaciones, pero aproximadamente un 30% las baja un poco en relación a la primaria, han entrado con 9,90 o 9,80 de promedio, ya no lo tienen y es quizás de 9 o 9,30″, detalló. Pero sobre todo, dijo que en los colegios de la casa de estudios la repitencia es en general muy baja, aunque ha aumentado y sobre todo en los alumnos de tercer año.
“Lo de tercero está asociado a una etapa de desarrollo del estudiante, lo venimos observando desde hace varios años”, explicó. “Hemos notado un mayor porcentaje de estudiantes con una baja en el rendimiento, y me lo plantearon todos los directores de las escuelas: más estudiantes tuvieron que recuperar espacios y más repitentes, particularmente en tercero”, refirió.
Aclaró que los alumnos de primero, en el caso de esos colegios, siguen siendo excelentes.
Las causas
“La baja en el rendimiento se ve en tercero y tiene que ver con una etapa evolutiva del estudiante, que tiene que ver con un paso de la pubertad a la adolescencia (...) aunque no es tajante, pero sí a los 14 o 15 años hay un cambio en la conformación del estudiante, en su desarrollo evolutivo, empieza a ser un adolescente pleno, empieza rebelarse, no quiere hacer las tareas por ejemplo”, interpretó Barrozo.
Moreno también lo atribuyó más que nada a la evolución psicofísica, resaltó que es cuando mayores cambios, dificultades afectivas y sociales se les presentan.
Y ya se ha dicho mucho: los chicos de ahora no son los mismos que antes de la pandemia y esto ha significado un gran desafió para las escuelas.
“Hoy los chicos tienen distintas problemáticas, hay más uso de dispositivos electrónicos, históricamente les ha costado más a los alumnos de primer año, se ha trabajado en eso y ahora quedó en tercero; es cuando además empiezan los cumpleaños de 15, las salidas, cambia su situación social”, expresó el director.
La pandemia fue una verdadera revolución para el sistema educativo que lo obligó a cambiar formatos abruptamente. Esto tuvo serias dificultades para un amplio segmento del alumnado mientras que muchos quedaron incluso arrastrando saberes adeudados. A estos alumnos se les juntó con el cambio de nivel. Pero además, tanto se ha dicho, la pandemia dejó consecuencias en el plano de la salud mental y la forma de vincularse y los jóvenes fueron los más afectados.
Barrozo subrayó que la pandemia constituyó un verdadero quiebre en las formas de estudiar y de abordar la escuela secundaria.
“Los años más críticos hoy son tercer año por ser el del centro de la trayectoria, y el otro más crítico es el quinto año por ser el último”, opinó Claudio Peña, director de la escuela Vicente Zapata.
Mencionó que tercero es la unión del primer ciclo con el ciclo superior, empiezan a ver más materias, pasan de 9 u 11 a 13 y “se dificulta”, aseguró.
En cuanto a quinto dijo que influye que están con otras cosas como la presentación de camperas, viajes de egresados, preuniversitarios y algunos empiezan a trabajar.
