Cómo vivió Mendoza la Revolución de Mayo

Especialistas coinciden en señalar que fue una época de conflicto social y de libertades sesgadas. Cómo se vivió en Mendoza.

Cómo vivió Mendoza la Revolución de Mayo
La imagen recrea la reunión del 25 de Mayo, cuando se creó la Primera Junta de Gobierno. / Archivo

Como se señala habitualmente para estas fechas, en Mendoza se vivió de manera muy particular el 25 de Mayo y Los Andes consultó a especialistas para que den más detalles.

En un contexto en que una parte de la sociedad reclama por sus libertades coartadas (devenidas de las restricciones para evitar la propagación del Covid-19), vale la pena un repaso por lo que esta palabra significó para los autores y miembros del primer gobierno patrio y del pueblo que los apoyó.

Antes, bien vale un repaso de lo sucedido hace más de 200 años. Según se explica desde el portal de la Dirección General de Escuelas, luego de las invasiones inglesas y de la respectiva victoria de las tropas criollas ante éstas, un sentimiento de unidad y fuerza emergió entre la población rioplatense. España vivía desde 1808 el avance de tropas napoleónicas y su poder político y económico se debilitó en poco tiempo. El siglo XIX comenzaba así con grandes cambios políticos y económicos. El Virreinato del Río de la Plata ya contaba con una elite intelectual, un sector comerciante —que a su vez estaba imposibilitado para comerciar libremente con Inglaterra— y un grupo de criollos armados que cada vez fortalecían más su poder militar. El descontento entre los criollos de Buenos Aires crecía a la par de las pretensiones de organizar un gobierno autónomo y la práctica del libre comercio. Así, un proceso intelectual, comercial y militar con ideas independentistas comenzó a desarrollarse en el Virreinato del Río de la Plata.

El 13 de mayo de 1810 llegó la noticia de que Sevilla había caído en manos de las tropas de Napoleón y de esta manera el virrey Cisneros se vio obligado a ceder ante los criollos que pedían una convocatoria a Cabildo Abierto. Fue el 22 de mayo cuando se realizó una sesión de Cabildo Abierto en la que se decidió destituir al virrey Cisneros. El pueblo de Buenos Aires finalmente impuso su voluntad al Cabildo el 25 de mayo, creando una Junta de Gobierno integrada por el presidente Cornelio Saavedra. Se iniciaba el proceso revolucionario que desembocaría en la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.

Paola Figueroa, doctora y profesora de Historia explicó que la visión tradicional del 25 de Mayo nació a finales del siglo XIX a partir de la obra de Mitre. “Es decir, es una versión liberal donde se cuenta lo que fue el primer gobierno patrio y que nos deshicimos de los españoles. Es una narrativa que permite decir que desde allí nació la Argentina”, comentó la especialista.

Sin embargo agregó que a la luz de otros actores (mujeres, esclavos, mestizos, por ejemplo) y de otras investigaciones se configuró otro panorama. “El siglo XIX arrancó muy fuerte, incluso con revueltas de finales del siglo XVIII con mucha conflictividad social a la que se sumaron los comerciantes criollos. Así, la revolución de mayo fue una nueva política institucional pero la economía, la cultura, la técnica siguió, no hubo rupturas. Siguió habiendo esclavitud, por ejemplo. Lo que cambiaron fueron los privilegios de un sector, de la burguesía de Buenos Aires. Ellos se beneficiaron porque se legalizó el comercio con Inglaterra y el flujo de las materias primas. Para el campesino de la estancia siguió siendo lo mismo”, detalló.

En tanto, indicó que en Mendoza las noticias de la revolución llegaron recién en junio y que incluso muchas provincias desconocieron lo que ocurrió en Buenos Aires. Figueroa habla de un proceso político interno que en sus inicios fue complejo. “Los actores de esa disputa y de esa tensión eran todos porteños, los diputados del interior participaron poco de la secuencia institucional que se dio a partir del 25 de mayo. Además, la decisión de San Martín de venirse a Mendoza y de sumar fuerzas que no tenían que ver con Buenos Aires fue su primera decisión estratégica porque que corrió el foco de Buenos Aires logrando también que se creara la gobernación de la intendencia de Cuyo”, detalló.

El primer grito de libertad

Para el licenciado Juan Marcelo Calabria docente y ensayista además de autor del libro “San Martín Modelo de Líder Americano”, el 25 de Mayo fue una conjunción de antecedentes de variables americanistas y europeas. Todas estas variables confluyen en la Semana de Mayo cuando se conoció en Buenos Aires y otras partes de América la caída del gobierno español en manos de Napoleón Bonaparte.

El especialista indicó que en Mendoza, tal como señaló Figueroa, la noticia llegó durante la primera quincena de junio de 1810. Aquí se dan dos hechos, por un lado comienza un proceso deliberativo en el cabildo local y también llega un pedido de tropas por parte de la gobernación de Córdoba, de la cual dependía Mendoza, porque era allí donde se estaba dando la contrarevolución encabezada por el ex virrey Liniers.

“En Mendoza se da un proceso de dilación, durante junio, en donde el cabildo no toma una postura decidida. Solo unos días después de que llegue una nueva comunicación de la Junta de Buenos Aires para imponer las ideas en el ex virreinato, recién allí Mendoza decide apoyar a la Junta y lo que después sería la lucha por la independencia”, señaló.

Calabria añadió que tiempo después Mendoza ocupó un rol central en la revolución cuando a partir de la decisión del año 13 se conformó gobernación intendencia para que se concretara a fines de ese año un viejo anhelo de tener esta forma de gobierno cuyo primer gobernador fue Florencio Terrada, luego por Marcos Balcarce y José de San Martín. Y reflexionó: “Mayo significa sin dudas el comienzo del fin de la dominación española en América”.

Las libertades de ayer y de hoy

Daniel Palta, profesor de historia, comentó que estos temas se tratan en las secundarias en segundo año pero que sin embargo su abordaje es muy extenso y difícil para profundizar sobre estos temas en tan poco tiempo. “Trato de darlo de manera problematizada. De mostrar que no fue una revolución del pueblo sino de los grupos blancos, los grupos privilegiados y que no hubo consenso unánime de que la revolución iba a dar paso a la Independencia, de hecho la Junta jura en nombre del rey. Tampoco hubo una reacción unánime en todas las ciudades del virreinato del río de la plata”, recordó el docente. Respecto de la libertad de la que se hablaba en aquellos tiempos y contextualizado con el pedido de “libertad” que se hace ahora en medio de las medidas de confinamiento por el Covid-19, Palta recordó que un tercio de la población mendocina era esclava, las mujeres no tenían derechos y del cabildo abierto participaba quién era blanco, hombre y con propiedades.

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