Por la crisis económica y la inflación, la pobreza monetaria escaló con fuerza en 2019 por lo que seis de cada diez chicos pasaron a tener sus necesidades básicas insatisfechas y más de uno, sufrió hambre.
Estos datos se desprenden del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia que elabora anualmente la Universidad Católica Argentina (UCA). En esta oportunidad lleva el título “Condiciones de vida de las Infancias Pre-pandemia COVID-19”.
Ese informe, elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, dice que la pobreza saltó entre los chicos de cero a 17 años saltó 7,8 puntos porcentuales en 2019 y alcanzó al 59,5% de esta población. Ese dato es, por lejos, el nivel más alto de la última década. La misma situación ocurrió con la indigencia: aumentó 3,9 puntos porcentuales, por lo que afectó al 14,9% de la población que va de cero a 17 años.
Si bien la información que se ofrece corresponde a la evolución 2010-2019, la UCA aclaró que la misma puede resultar desactualizada ante la actual crisis social y sanitaria disparada por el impacto de la pandemia y la cuarentena.
La UCA dijo que estos datos son la línea de base con la que podrá realizar comparaciones próximamente y evaluar cambios en la incidencia de los indicadores de derechos, así como en las brechas de desigualdad social 2019-2020.
Conurbanos
La situación era especialmente grave por su magnitud en el Gran Buenos Aires y áreas metropolitanas del interior del país, donde la pobreza alcanzó el 69,8% y 54,1% promedio, respectivamente en 2019.
El incremento en los últimos cuatro años, considerando los años de punta 2015-2019, fue significativamente mayor en las áreas metropolitanas del interior que en el Gran Buenos Aires, dado que se expandieron 17 y 12 puntos, respectivamente.
Aun así, las infancias bonaerenses son claramente las más afectadas en términos de la incidencia de la pobreza monetaria, y la indigencia que llega a casi 19%.
Cobertura social escasa
La UCA estimó que hacia finales del 2019, el 41% de los niños y adolescentes del país estaba recibiendo protección social a través de la Asignación Universal por Hijo (AUH) u otras transferencias sociales.
Durante este período de nueve años se registra un progresivo aumento de la protección social a través de estas asignaciones orientadas a los hijos de los trabajadores no registrados.
Este sistema de protección social progresivamente fue aumentando su nivel de cobertura, en un 35,8% se corresponde con AUH y el restante 5,3% a otras transferencias o programas.
En los últimos dos años (2018 y 2019) se agudizó de modo muy relevante la crisis socioeconómica y afectó especialmente a los hogares con niños
A medida que desciende la edad de los niños aumenta la protección social a través de la AUH y otros programas.El nivel de focalización en los sectores sociales más vulnerables es elevado, llegando al 60,3% de los niños en el estrato trabajador marginal y 42,4% en el estrato obrero integrado.
El nivel de cobertura próximo al promedio nacional se registra en el GBA y áreas metropolitanas del interior del país (43,7% y 43,2%, respectivamente).
“En los últimos dos años (2018 y 2019) se agudizó de modo muy relevante la crisis socioeconómica y afectó especialmente a los hogares con niños”, dice el informe. Y señala: La pobreza de tipo estructural a través del indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) sigue un curso estable con cierta tendencia a la baja, pero todavía afecta a 27,6% de los chicos en el país urbano.
¿Aislamiento seguro?
El informe dice que 21,8% de los chicos menores de hasta 17 años viven hacinados en la Argentina. Esto claramente imposibilita el distanciamiento social que exigen las políticas sanitarias en el marco de la pandemia de coronavirus.
Los indicadores del espacio del hábitat de vida siguen una tendencia muy estable a lo largo del tiempo, entre 2010 y 2019, pero con algunas mejoras relevantes en el último período como en el déficit de saneamiento y contaminación medio ambiental.
Mientras que la calidad de la vivienda y propensión al hacinamiento siguen una tendencia más estancada, según el informe académico, realizado sobre la base de datos relevados antes de la pandemia de coronavirus.
En cualquier caso los niveles de déficit siguen siendo muy elevados, en 2019, la contaminación medio ambiental afectaba al 46,9% de los chicos, el déficit de saneamiento al 40,1%, la calidad precaria de la vivienda al 23,9% y el hacinamiento al 21,8%.