Las cascadas ubicadas en El Salto, del distrito lujanino de Potrerillos, y en el sitio privado de San Isidro, del departamento de Las Heras, generaron polémica durante años entre los que disfrutan la naturaleza, ya que se habían convertido en sitios prácticamente inaccesibles para el público general. Hoy, confirman que el ingreso tiene ciertas restricciones.
La polémica cascada de San Isidro
En el 2016 se viralizó un video en la zona grabado por un grupo de motociclistas, que practican la modalidad enduro, en la reconocida estancia de San Isidro, ubicada en el departamento de Las Heras. Allí muestran el agua cayendo de una cascada pública, retenida y conducida a través de un acueducto. Los deportistas denunciaron el desvío del agua del arroyo.
Luego del escándalo, se dio a conocer el dictamen de Fiscalía de Estado, el cual certifica que no hay incumplimientos por parte de los propietarios de la Estancia San Isidro y se especificó que la obra contaba con la aprobación del Departamento General de Irrigación de Mendoza bajo sus normativas, donde los trabajos realizados generaron un mejor aprovechamiento del agua. Hoy, el sitio apunta a ser una reserva privada.
Daniel Vila, propietario de la Estancia, en conversación con Los Andes, mencionó: “Son tierras privadas que compré hace años, y en algún momento unos motociclistas cuestionaron la cascada, señalando que eran terrenos públicos, por lo que yo mismo presenté la denuncia a Fiscalía de Estado para esclarecer el caso”.
“Todo aquel que quiere ingresar a la cascada por motivos turísticos, se identifica y yo lo dejo pasar sin problema, pero son terrenos de propiedad privada”, agregó al ser consultado por el ingreso a la cauce de agua.
Al lugar, suelen acudir visitantes en bicicletas. Según “Conociendo lugares”, civitatis.com y amatur, el recorrido comienza desde el puesto Puerta de la Quebrada, que está en la base del cerro Arco, para dejar el vehículo. Luego se continúa el camino hacia el río seco San Isidro, entre mucha cantidad de piedra floja. “Cuando llegamos a los caños que pasan bajo la ruta de ingreso a la Estancia San Isidro nos entusiasmamos un poco. Se puede tramitar un permiso para ingresar a la propiedad y así comenzar la caminata desde la casa, lo que reduce la distancia considerablemente”, mencionaban en el sitio.
La cascada tiene una caída de unos 20 metros en un lugar de mucha tranquilidad. La vegetación es escasa, lo normal en la montaña y según las reseñas de los visitantes, hacia el costado de la cascada hay un pequeño caracol que lleva al borde del salto de agua.
San Isidro: Futuro punto turístico
El empresario de multimedios adelantó a este diario que su pedido de reserva natural protegida continúa en trámite. “He pedido hace tiempo que se declare área privada o reserva natural protegida”, agregó.
Entre los planes a futuro para la estancia, el magnate confirmó un nuevo complejo turístico, que consta de 11 lodges, 3 dormitorios, un hotel de 15 habitaciones y dos restaurantes. Además de una cancha, una guardería infantil y lo más impactante: un helicóptero para hacer paseos. “Uno de los de los circuitos turísticos que va a tener ese complejo es la visita a la cascada y la Pampa de los Ñangos, donde hay un refugio de montaña que también se puede usar para los circuitos turísticos”, adelantó Vila.
Cascada El Salto, sólo para unos pocos
Los terrenos de este maravilloso paseo son privados, y hasta hace poco, prohibidos. Sin embargo, si alguien desea visitarlo hoy debe atravesar una serie de requisitos: en primer lugar, ser admitidos por el administrador del paso, quien se encarga también del sitio conocido como “El Rincón de los oscuros”.
Desde hace años, los propietarios tuvieron que atravesar problemas y conflictos por la falta de prudencia de las personas, y además, en casos de accidentes, el sitio posee una gran dificultad de acceso, motivo por el cual decidieron cerrarlo y no explotarlo con fines comerciales.
Hoy, el acceso no es libre para todo público y tampoco buscan que lo sea, por lo que debe abonarse una entrada para iniciar la jornada, la cual cuesta 6.500 pesos por persona y permanece cerrado de lunes a viernes. Según las fuentes consultadas, se otorgan muy pocos ingresos, exclusivos para los que cumplan los requisitos de seguridad, comportamiento y cumplimento de horarios.
“Cometimos el error de dejarnos guiar por los que dijeron que pasen que no hay nadie y nos agarró Juan el encargado al galope en medio del camino. Le mostramos que quisimos comunicarnos para pagar y reconocimos nuestro error, así es que nos permitió pagar el pase y seguir. No vayan sin escribirle primero, con 48 horas de anticipación mínimo. Hay que reservar, recibir las instrucciones de seguridad y pagar el derecho a paso”, explicaba la reseña en Alltrails de Lucía Ferreyra, quien visitó el sitio hace unos meses atrás.
Para ser admitidos, los visitantes deben enviar datos personales entre ellos el nombre, apellido, número documento y patente del vehículo, además del comprobante de pago al administrador. Es imprescindible dar aviso tanto para el ingreso como para el egreso del lugar.
El horario de ingreso es desde que amanece hasta las nueve de la mañana, después no puede ingresar nadie, -se recomienda ingresar lo más temprano posible-, el horario de salida es a las 17, después de esa hora nadie puede permanecer en la propiedad. En ese rango horario, los aventureros pueden llegar hasta donde su condición se lo permita, pero sin sobrepasar los horarios establecidos.
Un recorrido de todo el día
Alrededor de cinco horas es lo que demora el tramo de ida y vuelta, la dificultad que ofrece es media - baja por lo cual es una excursión apta para todo público. Sin embargo, por momentos, la pendiente se hace notar especialmente llegando a la cascada, por lo que recomiendan no sobreexigirse ya que es muy difícil evacuar a una persona del lugar.
“Es muy largo el camino y nada fácil pero de todas formas lo recomiendo. Todo el tiempo en subida y el último tramo directamente es escalando”, dijo Natalia, quien visitó el lugar hace un mes.
Ésta hermosa cascada rodeada de cerros se encuentra a alrededor de 2900 metros sobre el nivel del mar, es importante tener en cuenta que a partir de los 2000 metros sobre el nivel del mar se puede experimentar mal de alturas. El sendero principal es el único habilitado y permitido por cuestiones de seguridad, ni cerros ni ascensos.
A lo largo de la senda, la tranquilidad de la escena es propicia para detectar fauna autóctona como guanacos y cóndores. Al llegar a unos 40 metros de la cascada, se puede bajar hasta donde cae el agua, pero con precaución ya que es una bajada con pendiente.
Las vistas que encierra la vertiente son increíbles y es el lugar perfecto para recuperar el aliento. Años atrás, los más valientes podían cargar con una carpa y pasar la noche allí. Hoy, acampar está prohibido.
“Hay partes muy difíciles de atravesar y el suelo está muy pedregoso. Hay que tener cierto entrenamiento, no es para principiantes. Conviene ir acompañado, con buen calzado, pantalón largo y los brazos cubiertos”, advirtió una de las visitantes.