Suele decirse que la realidad supera a la ficción, y la historia de vida de Carolina Jofré es sin dudas un ejemplo de ello. Su tono de voz todavía suena con la ingenuidad y la bondad de lo joven que es, mientras que sus palabras llevan el peso de experiencias que, con tan sólo 18 años, nadie debería vivir. Sus frases son pocas, pero las necesarias para explicar cómo encontró una segunda oportunidad de vida en un hogar de albergue, y pasó de la soledad y el sufrimiento a impulsar un proyecto solidario para ayudar a jóvenes que transiten el camino que ella misma padeció.
“Es difícil no tener familia, empezar de cero, no tener nada, sentirse perdido”, confiesa “Caro” ante cada pregunta sobre lo tuvo que vivir. Sus primeros recuerdos son de La Paz, donde vivía con su familia antes de viajar a Río IV, Córdoba. Allí, con apenas 9 años, fue trasladada por primera vez a un “dispositivo de cuidado”, vulgarmente conocidos como “hogares infantiles”: cuando un padre, madre o tutor no brinda o incluso vulnera los derechos básicos de un niño, el Estado debe intervenir para restituírselos.
Así pasó con ella y sus hermanos, y aunque reconoció que “no me gusta mucho hablar de mi vida personal, porque fue muy difícil y me trae malos recuerdos”, Carolina contó a Los Andes que “entramos desde muy chiquitos al hogar, fue una vida muy difícil, y podría decir que fea también”. Si bien “es difícil porque te encontrás con muchas personas que tienen distintos problemas, con otras realidades”, la joven insistió: “Podría decir que en el hogar lo tenemos todo, hasta vacaciones, salidas, ropa y comida, no nos falta absolutamente nada”.
Tras casi 4 años en el hogar de Río IV, los cinco hermanos fueron trasladados nuevamente a Mendoza, ya que la familia volvió a mudarse. En ese momento, Carolina fue llevada al Hogar El Nevado, ahora llamado “Corazones Abiertos”, ubicado en San Martín. Hoy, tras haber vivido 9 años en albergues estatales y ser la primera egresada de ese hogar con 17 años, reconoce el lugar como su “segunda casa”: “Me encantaba estar en el hogar, de a poco te sentís parte y se convierte en tu familia. A veces me pasa que me siento sola, y extraño porque toda mi vida viví con mucha gente”, se sinceró. Por su experiencia, no dudó en resaltar: “En el hogar algunos estamos mejor que en nuestras casas, al menos en mi caso sí. A mí me cambió la vida para bien, me hizo muy bien”.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
Es que cuando se acercó a la mayoría de edad, Carolina se encontró en una encrucijada: “Pensaba que estaba por cumplir 18 y no tenía a dónde ir, ni qué hacer de mi vida”, relató. En esos casos, los recién egresados de los hogares infantiles deben volver con su familia, o irse a vivir solos o por su lado. En ambos casos, el Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) perteneciente a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF) acompaña y asiste a los jóvenes en su decisión. En su caso particular, Caro explicó: “Es difícil estar pensando qué hacer de mi vida, si voy a volver con mi mamá o no. Muchos de nosotros no queremos volver con la familia, porque queremos cambiar y ser otra persona, no volver a lo mismo de antes”.
Esa decisión fue un antes y después en la vida de Carolina Jofré, y aunque todavía no lo sabía, también en la vida de muchos otros jóvenes que pasarían por lo mismo que ella. Porque aunque intentó vivir con su mamá “y no funcionó, me di cuenta de que no era lo que yo quería para mi vida”, la joven resolvió jugársela por su propio proyecto de vida. Para eso, se inscribió en el PAE, un programa de acompañamiento para jóvenes sin cuidados parentales, con la intención de irse a vivir sola. “Estaba sola y sin nada. Fue difícil no tener a mi mamá, alguien que es tan importante para cualquier adolescente o persona, y resulta que la mía nunca estuvo, entonces se me hizo difícil impulsarme. No me sentía bien, no sabía lo que quería ni lo que iba a ser de mi vida”, expresó.
Sin madre, sin casa y sin dinero, a Caro le asignaron una “referente” para el programa, Carolina Peres, quien fue la encargada de asistirla para salir adelante y cumplir su proyecto de vida: “Me encontré con una chica que desde el momento uno siempre estuvo muy predispuesta y con ganas de superarse”, manifestó la referente, de 26 años y estudiante de Trabajo Social. Juntas, empezaron a difundir la situación de la recién egresada del hogar, y la respuesta de la gente no tardó en llegar: “Me conmovió recibir esa ayuda, me sentí muy feliz. Estaba muy nerviosa porque no tenía nada, pensaba ‘dónde voy a vivir’, ‘qué voy a hacer’. Ver que me llegaban las cosas de a poco fue muy emocionante”, manifestó Caro Jofré.
“Lo primero que me llegó fue el bazar, y después un escritorio y una mesa chiquita. Hay cosas que me pude comprar, pero no podía con todo, necesitaba al menos lo básico y no lo tenía”, recordó la joven. Y todavía recuerda uno de los momentos que más la sorprendió: “Nunca pensé que me iba a llegar una heladera. Nunca pensé que alguien podía donar eso, es demasiado caro”, describió con alegría. Lo cierto es que semejante gesto solidario de la comunidad le tocó el corazón y puso en acción la bondad de Caro: “Quería que los demás chicos tuvieran la oportunidad que yo tuve, de poder tener sus cosas, y en ese momento surgió la campaña”.
CAMPAÑA “JÓVENES DE PIE”
Apenas terminó de acondicionar su nueva casa gracias a las donaciones, Carolina lanzó la campaña “Jóvenes de pie”, con la ayuda de su referente Caro Peres. Ahora, ambas se dedican a buscar donaciones para que otros egresados de los hogares de albergue tengan una ayuda al dar su primer paso hacia una nueva vida, hacia una nueva oportunidad. “Me gustaría que nos acompañaran a todos nosotros, a los chicos que están por egresar del hogar, ser parte de cada uno de ellos y poder ayudarlos a que logren lo que quieran”, expresó la chica de 18 años.
Lo que empezó siendo una idea impulsada por dos chicas, actualmente es un grupo denominado “Latiendo Juntos”, que reúne a 10 personas bajo el mismo objetivo solidario. “Gracias a Dios la gente se ha sumado, nos han entregado muchísimas donaciones”, entre ellas ropa de cama, colchones, muebles, electrodomésticos, ropa y comida. Tal es así, que el próximo objetivo de Carolina es “encontrar un espacio físico para guardar esas donaciones, porque ahora las tenemos distribuidas en nuestras casas”.
Sin embargo, sus ganas de ayudar van más allá y Caro tiene muy en claro su nuevo sueño: “Con este proyecto no queremos sólo algo temporal, sino que queremos algo más grande, que sea una fundación. Esto por ahora está solamente para ayudar a chicos de zona Este, pero nos gustaría ayudar a todos los hogares de Mendoza, queremos una fundación para toda la provincia”.
Cualquier persona puede colaborar con la campaña solidaria, comunicándose a través de la página de Facebook “Latiendo. Juntos”; y también por WhatsApp con Carolina Peres (2634321415) o Eugenia Farina (2616479219). “Me gustaría que formen parte, porque aunque no todos pasamos por lo mismo, para nosotros es bastante difícil y quizás para otra persona no tanto. Es difícil no tener familia, empezar de cero, no tener nada y sentirse perdido”, finalizó Caro, la protagonista de “Jóvenes de pie”.