Cómo hacer pausas activas en el trabajo para evitar dolores de espalda y cuello

Ya sea en casa o en la oficina, la movilidad es importante para la salud ergonómica y para evitar malestares crónicos. La estrategia de pausas activas es la mejor forma para prevenirlo.

Cómo hacer pausas activas en el trabajo para evitar dolores de espalda y cuello
Se trata de pequeños periodos de descanso de tres a quince minutos de duración. | Imagen ilustrativa / Web

Las nuevas modalidades de trabajo como el home office, la actividad laboral se desarrolla cada vez más de manera sedentaria. Los trabajadores pasan la mayor parte de la jornada laboral frente a una computadora y pasan largos periodos de inactividad, lo que termina siendo perjudicial para la postura, la espalda, el cuello y la ergonomía en general.

Es verdad, también, que son problemas afectan tanto a personas que trabajan de pie como a quienes permanecen sentados. No es difícil encontrar artículos científicos que aborden la problemática de los trabajadores de oficina y su percepción de malestar físico en diferentes zonas del cuerpo.

Estas molestias, especialmente en la zona de la espalda y cuello, con el tiempo pueden desembocar incluso en problemas para desempeñar la actividad profesional con salud. Por eso es tan importante prevenir y tomar medidas antes de que sea tarde.

Lo que podemos hacer al respecto es incluir la estrategia de las pausas activas. Se trata de pequeños periodos de descanso de tres a quince minutos de duración, en los cuales el trabajador aprovecha para cambiar de posición, caminar, subir unas escaleras o realizar algún ejercicio físico de movilidad de articulaciones. Incluso los estiramientos de la musculatura se consideran pausas activas.

El principal objetivo de las pausas activas es interrumpir las posturas prolongadas propias de los trabajos sedentarios para combatir las molestias musculares. De paso, también se genera un gasto energético que activa el cuerpo.

Estudios científicos corroboran que el solo hecho de estirar los músculos y cambiar de posición de trabajo, como pasar de estar sentados a estar de pie, reduce la percepción de cansancio y la fatiga a nivel muscular al final de la jornada laboral. Estos beneficios se notan especialmente en la zona de la espalda.

En caso de no poder levantarse de la silla, una alternativa viable sería realizar estiramientos desde el propio puesto de trabajo. En principio, nos deberíamos centrar en los músculos que estabilizan el cuello, la zona de las hombros y el tronco.

No obstante, también podríamos movilizar las piernas y estirar la musculatura del muslo, pantorrillas y glúteos sentados en la silla.

Si tenemos libertad para movernos durante tres o cinco minutos, deberíamos aprovechar para dar un pequeño paseo que, idealmente, incluya subir escaleras, y terminar realizando estiramientos de pie.

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