Sin vueltas ni tapujos, Lila Levinson –verdadera leyenda mendocina que lleva en su haber nada menos que 16 conducciones de la Fiesta Nacional de la Vendimia– confesó, en diálogo con Los Andes, que sueña con volver a pisar el escenario del teatro griego Frank Romero Day en 2023 y convertirse en una de las voces del evento.
La idea, en realidad, nació de su colega Alicia Sisteró, periodista gastronómica de Food Lovers y admiradora de la trayectoria de Lila. Por eso inició una campaña que cada día suma más adeptos.
Jovial, divertida y con una energía que contagia, Lila dijo que el secreto de su buena onda es “mente, energía y suerte” y reconoció su deseo de conducir la fiesta. Sería la edición número 17 a nivel nacional y una más de las “cientos” que lleva a nivel departamental.
Se niega a confesar la edad. Sin embargo, siempre entre risas, luego reconocerá que el 18 de diciembre próximo, en muy pocos días, celebrará nada menos que 85 jóvenes años rodeada de su segundo esposo (“que todavía me aguanta”, dice); sus cuatro hijos; 10 nietos y ¡7 bisnietos!
“Pero ojo, sólo son años. De mente, espíritu y cabeza estoy perfecta, por eso realmente me gustaría volver al escenario del teatro griego, al que siento como si estuviera en el living de mi casa”, sintetiza.
El cariño del público que recibió toda su vida y el “feeling” impresionante, tal como lo define, que tiene con la gente, la llevaron a sentirse amada, respetada y admirada durante toda su carrera.
“Me siento cómoda y segura frente al escenario. No lo digo de soberbia, es la pura verdad, y creo que eso responde al trabajo en las 16 ediciones nacionales que llevé a cabo con tanta pasión”, indica
En 2014, recuerda, hizo la conducción de la primera noche de repetición y estuvo mano a mano con artistas de lujo que hoy recuerda con un cariño especial: Armando Manzanero, María Marta Serra Lima, Patricia Sosa, y más…
“¿Qué más puedo pedir? Lo tuve todo y me encantaría estar nuevamente en la fiesta, sería un premio a mi trayectoria y, más allá del halago inmenso, sería una manera de poder retribuirle al público lo mucho que me ha dado a lo largo de los años, de las décadas…”, evoca.
“En las ocasiones que no la conduje era un clásico de todos los días salir a la calle y que todo el mundo me preguntara cuándo regresaría. Gente que me pedía que volviera y creo que no hay regalo más hermoso y preciado que el cariño del público”, reitera.
Anécdotas de todo “tipo y color” fue cosechando a lo largo del tiempo y confidencia que el Teatro Griego le ha dado los momentos más maravillosos de su vida.
“Pocos días atrás estuve probándome vestidos del año 1964 y me quedan perfectos. Es cierto, tengo años, no lo voy a negar, pero mi rostro y mi voz siguen intactos”, asegura Lila, que nació en Guaymallén y que tiene un espíritu envidiable.
Una movida con muchos adeptos
Para Alicia Sisteró, a esta altura del partido, nadie puede negar que Lila Levinson representa una leyenda viviente en Mendoza, mote que se fue ganando a fuerza de mérito, trabajo y profesionalismo tras años de ser la “voz” nada menos que de numerosas fiestas nacionales de la Vendimia.
Aunque la separan varias generaciones, Sisteró, de 47 años, admiradora de la trayectoria de su colega tuvo la idea de hacer circular en las redes –especialmente entre periodistas, locutores y público en general– un escrito muy emotivo que dice así:
“Lila Levinson ha expresado en varias oportunidades su deseo de conducir una vendimia más, antes de morirse. Voy a presentar una nota al Ministerio de Turismo para que se la convoque a modo de homenaje a ser parte del grupo de conductores del acto central ¿Me decís por favor si te sumás? La idea es que seamos la mayor cantidad posible de periodistas. Solo tendrías que darme tu nombre y DNI. No hace falta firmar de puño y letra”.
Apenas “lanzó” su campaña, impulsada por un deseo individual, Alicia quedó sorprendida con la gran cantidad de gente que firmó el petitorio, incluso fuera del ámbito periodístico. Y otra mucha gente que se interesó y lo está replicando.
“Me he cruzado con ella en muchos eventos y siempre me encanta conversar, escuchar sus historias, es una mujer encantadora y repleta de vida. Tenemos mucha suerte de que todavía esté activa en los medios y creo que es merecedora de un reconocimiento de esta naturaleza”, puntualizó.
Y agregó: “Hace poco me la crucé y me confesó su deseo de ser la voz de la fiesta otra vez. Ella está muy bien, pero sabe que es mayor. Le comenté a colegas, y todos estuvieron de acuerdo en la idea de presentar una nota al ministerio. Creo que nadie se ha negado porque en general la apoyan y desean que sea agasajada en vida, reconocida por su trayectoria”.