¿Quién no ha visto alguna de esas entretenidas películas familiares en que un grupo de perros bien prolijos, perfectos y talentosos se lucen con una serie de destrezas en un circuito de obstáculos, buscando convertirse en el ganador? De hecho, en estas producciones nunca falta el perrito que es más desestructurado y que, o bien destroza todo a su paso, o sorprende a los demás alzándose con el primer premio.
Pues bien, esta disciplina es el entrenamiento que se conoce como “Agility” y justamente consiste en preparar al perro y enseñarle a reaccionar y accionar frente a determinados obstáculos, incluso identificando de qué manera sortearlos, según la disposición y la instrucción de sus compañeros humanos.
“De a poco, la gente ha ido descubriendo lo que es Agility como entrenamiento. De hecho, hay gente que se anota para ver qué onda y ver qué puede hacer con su perro y termina descubriendo un deporte adictivo y con el que se enganchan, ¡la gente y el perro!”, sintetiza Yésica Casá, instructora canina y líder de la escuela canina Cure Agility, una de las más importantes de Mendoza en este tipo de entrenamiento.
“Al perro se le termina haciendo una rutina y, si deja de entrenar, desarrolla hiperactividad”, resume la especialista.
De hecho, en los últimos años ha crecido la cantidad de mendocinos y mendocinas que se inscriben en estos ejercicios. Y no con miras meramente a lo competitivo, sino con una visión más amplia y que apunta a entrenar ìntegramente a sus compañeros y compañeras canes y a desarrollar una disciplina de orden.
“La simbiosis y la conexión con el perro son claves. Y hay que tener un buen estado físico, ya que en estos certámenes uno tiene que ir corriendo a la par del perro y dándole las indicaciones”, detalla a su turno el chef Sergio Guardia.
En el caso de Sergio, descubrió esta disciplina frente a la curiosidad y la búsqueda de hacer y compartir algo con su compañera peluda, una border collie de un año llamada Cata. De hecho, fue viendo videos de exposiciones y competencias de Agility que el mendocino y Cata descubrieron este mundo.
Este fin de semana, en el Club Unión (Guaymallén), tendrá lugar una competencia de destrezas y entrenamiento Agility y del que participarán 50 duplas (humanos y perros) de toda Argentina, Chile y Uruguay.
“Cualquier perro puede practicar Agility, sin importar si es raza chica, mediana o grande. Lo único que se necesita es tener un buen vínculo con el perro. A veces viene gente muy ortodoxa, y si el perro es muy emocional, no funciona. Pero cualquier persona y cualquier perro que tenga buena salud puede entrenar. No hace falta raza y pedigrí especial”, sintetiza Casá.
CLAVES PARA ENTRENAR A UN PERRO
Más allá de su costado competitivo, el entrenamiento Agility resulta fundamental para lograr controlar la disciplina de cualquier perro. Y eso es algo que los mendocinos y las mendocinas tienen cada vez más en claro.
Cure Agility es una de las 4 escuelas especializadas en esta disciplina de la provincia, y actualmente cuenta con 18 duplas. A ellas se suman otras 6 que están en lista de espera, principalmente por motivos relacionados a los cupos y la disponibilidad.
“Es un deporte escaso en Mendoza y que no tiene mucha difusión. Pero, así y todo, la gente se muestra interesada”, detalla la instructora y quien hace 10 años se ha especializado en esta técnica.
Para Yésica, uno de los grandes obstáculos -valga el uso del término en una disciplina donde estos elementos juegan un rol clave- ha sido que, durante años, se lo enfocó pura y exclusivamente en el lado de la competencia.
“Recién ahora se empezó a orientar a cualquier persona que tenga un perro. Y es que el deporte en sí puede ayudar en la parte física a aquellos perros con algunos problemas. Y el cortisol baja y los relaja, es hasta una cuestión terapéutica”, resume Casá.
Al comienzo, el sistema de premios positivos por medio de alimentos es la clave para acostumbrar a los perros y las perras.
“Funciona con estímulos de premio. Cuando acata la orden y hace lo que se le pide, le das algo de comida y que sea distinta a la que come siempre. Si come alimento, le podés dar hígado. Luego, en la medida en que mejora, le das pedacitos de pollo y así lo vas motivando más y más”, destaca Sergio, quien es chef de una bodega mendocina.
Precisamente en base a esta práctica, cada perro o perra termina entendiendo sobre cuándo tiene que cruzar, cuándo tiene que saltar, cuándo debe bajar y cuándo tiene que ir a la derecha o a la izquierda.
El sistema de premios y estímulos con comida es muy recomendable, aunque solamente al comienzo. De hecho, con el tempo se va logrando esa simbiosis y el perro y su compañero humano se entienden a la perfección.
Incluso, durante las competencias y exhibiciones profesionales de Agility no está permitido darles comida a los perros, ni siquiera a modo de premio y/o estímulo.
ENTRENAMIENTO Y CONCENTRACIÓN
Sergio Guardia y Cata son novatos en el entrenamiento Agility. Así se define él mismo, quien aclara que se iniciaron en la técnica en marzo de este año. Dos veces por semana, el chef y la border collie entrenan en el Club Unión -que tiene un circuito especial para esta disciplina-, a las que suman otros 3 o 4 entrenamientos semanales en casa y en un circuito casero.
“La clave es practicar, practicar y practicar. Pero no solamente la práctica de dificultades, sino todo lo que se refiere a comportamiento del perro, el cuidado con el entorno. Porque uno practica y hay perros al lado”, sigue Sergio.
Como en cualquier entrenamiento, hay distintos niveles vinculados a la experiencia y antigüedad en la práctica. En ese sentido, Yésica Casá destaca que la ayuda del estímulo en la comida como recompensa positiva es fundamental para quienes recién se inician.
Claro que después se requiere un entrenamiento más especializado, parta hacer foco en lo relacionado a saltos y movimientos más puntuales. De hecho, según estima la especialista, recién transcurridos los primeros 5 meses de entrenamiento se puede iniciar un primer circuito.
“Si bien lo más importante es estar dispuesto a disfrutar con tu perro, el Agility puede ser frustrante también. Porque puede ser que, como cualquiera de nosotros, el perro no tenga ganas o ánimo para trabajar”, detalla la instructora canina.
“El deporte en sí tiene impacto. A mí, desde lo personal, me ha tocado recibir a gente que vienen con ciertas razas de perros con problemas en la cadera, o problemas de obesidad. Y ahí es preferible decir que no de entrada antes de estar forzando y estresando la situación y a los perros”, se sincera Casá.
COMPETENCIA EN MENDOZA
El sábado 14 y el domingo 15 de septiembre tendrá lugar en Mendoza la competencia de Agility Regional Cuyo. Será en el mencionado Club Unión (Mathus Hoyos 5281, El Sauce, Guaymallén).
“Va a participar gente de Uruguay, de Chile y de toda Argentina. Participarán 50 duplas, un número alto si se tiene en cuenta que en las competencias provinciales solemos ser 15″, destacó la instructora de la escuela canina Cure Agility, que -además- organiza esta doble fecha en Mendoza.
Como juez invitado participará el brasileño Felipe Minet, número tres del mundo; campeón brasileño 2022 – 2023 y subcampeón en Suecia en 2018 y en Austria en 2022.
El sábado y domingo, las 50 duplas participantes se desempeñarán en 20 pistas que abarcan Grado recreativo, Grado 1, Grado 2 y Grado 3. Además, se hará ritual del bautismo a los corredores iniciantes.
También habrá feria de artesanos especializados en artículos para perros, además de sorteos.
Tanto el sábado como el domingo, las puertas estarán abiertas de 9 a 15 y se cobrará el estacionamiento (2.000 pesos por vehículo), mientras que la entrada por persona es libre. Lo recaudado se destinará a mejorar y equipar las instalaciones de la escuela.
“Si alguien quiere ir y llevar a su perro, puede hacerlo. Solo pedimos que lo lleve con correa y pechera. Hay que entender que no deja de ser una competencia y no se puede meter cualquier perro a la pista”, concluye Yésica Casá.