Cómo tener la mente en blanco durante el sexo y así disfrutar más

Cuando estamos empezando a tener sexo, nuestro cerebro comienza a hacer un recorrido por una lista infinita de tareas pendientes, charlas viejas o pensamientos invasivos que no tienen nada que ver con lo que está ocurriendo. ¿Cómo evitarlo?

Cómo tener la mente en blanco durante el sexo y así disfrutar más
Los pies son una de las zonas más sensibles

Muchas personas pasan por la situación de tener pensamientos distractores en el momento en que comienzan a tener relaciones y, si no están atentos e intentan pararlos, pueden pasar toda la noche con “el cuerpo en un lugar y la mente en otro”.

Desde tareas pendientes, hasta la preocupación por cómo se verá nuestro cuerpo en tal posición, o si la relación tendrá futuro luego de ese encuentro, son muchos los pensamientos que pueden asaltarnos en mitad de un encuentro sexual y no ayudan nada a nuestro deseo, excitación ni a alcanzar el orgasmo.

Si bien es cierto que en los últimos años el multitasking ha ganada terreno en todos los ámbitos, y nos vanagloriamos de poder enfocarnos en varias cosas a la vez, en materia sexual no es conveniente esta práctica, ya que corre el foco de lo que es realmente importante: relajarse y disfrutar.

Un estudio publicado en la prestigiosa revista Archives of sexual behavior indica que tanto hombres como mujeres tenemos pensamientos “intrusivos” durante los encuentros sexuales. Por suerte, otros estudios indican métodos que pueden ayudar a eliminar esos pensamientos y ayudan a conseguir mejores orgasmos.

Por ejemplo, muchos científicos aseguran que las mujeres puedan tener un clímax cien veces más intenso gracias a la meditación, preparando la mente para el disfrute y vaciándola de distracciones.

El estudio de la revista Archives of sexual behavior, además, indica que se da en mayor frecuencia en chicos pensamientos relacionados con las expectativas, y en chicas estos otros acerca del aspecto físico.

Un estudio de la Universidad de Groninga, en los Países Bajos, comprobó que cuando las mujeres experimentan un orgasmo se produce un descenso en el flujo sanguíneo del área orbitofrontal lateral del lado izquierdo del cerebro. Además descubrieron que la calidad de los orgasmos femeninos está relacionada con un alta activación de la ínsula, un área relacionada, entre otras cosas, con el procesamiento de sensaciones corporales y de la empatía.

Por eso, es más frecuente en las mujeres pensamientos intrusivos relacionados con el cuerpo y la autoimagen. La mayoría de las veces, el saldo no es positivo ya que en casi todos los casos las mujeres tienen una opinión demasiado crítica de su propio cuerpo y pueden sentirse inseguras en el momento en que conectan con ideas de connotación negativa como “verse gordas o flacas”, “tener poco o demasiado busto” o cualquier circunstancia que atente contra la seguridad en sí mismas.

Por este motivo, la química con la pareja es importante, pero casi tanto como la relajación y la predisposición. Es curioso pero la mujer solo disfruta del sexo cuando su cerebro alcanza la desconexión y las constelaciones neuroquímicas y neurológicas se alinean hacia el orgasmo, la diversión y el placer.

Otra parte importante de los pensamientos que aparecen durante el sexo están relacionados con las expectativas. Ponernos a reflexionar sobre el contraste entre lo que esperábamos y lo que está siendo no ayuda nada a que nos concentremos en lo que estamos haciendo, y afecta enormemente a la excitación.

Puede ocurrir que la persona esté muy excitada, y que haya empezado a sentir cómo los impulsos cerebrales recorren los centros del placer pero no se dispararán (ni podrá alcanzar el orgasmo) si la amígdala, estructura responsable del temor y de la ansiedad cerebral, no está desactivada.

También están los pensamientos vinculados a las emociones, en los que se empieza a cuestionar cómo va la relación, sobre algún roce o preocupaciones de la convivencia.

La amígdala forma parte del llamado cerebro profundo, ese donde priman las emociones básicas tales como la rabia o el miedo y también el instinto de supervivencia. El placer también se origina en la misma región cerebral. Por eso, cualquier pensamiento de tipo emotivo se origina en este lugar, por lo que debemos vaciarla para poder llegar al éxtasis.

Para ello, el ejercicio y el yoga pueden ayudar a controlar la mente y eliminar todo aquello que te impide disfrutar la sexualidad. Sin embargo, no todos disfrutan de esta actividad, por lo que dejamos 11 consejos que pueden ayudar a dominar los pensamientos indeseados en el momento de estar con la pareja.

1. Concentración en los estímulos que dan placer. La mente debe estar relajada y debe enfocarse en los estímulos que están sucediendo: las caricias, las palabras, besos, todo cuenta a la hora de de encender la libido.

2. Imaginación ya que el cerebro es el órgano sexual más importante. Pensar en algo que te excite, recordar y recrear una escena puntual también sirve para alejar las imágenes negativas.

3. Tomar las riendas con una actitud abierta y activa, expresando lo que se siente y guiando a la pareja para que sepa qué es lo que más te excita. Debes marcar las zonas que tiene que activar, ir guiandolo en el camino hacia el orgasmo.

4. Non Stop. Si el día ha sido largo y ves muy lejos la posibilidad de un orgasmo, es justamente cuando más debes permanecer concentrado y relajado, sin detenerte en la búsqueda de tu placer y el de tu pareja.

5. Hablar, gemir, gritar, susurrar, todo vale para poner tu cabeza en lo que estás diciendo, ya que mientras te expresas el cerebro va creando imágenes que te ayudan a conectar con el placer.

6. Control contextual preparando el entorno para que haya la menor cantidad de distracciones posibles. Si sabemos que somos tendentes a “salirnos de la escena” cuando nos llega un mensajito al celular, lo pones en silencio. Todo lo que haga falta para reducir los posibles distractores.

7. Practicar yoga o mindfulness. Ambas actividades ayudan a que aprendamos a redirigir nuestra atención hacia donde queremos. Además estas prácticas se centran precisamente en focalizar la atención sobre las sensaciones del cuerpo, en conectar con ellas, así que resultan un entrenamiento genial para estas cosas.

8. Establecer contacto visual con tu pareja. Mirarse a los ojos, además de ser una cosa muy bonita e incluso romántica, hace que nuestra atención se fije en un objetivo, lo que nos sacaría del bucle de pensamientos en el que hemos caído. Además para algunas personas el sexo mirando a los ojos a la pareja resulta más intenso a nivel emocional.

9. Relajación. Hay dos grandes tipos: la relajación a través de tensión-relajación muscular y la relajación a través de la respiración. Aprender a relajarnos nos ayudará a reducir el nivel de activación mental y por tanto hará que se reduzcan los pensamientos intrusivos. Una nota: la relajación, como otras tantas cosas, requiere de práctica para ser efectiva. En internet hay varios métodos, similares a los de meditación.

10. No le des más importancia de la que tiene: si aparece un pensamiento que nos genera malestar o nos saca de la situación, como la imagen (no deseada) de un ex, no pasa nada, déjalo ir y céntrate en lo que haces. Cuanta más importancia le demos a un pensamiento más potente será, así que ignoralo y tal y como ha venido se irá.

11. Fantasea. El cerebro no deja de funcionar en ningún momento, por mucho éxtasis que estemos teniendo, de manera que ya que la máquina no va a parar hagamos que juegue a nuestro favor. Fantasear durante el sexo es uno de los motores más potentes para la excitación y el deseo. “La fantasía no es para concentrarte, sino para mantenerte en presente en lo que está ocurriendo entre los dos. Se trata de pensar en una imagen, una memoria o una historia. Eso te puede dar un empujón sexual”, dice la doctora Brotto.

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