Tiempos de Fiestas de Fin de Año y la llegada del Año Nuevo y con ello, como es tan típico de esta cultura, de mesas cargadas. Es que parece que inevitablemente gran parte del festejo pasa por el menú. Pero además, es usual que en esta época se sumen reuniones a las fiestas ya instaladas, con amigos, eventos laborales y de otra índole. Esto hace que el estómago llegue a la noche de Año Nuevo, por lo menos habiendo comido más y diferente de lo habitual. El asunto es cómo “sobrevivir” a la última cena del año si tendrá delante una mesa abundante y sobre todo de comidas pesadas.
En esta nota, 10 estrategias para que el 1 de enero no sea un día complicado.
- No dejarse llevar por las emociones. Para muchas personas, las fiestas de fin de año llegan “cargadas”. El estrés acumulado durante el año, el cierre de ciclos, la organización de las reuniones, pasarlas no necesariamente con quien se desea, rispideces en las relaciones, separaciones y/ o ausencia, pueden afectar el estado de ánimo. Esto puede hacer que la ansiedad se vuelque en lo que se come y que se haga mal o de más.
- Ser consciente de lo que se come. Si hay algo en lo que hacen hincapié los nutricionistas es en que se debe comer de manera consciente, prestar atención al proceso y lo que se elige. En el contexto de las celebraciones, distracciones y charlas pueden hacer correr el foco de este asunto, lo que lleva a comer de más y probables descomposturas.
- Sentarse para comer. Las comidas de pie, mientras se pulula de charla en charla, así como el picoteo, pueden hacer que se coma de más y durante más tiempo.
- Usar plato. Es una estrategia para medir las cantidades, ya que si uno pica o se sirve directamente de bandejas no tiene real conciencia de lo que se sirvió. En este sentido, como siempre, la recomendación de los nutricionistas es tomar un plato de tamaño “medido”, no uno de mayores dimensiones, y colocar allí todo lo que se va a comer, sin repetirse. ¡Un desafío! Sí! En fiestas en las que la mayor parte del suceso pasa por la comida.
- No olvidar los vegetales. Tratar de incluir en el menú alimentos con vegetales, preferentemente frescos y frutas. Permitirán saciarse con algo menos pesado para el estómago, favorecer la digestión y tener algo fresco en condiciones de altas temperaturas, típicas de la época.
- Hidratarse y tomar agua. Sin dudas, un elemento crucial. Con altas temperaturas es importante conservar la hidratación, en particular con agua. Además, la mayoría de las personas consumen bebidas alcohólicas y esta puede ser una estrategia para “diluir” el efecto del alcohol.
- Ofrecer una bebida digestiva natural. Un té de alguna hierba digestiva después de la comida puede ser una estrategia que ayude si se ha comido pesado.
- Evitar sobras. Al organizar el menú hay que tratar de que sea lo necesario para que las “sobras” no queden en la heladera y se siga con ese menú más allá de la noche de Año Nuevo.
- Cuidar el menú previo. Otra estrategia es intentar que las comidas previas sean lo más saludables y livianas posible para evitar sobrecargar el estómago.
- Cuidar la cadena de frío y la higiene. Hay que recordar este punto para evitar alguna intoxicación, sobre todo teniendo en cuenta que a veces se preparan grandes cantidades, se traslada comida o se deja sobre la mesa mucho tiempo y en épocas de calor esto puede implicar la proliferación de bacterias.