Desde adentro del sistema de Salud perciben el impacto de la vacunación Covid sobre la reducción del ingreso de pacientes con cuadros graves de la infección. Lo que aprecian es que los vacunados en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) son prácticamente inexistentes.
Mendoza y el país han logrado estirar el tiempo sin repunte de casos tras la segunda ola con pico en mayo, mientras en Europa algunos países van por la cuarta ola y un retorno a los confinamientos.
Esta situación es atribuible además a diversas variables. Pero con una menor cantidad de casos, lo que más se lee como beneficio de la vacunación es la ínfima o nula presencia de pacientes vacunados contra la enfermedad en esta área crítica.
Cabe recordar que los inoculantes tienen como finalidad sustancial evitar cuadros graves, internaciones y mortalidad.
Así, en el hospital Central señalan que todos los pacientes que han entrado a UTI tienen esquema incompleto o no han sido vacunados.
Desde la Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Mendoza (Aclisa), la semana pasada sostenían que todos los pacientes en el área crítica no habían recibido el inoculante y que había muy pocos casos en internación con vacunación incompleta.
En la Dirección de Hospitales del Ministerio de Salud provincial no pudieron aportar una proporción de internados vacunados. Sin embargo, señalaron que el martes en hospitales públicos de toda la provincia sólo había dos internados en UTI que recibieron el suero: uno en el hospital Schestakow con una dosis de Sputnik (esquema incompleto) y uno en el Carrillo con esquema completo.
“La vacunación es efectiva para disminuir el riesgo de enfermar gravemente y morir”, subrayó una vez más y con estas pruebas en la mano, la directora de Epidemiología de la provincia, Andrea Falaschi.
“Nos ha posibilitado que hayan disminuido los casos que requieren internación. Los casos que se observan son, en general, leves y no requieren internación”, subrayó.
Menos de dos
Gonzalo Álvarez, delegado regional de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) dijo que en términos de proporción de vacunados en UTI hay pocos datos estadísticos de Mendoza porque hay escasos casos. Señaló que desde la entidad manejan la misma proporción que a nivel nacional y es que 85% de los ingresos a UTI son de personas no vacunadas, con factores de riesgo o comórbidas, que hacen que las enfermedades sean más agresivas.
“El impacto de la vacunación es significativo y es donde hay que seguir apuntando, más si queremos seguir manteniéndonos lejos de las medidas restrictivas que ya nadie quiere”, destacó.
“Los últimos días, si bien ha habido un repunte de casos y es lógico, no hay manera de que el Covid desaparezca de un día para el otro, el esquema de vacunación completo en Mendoza roza el 60% y todavía hay población que se pueda afectar, pero el impacto es notorio”, continuó.
Por otra parte, el médico subrayó que, si bien las distintas vacunas tienen una tasa diferente de prevención del contagio, la tasa de prevención de la forma grave o crítica es alta. “Todas las vacunas son muy efectivas para disminuir las chances de llevar al paciente a terapia intensiva”, resaltó Álvarez.
Mejor escenario
Esa proporción que maneja la SATI es la que pudieron medir desde el pico de la segunda ola, en mayo. Pero con el avance de la campaña parece haberse incluso ampliado.
Es una brecha notoria respecto de lo que observan en Europa, donde en algunos países, 60% de los pacientes en UTI son no vacunados. De hecho, en el viejo continente hay países en situación verdaderamente crítica, como Dinamarca, Alemania o Austria, donde la ocupación de camas es alta y el sostenido aumento de casos preocupa. La cuarta ola, denominada “la pandemia de los no vacunados”, se asocia a la gran cantidad de personas que han decidido no vacunarse y al peso de los grupos antivacunas. Por eso, los especialistas se esperanza con que Argentina logre evitar ese fuerte impacto ante un rebrote.
“La tercera ola, acá y en el hemisferio Norte, afecta sobre todo a aquellos que tienen esquemas de vacunación incompletos o no vacunados”, explicó Álvarez. “Países como España o Italia están empezando a informar casos de pacientes positivos vacunados pero en quienes ya pasaron varios meses desde que completaron el esquema, más de 8 o 9 meses”, agregó.
En tanto, el doctor Sergio Saracco, director del Observatorio de Salud Pública de la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo, destacó que los ingresados en UTI con la pauta completa son generalmente personas inmunodeprimidas o con otras comorbilidades. Hizo referencia a lo que se ve en España, donde hay 18,7 veces más ingresos en UCI entre los no vacunados.
“Teniendo en cuenta que el número de no vacunados es pequeño en comparación con los vacunados, es enorme la proporción de no vacunados ingresados con respecto de la de vacunados”, subrayó.
Por otra parte, Saracco apuntó a las buenas expectativas: “La dosis de refuerzo o tercera dosis mejora la protección contra la variante Delta y en caso de contagio estar asintomático, con tercera dosis esa efectividad mejora a 93%”.
Estrategias
La directora de Epidemiología de Mendoza, Andrea Falaschi, hizo un repaso de las estrategias que desde su punto de vista han permitido esta disminución de los internados en UTI.
Detalló que en Mendoza se ha vacunado con dos dosis al 38% de la población total, al 84% de los mayores de 50 y al 74% de los mayores de 18. “Estamos rápidamente avanzando en niños mayores de 3 años, es decir que el 55% del total de la población ya cuenta con dos dosis. También se ha comenzado con dosis de refuerzo en mayores de 70 años, personal de Salud (público y privado) y servicios de emergencia”, enumeró. Agregó a los geriátricos (personal y residentes) y centros de hemodiálisis. Además se están colocando dosis adicionales a personas inmunosuprimidas y a mayores de 50 años que recibieron dos dosis de Sinopharm.
Recordó que en cuanto al factor ocupacional de camas UTI, en el Gran Mendoza es del 23,44% y del 18,58% en todo el territorio mendocino.
Pero por otra parte, noviembre ha sumado 10% más casos que octubre. “Se observó un aumento de casos como en todas las grandes urbes. Nosotros hemos cambiado el protocolo desde octubre para hisopar a los contactos asintomáticos de casos confirmados, estamos haciendo vigilancia estricta”, detalló.
Además en la definición de caso sospechoso se agregó a vacunados con síntomas de Covid quienes deben realizar test diagnóstico y se han habilitado puestos de testeo en plazas del Gran Mendoza. El porcentaje de positividad se mantiene por debajo del 5% y está en alrededor del 1,5%.