Ha pasado casi una semana desde que se dio a conocer el misterioso “incendio subterráneo” de Guaymallén. El panorama ha mejorado, sin embargo, la incertidumbre del caso sigue preocupando a los vecinos del lugar.
El inusual fenómeno ocurre en el Kilómetro 8 de ese departamento. Al día de la fecha, el humo generado desde el suelo ha cedido pero el área continúa con altas temperaturas siendo un riesgo para los habitantes del lugar.
Sergio Alesci, un habitante del lugar habló con Diario Los Andes, y comentó que la situación siendo preocupante.
“Es un peligro para todos nosotros, han continuado habiendo heridos. Está la situación controlada pero aún persiste el peligro”. “Nos habíamos puesto a disposición de las autoridades para ayudar a solucionar la situación, pero ellos también desconocen sobre la extensión del incendio”, afirmó Sergio.
“En abril, mis sobrinos estaban jugando en nuestra finca y se quemaron los tobillos - entre las zapatillas y el ruedo del pantalón- y eso nos alertó sobre la situación que se estaba dando. Ante el desconocimiento, decidimos nosotros mismos apagar el fuego, pero el humo y el calor sigue hasta el día de hoy”.
Sergió afirmó que es necesario que toda la comunidad del Kilómetro 8 esté en alerta y que no se generen fuegos intencionales: “Hay crear conciencia en todos los vecinos, nosotros tratamos de ayudar pero hay ciertos habitantes que siguen incendiando los cañaberales de la zona. Es necesario que todos los que viviendo en la zona no continúen prendiendo fuegos de manera intencional.”
Desde Defensa Civil recomendaron a los lugareños dejar de intentar sofocar el incendio abriendo zanjas ya que le daban una inyección de oxígeno al suelo y esa acción volvía a activar las llamas.
Qué dicen los expertos
Javier Gómez Figueroa, Licenciado en Ciencias Geológicas, docente y director de la carrera de geología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCuyo, habló con Diario Los Andes y explicó esta situación.
“Hace algunos años esa zona era un terreno pantanoso que poseía mucha materia orgánica. Con el correr de los años, eso se convertió en un barro con mucho porcentaje de carbono. En algún momento, esa materia se secó y quedó como una especie de carbón.”
“Ese carbón quedó actividado y cuando se empezaron a realizar actividades de las personas en la zona, como la quema de pastizales para la liempeza del suelo, el calor propio del fuego cercano activó ese carbón”.
“En este caso estamos hablando sólo de una combustición por ese propio del suelo. Sin embargo, no tenemos certezas de cuanto tiempo este quimico estará activado porque no se sabe la extensión del mismo”, afirmó Javier.