Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile

El 14 de marzo de 1904 se inauguró el famoso monumento, justo sobre el recientemente definido límite entre Argentina y Chile. Más de 3.000 personas participaron del acto y la obra puso fin a una serie de conflictos entre ambos países.

Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile
Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.

La imponente figura de Jesús apoyado sobre una cruz -con su brazo izquierdo- y extendiendo el derecho con el ademán de estar dando una bendición. Sus pies, en tanto, se posan sobre un semicírculo que representa el globo terráqueo. De fondo, la siempre infinita Cordillera de los Andes, con el territorio chileno de un lado del redentor, y con las tierras argentinas del otro. El icónico monumento del Cristo Redentor de los Andes, una de las postales más clásicas de Mendoza, cumple este miércoles 13 de marzo 120 años desde su inauguración.

Símbolo de la unión y hermandad entre el pueblo argentino y el pueblo chileno -aquella hermandad que, pese al monumento, ha tenido y mantenido sus temblores a lo largo de toda la historia-, la figura de bronce de más de 7 metros de altura y que pesa cerca de 4 toneladas fue inaugurada el 13 de marzo de 1904 y con un acto que incluyó la presencia de funcionarios, ciudadanos y periodistas y fotógrafos de las dos naciones.

Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.
Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.

La ubicación del Cristo Redentor no es azarosa ni casual. Se encuentra en el límite exacto entre ambos países, a la altura del Paso Uspallata y a 3.854 msnm. La colocación y posterior inauguración del monumento, además, puso fin a las constantes y frecuentes amenazas de guerra entre Argentina y Chile, precisamente motivadas por la falta de consenso para determinar el límite internacional en ese sector de los Andes. Y la elección de Cristo como protagonista de la obra tampoco fue mera casualidad, ya que se decidió que fuese el mesías quien simbolizara la paz entre ambas naciones.

Al igual que el acuerdo de paz entre ambos países -y al que se arribó después de un laudo de Inglaterra que intentó dejar conformes a los dos, pero no lo hizo con ninguno-, el traslado y la instalación del monumento en el sitio no fue tarea simple. Porque la figura fue confeccionada en Buenos Aires, debió viajar más de 1.300 kilómetros en tren y luego fue subida hasta su ubicación actual a lomo de mula. Una tarea para nada fácil para más de 4 toneladas de bronce.

“Se desplomarán primero estas montañas, antes que argentinos y chilenos rompan la paz jurada a los pies del Cristo Redentor”, fue la histórica bendición -con tintes poéticos y épicos- que pronunció aquel 13 de marzo de 1904 el obispo de la diócesis chilena de San Carlos de Ancud, Ramón Ángel Jara durante la inauguración del monumento.

Desde entonces, y cada año, el Cristo Redentor es visitado por cientos de miles de personas, turistas y los propios mendocinos. La excursión al lugar puede hacerse en un solo día, en auto particular, con excursiones y hasta con moto y bicicleta. Cuenta con declaratoria como Monumento Histórico Nacional y Patrimonio Cultural de la Nación.

UN MONUMENTO PARA SIMBOLIZAR LA PAZ Y TERMINAR CON LA AMENAZA DE GUERRA

La idea de que la figura del monumento que estuviese ubicado en un punto clave y a la vez simbólico del límite internacional que separara a Argentina de Chile fuese la de Cristo surgió de una mujer de la alta alcurnia argentina por entonces. Fue Angela Oliveira Cézar de Costa, considerada una “dama patriota” por entonces -y amiga cercana de quien era el presidente, Julio Argentino Roca- quien, en 1899, pensó en la figura religiosa como un indiscutible ícono de paz y hermandad.

Ni bien le dio forma concreta a la idea, mantuvo una primera reunión con monseñor Marcolino del Carmelo Benavente, quien era el obispo de San Juan y también gran amigo de “Doña Ángela”. Sin dudarlo, Benavente dio su indiscutible apoyo a la idea. Y, a partir de ese momento, se inició una primera colecta de dinero para recaudar los fondos necesarios para concretar el proyecto en Mendoza, San Juan y Buenos Aires, promovida por Oliveira Cézar de Costa y Benavente. Por entonces, la política se mantenía fuera de la iniciativa (los primeros fondos salieron de los bolsillos de la sociedad).

Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.
Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.

También fueron “Doña Ángela” y el obispo de San Juan quienes se encargaron de elegir al escultor. La tarea le fue encomendada al catalán Mateo Alonso y con la tarea de eliminar la mayor cantidad posible de ornamentos. Se buscaba una obra realista, sobria y sin mayor espamento que el de la imponencia de su tamaño.

Los pasos iniciales ya habían sido dados, y -hasta ese momento- la política se mantenía al margen. Pero las relaciones diplomáticas entre Argentina y Chile no atravesaban su mejor momento. La siempre existente disputa por los límites internacionales había mantenido a ambas naciones en un clima de conflicto, y cada vez eran más frecuentes las versiones de una inminente guerra. En 1899, mismo año en que la dama patricia y monseñor Benavente habían terminado de dar forma a la idea del monumento, los presidentes de Argentina y de Chile habían mantenido una reunión en búsqueda de un acuerdo diplomático y pacífico en los asuntos limítrofes.

Pero no fue sino hasta el 20 de noviembre de1902 que el conflicto llegó a su fin, así como también los rumores, amenazas y advertencias de un conflicto bélico (los dos países habían ya hasta adquirido embarcaciones de guerra). Sin acuerdo de las dos partes, fue un laudo arbitral a cargo de un juez inglés lo que definió por dónde pasaba el límite binacional. Y, como era de esperarse, se fijó una línea intermedia entre lo que reclamaba Argentina y lo que exigía Chile.

Como reza el refrán popular, “muerto el perro, se acabó la rabia”. Definida la disputa territorial, ya había entonces un sitio perfecto para el Cristo Redentor que, además -y fiel a la ética cristiana- podría servir como metáfora de la paz.

Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.
Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.

Sin interrupciones y ajeno a las advertencias y amenazas, en Buenos Aires la construcción del monumento avanzaba a buen ritmo. Ya se tenían los bocetos y hasta se había comenzado con la fundición de las piezas que terminarían conformando la figura del mesías.

El mensaje de paz, en tanto, debía trascender lo meramente metafórico. Por esto mismo el obispo Benavente había solicitado que, en la fundición, se utilizaran los cañones de la Guerra del Paraguay.

LA APROBACIÓN DE ROCA Y EL TRASLADO A MENDOZA

Una vez terminado, siempre en Buenos Aires, la estatua de bronce de 7 metros y 4 toneladas fue exhibida en el patio del Colegio Lacordaire. Y hasta allí llegó el presidente Roca, invitado por su amiga Oliveira Cézar de Costa, para conocer el resultado final.

“La idea de la estatua de Cristo Redentor, para conmemorar la paz definitiva con Chile, me parece muy cristiana, muy patriótica y muy digna de aplauso. Iré con gusto a verla como usted me pide, y si, en efecto es una obra de arte como usted la juzga y en armonía con el gran objeto que debe simbolizar, no tendré inconveniente en cooperar a su colocación en una de las más altas cimas de los Andes, como para decir al mundo que estos dos pueblos han olvidado para siempre sus rencillas y vuelto a la vieja y gloriosa amistad. Me parece muy bien lo que usted piensa proponerles a los delegados chilenos, así la obra será común y tendrá más mérito”, respondió en una carta manuscrita Roca a su amiga luego de la invitación y según reconstruye Infobae.

Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.
Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.

Del lado chileno, el beneplácito también fue contundente y se sumó a la iniciativa y ceremonia de inauguración. Era mayo de 1903 y la mesa estaba servida para el acto que marcaría un hito binacional. Pero aún restaba lo más difícil: trasladar el monumento hasta el sitio señalado -el flamante límite propiamente dicho- e instalarlo allí. Mientras tanto, se le encargó al ingeniero mendocino Juan Molina Civit que construyera el pedestal en el lugar. El mendocino lo tuvo terminado para el 15 de febrero de 1904.

La figura de bronce, en tanto, completó en tren los 1.320 kilómetros que separaban a Buenos Aires de Las Cuevas. Sin embargo, aún restaban 8,5 kilómetros -en altura y en un camino sinuoso y de muchas curvas- para llegar hasta el límite y donde sobresalía el flamante pedestal. Ese último tramo, que dejó la estatua a 3.854 msnm se completó a lomo de mula, cargando la figura del Redentor.

MONTAJE E INAUGURACIÓN

Ya con todas las piezas juntas, el propio escultor Alonso fue quien se encargó de dirigir el montaje en el lugar. La figura fue colocada de manera tal que su mirada estuviese posada sobre la línea imaginaria del límite internacional. La misma mirada que al día de hoy se observa en el monumento.

La inauguración quedó fijada para el 13 de marzo de 1904, con la presencia de autoridades políticas, diplomáticas y destacadas figuras de ambos países, además de referentes de las fuerzas de seguridad. Casual -o causalmente- ni el presidente de Argentina -Julio Argentino Roca- ni su par de Chile -Germán Riesco- pudieron asistir al acto oficial de inauguración. Alegaron “cuestiones de agenda”, y en su lugar ambos enviaron a sus cancilleres.

Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Gentileza
Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Gentileza

En Puente del Inca, el hotel del lugar -hoy cerrado y abandonado- tenía capacidad completa. A tal punto de que se instalaron carpas en el lugar para alojar a todas las personas que habían viajado para ser parte del histórico momento.

Aquel domingo 13 de marzo de 1904 hubo, en total, más de 3.000 personas en la inauguración del Cristo Redentor de los Andes. Todas subieron hasta el lugar de la misma manera en que había llegado la figura de bronce: a lomo de mula.

En el acto, que incluyó las palabras históricas del obispo chileno Jara, se entonaron las estrofas de los dos himnos nacionales, se dispararon 21 salvas y se descubrió el imponente monumento.

Una réplica de este monumento del Cristo Redentor de los Andes se encuentra actualmente en el Palacio de la Paz, en La Haya, y donde sesiona la Corte Internacional.

CÓMO VISITAR EL CRISTO REDENTOR

El monumento del Cristo Redentor de los Andes se ubica en el Paso Uspallata, ubicado a casi 9 kilómetros de Las Cuevas. Se puede llegar en cualquier vehículo e, incluso, en moto y bicicletas (anualmente se hace un encuentro de moteros de Argentina y de Chile en el lugar, y también es visitado por ciclistas que aman la aventura).

Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.
Cristo Redentor, el símbolo que trajo paz y puso fin a las amenazas de guerra entre Argentina y Chile. Foto: Archivo Los Andes.

Para llegar hasta Las Cuevas, desde la Ciudad de Mendoza, hay que tomar la ruta 7 y seguir por el corredor internacional, camino al Paso a Chile. Sin embargo, en Las Cuevas (a 206 kilómetros de Mendoza) hay que salir por la ruta A006, desviándose del corredor que desemboca justamente en el Túnel Internacional Cristo Redentor (recibe ese nombre por el monumento).

Esos últimos casi 9 kilómetros son de una ruta irregular, con un camino sinuoso y muchas curvas y contra curvas. Pero es en ese camino donde se comienza a observar en plenitud de la imponencia de los Andes. Y, habiendo pasado esos mini caracoles, se llega al majestuoso monumento.

Cada persona puede ir por su cuenta, o bien contratar una excursión. El tiempo total de viaje desde la Ciudad de Mendoza hasta el Cristo Redentor es de 3 horas y media (de ida y la misma duración de vuelta).

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