La foto de la tierra agrietándose de lo que suele -o debería- ser el fondo del embalse Potrerillos es una constante para ilustrar la sequía en Mendoza. Sin embargo, este verano -o al menos en lo que va de la estación-, esta desoladora postal brilla por su ausencia, afortunadamente.
Y es que, luego de un invierno con abundantes nevadas en la Cordillera de los Andes, y como consecuencia de los primeros deshielos estivales, el nivel de Potrerillos estaba -al menos hasta el viernes- en 93%. Es decir, casi lleno en plenitud. De hecho, desde hace ya algunas semanas que el Departamento General de Irrigación (DGI) está dejando correr agua por el Río Mendoza, de Cipolletti hacia abajo, ya que ni el sistema ni los regantes precisan de esa agua para riego.
Se trata de una situación atípica y que no se evidenciaba desde la temporada 2008 - 2009, según destacó el director de Gestión Hídrica del DGI, Rubén Villodas a Los Andes. Y que, como resultado de un efecto dominó, permitirá que antes de que enero concluya, el agua haya llegado -a través del cauce del Río Mendoza- a sitios donde tampoco estaba presente desde hace 15 años.
De acuerdo a las previsiones, el agua podría regresar a los humedales comprendidos por el Sistema Leyes-Tulumaya, que incluye distintos espejos de agua y ecosistemas que se extienden entre las zonas rurales de Maipú y hasta Lavalle, pasando por Guaymallén. Incluso, siguiendo su curso, el agua podría regresar a Costa de Araujo y las tradicionales Lagunas del Rosario (en Lavalle), que en épocas precolombinas fueron precisamente lagunas, pero que no solo dejaron de serlo, sino que desde hace décadas son zonas muy castigadas por la sequía.
“Hacía mucho tiempo que no pasaba algo así. El hecho de que Potrerillos esté por encima de 90% significa que, en este momento, los riegos están tendidos y no turnado, por lo que riegan todos. Esto es porque ha habido una buena cantidad de agua que ha llegado a los embalses y no se puede entregar más, ya que la infraestructura y los cultivos no necesitan más”, explicó Villodas.
Por esto mismo es que, en el caso de Potrerillos, se está liberando y dejando correr agua por el Río Mendoza para que continúe aguas abajo.
“Calculamos que este fin de semana, con los aportes que se van a hacer, el agua va a poder llegar a Costa de Araujo. Estamos coordinando todo con Hidráulica, Defensa Civil y Bomberos para no tener problemas con la llegada en algunas zonas en las que hace año no llega”, agregó a su turno el subdelegado de agua del Río Mendoza del DGI, Marcelo Landini.
NIVEL RÉCORD EN 15 AÑOS
Hace unos días, en la zona de San Roque (Maipú, al Este provincial), el agua anegó un barrio popular. El tema es que este conglomerado se encuentra asentado en la traza del Río Mendoza, y como hacía más de una década que no llegaba el cauce hasta ese punto, varias casas precarias se habían instalado en el lugar.
Precisamente en esto es en lo que, de acuerdo a las palabras de Landini, ya están trabajando. Porque, así como ocurrió en este asentamiento de San Roque, podría ocurrir en otras zonas vulnerables y precarias que también se han instalado en el cauce del Mendoza.
“Por el río no llega agua hace más de 13 años a algunos de esos puntos, y por eso es que llegamos a situaciones que no podemos contener (como ocurrió en San Roque). Pero, al menos hasta ahora, aún no llega a Tres Porteñas el agua por el Río Mendoza. Porque se va consumiendo, ya que es terreno que está extremadamente seco”, agregó el subdelegado de agua del Río Mendoza del DGI.
“Con lo que vamos a erogar este fin de semana, esperamos llegar a la zona de Costa de Araujo. Y de ahí ya va a Gustavo André y La Asunción, que es donde están las Lagunas del Rosario. Pero son lugares donde va costar mucho que llegue el agua, dada sequedad de la tierra”, reforzó Landini.
Por su parte, Villodas insistió en el dato de que, en el dique Potrerillos, no había caudales con el nivel de los primeros días de este año desde la temporada 2008 - 2009.
“Los caudales comunes, en años normales o por encima, es de 120 m3 erogados por segundo. Claro que, después de tantos años seguidos de sequía, uno se olvida de lo que es un año normal. En el verano 2009, el caudal medio de enero fue de 127 m3/segundo, mientras que en los primeros 10 días de enero de este año el caudal promedio del Río Mendoza es 125 m3/segundo”, explicó el director de Gestión Hídrica del DGI.
Entre los años comprendidos entre la temporada 2008 - 2009 y la presente, los niveles siempre fueron bajos, con puntos menos y más críticos. Pero, concretamente, el año pasado los caudales de enero fueron extremadamente bajos. Por esto mismo es que, respecto al año pasado, el caudal actual es casi 3 veces más alto.
“Además estamos con un caudal 30% más alto que el de un año medio”, agregó Villodas.
“Lo razonable, más allá de esta situación buena, es siempre tatar de mantener las lecciones aprendidas de los últimos años y con sequías muy grandes. Y la agricultura mejoró todas sus prácticas de riego, la eficiencia y la forma de trabajar. No hay que olvidar que lo que pasó en los últimos años es lo que se espera en los próximos 20 o 30 años, por lo que es importante mantener estas prácticas”, advirtió Villodas, quien aclaró que se está entregado la misma cantidad de agua de todos los años a los regantes en el Gran Mendoza, y que la diferencia está en lo que se está liberado de Cipolletti hacia abajo.
POR QUÉ VOLVIÓ EL AGUA A ZONAS SECAS DEL RÍO MENDOZA
Desde el DGI explicaron que la situación beneficiosa en lo que hace a abastecimiento de agua que se observa en lo que va del verano 2024 repercute en la traza del Río Mendoza a partir del Dique Cipolletti (o lo que se conoce como “aguas abajo”).
“En estos momentos estamos dejando pasar al Río Mendoza, de Cipolletti para abajo, entre 20 y 25 m3/segundo. Eso es lo que no se introduce al sistema de riego. Por ejemplo, el jueves se erogaron 95 m3/segundo de Potrerillos. De ellos habrán llegado entre 75 y 80 m3/segundo a Cipolletti, teniendo en cuenta algunas filtraciones en el terreno durante el camino. Y son 50 m3/segundo los que se cargan al sistema de riego, por lo que entre 25 y 30 m3/segundo se dejan pasar río abajo”, se explayó sobre los detalles técnicos Villodas.
Esta situación de erogar agua de Cipolletti hacia abajo por el río es algo que no se hacía desde, por lo menos, hace 10 años. Y esto es lo que ha llevado a que en algunos sectores de la traza del Río Mendoza haya regresado el agua luego de tanto tiempo.
“Por lo general, el embalse que se alimenta con el Río Mendoza se llena en marzo. Incluso, hace un tiempo estaba la preocupación de lo bajo que estaba Potrerillos. Pero eso era porque había que hacer lugar para recibir toda el agua del deshielo. El agua que se ocupa en riego es casi 4 veces Potrerillos, por eso había que bajarlo lo máximo posible”, explicó por su parte Landini.
Luego de que en octubre el embalse llegara a su nivel más bajo por la sequía, a partir de ese momento la decisión fue la de mantenerlo así, sin dejar de atender la demanda de riego de primavera.
“Teníamos que prepararlo para lo que estamos recibiendo ahora. Estamos llegando al límite, a 6 días de que llegue al llenado completo. Por eso hemos empezado a liberar agua al río, tratando de atender también a las situaciones ambientales”, concluyó el subdelegado.
LA LAGUNA DEL VIBORÓN SIGUE SECA, PERO PODRÍA VOLVER EL AGUA
Ubicada en la zona rural de Maipú y parte de un sistema integrado por otros humedales de Guaymallén y Lavalle, la Laguna del Viborón llegó a ser cuna de un impactante ecosistema con más de 140 tipos de aves. Sin embargo, en los últimos tres años se redujo su extensión a niveles críticos y murieron una gran cantidad de peces. “Ya está seca”, destacó, con dolor y angustia, María Cristina De Huin, histórica pobladora de la zona, encargada del Club de Pesca Cristóbal Colón y nieta de quien fundó el lugar.
La Laguna del Viborón es uno humedales comprendidos por el Sistema Leyes-Tulumaya y es uno de los reservorios de biodiversidad y refugio de aves –permanentes y migratorias- más importantes del oasis norte de Mendoza. Pero la crisis hídrica la puso, primero en jaque, y luego en mate.
No obstante, pareciera ser que no toda la esperanza está perdida. Y es que, de acuerdo a las previsiones, con las próximas erogaciones del Río Mendoza -de Cipolletti aguas abajo-, el agua podría volver al humedal.
“Para los fines de semana largos de las Fiestas nos dijeron que estaban haciendo todo lo posible para que volviera el agua. Y llegó un poquito de agua, pero ya se secó de nuevo”, destacó De Huin a Los Andes.
En el lugar -con inspección de la municipalidad- se erradicaron algunas especies de tamarindo, un árbol invasor que tiene una alta demanda hídrica. Este ejemplar es uno de los grandes responsables de la sequía. Pero ni así ha sido suficiente.
“Si llega el agua de nuevo, los animales van a ser los primeros agradecidos. Porque hoy hasta los zorros vienen a vienen a tomar agua de la canilla, ya que no hay en otros lados”, concluyó la pobladora.