A esta altura, es sabido que el yoga aporta numerosos beneficios físicos, emocionales y mentales: baja los niveles de estrés, brinda paz y equilibrio y, a la vez, promueve la unión entre el cuerpo, la mente y el espíritu, algo tan deseado en estos tiempos.
Así lo entendió el Colegio Notarial de la Provincia de Mendoza, con sede en Patricias Mendocinas 756 de Ciudad, que decidió ofrecer esa actividad a sus escribanos, con la intención de mejorar su calidad de vida.
Y así fue: las clases de yoga representan desde hace varios años un encuentro motivador, un complemento ideal dentro de la oferta que la entidad ofrece a los profesionales y que abarca una gama amplia de actividades tales como coro, pintura, teatro y guitarra, entre otras. Todas estas disciplinas se dictan en los salones que la sede posee para esos fines.
“Me encanta esta propuesta de yoga, por eso me anoté apenas surgió, varios años atrás. Es una gran oportunidad para todos los escribanos a quienes les recordamos que se pueden seguir uniendo”, indicó Laura Andía, escribana y alumna del taller de yoga.
El taller, mayoritariamente concurrido por mujeres pero abierto a todos los interesados, se dicta los lunes a las 14.30. “Más hombres deberían ser parte de esta propuesta tan importante. Recién cuando uno empieza a notar los beneficios, el equilibro, la paz y la tranquilidad que aporta el yoga nos damos cuenta de su verdadera importancia”, sostuvo a Los Andes María Elena Di Francisco (“Mary”), la profesora. “El yoga permite unir todo el engranaje que existe dentro de uno mismo, enseña a conocerse y los resultados, insisto, son sorprendentes”, añadió esta profesora de 67 años “cronológicos”, aunque de 40, a juzgar por su jovialidad, su actitud y su alegría de vivir.
Laura Andía agregó: “Todos esperamos ansiosos los lunes para asistir. La meditación resulta fundamental en estos tiempos vertiginosos y colmados de estrés en el que todos estamos inmersos. Es una experiencia hermosa, agradable y nos permite encontrarnos entre los colegas desde otro lugar muy diferente, fuera de la faceta profesional. Allí nadie habla de problemas ni de trabajo”, amplió.
“Mary” relató que trabajó toda su vida en rubros muy diferentes. En un principio, siete años en el comercio y luego en dos bancos, alrededor de 15 años. “Los bancos me ´quemaron’ la cabeza. Estaba acelerada, preocupada. Hice el curso de yoga siendo muy joven y empecé de a poco a descubrir este mundo nuevo que me brinda tantas satisfacciones”, recordó.
Su hijo fue quien le dio la idea de dar clases. “Hoy se lo agradezco porque soy muy feliz haciendo esto y me encanta ayudar a la gente. Es que el yoga también es eso, ayudar a que los demás puedan conocerse a sí mismos y sentirse muchísimo mejor”.
Según dijo, el propio ser humano tiende a buscar la unión entre el cuerpo, la mente y el espíritu. “Pero hay que trabajarlo, no llega solo y cada uno tiene que volcar esfuerzo”.
Laura es una de las alumnas que nunca falta a las clases y que descubrió con el yoga una nueva forma de vivir, de disfrutar y hasta de compartir. “Es fantástico, por eso somos un grupo que hacemos todo lo posible para continuar, para jamás abandonar estos espacios de encuentro a pesar de las dificultades propias de la rutina diaria”, sostuvo, para recordar que durante el período más estricto de la cuarentena la profesora dictó clases online. Agregó que en general uno sale del taller de yoga renovado. “Y es muy positivo que esto se visibilice y que se sigan sumando”.
Mary, por su parte, aportó: “Les aconsejo a los hombres escribanos que forman parte de esta propuesta que tienen las mismas condiciones que las damas y que los beneficios serán los mismos”. Y amplió:”Los grandes maestros y guías de yoga son hombres, tienen ese dato para tener en cuenta”.
Para iniciar la actividad en este taller que dicta el Colegio Notarial no se requiere una preparación previa. “Simplemente tener ganas y estar predispuestos para iniciar una filosofía de vida distinta”, aclaró Mary. Añadió que el yoga aporta un estado de bienestar integral sin distinción de géneros.
Finalmente, la instructora destacó que se trata de una actividad muy interesante para los deportistas porque permite una gran elongación en la columna y extremidades. “Además de la elongación, su cabeza va a estar muy concentrada y conectada”.