Una mujer quedó gravemente herida después de que su pareja la sometiera a una “crucifixión” y luego la incendiara. Oksana Kuzmenko, de 40 años, relató en el tribunal cómo su novio, Oleg Shchegolikhin, de 33 años, la clavó a una tabla de madera de pies y manos antes de rociarla con gasolina y prenderle fuego. Este acto de brutalidad ocurrió después de que Kuzmenko terminara su relación con él.
Kuzmenko, quien trabajaba como gerente de reclutamiento, sufrió quemaduras tan severas que cambiaron su vida para siempre. Su aspecto se transformó drásticamente debido a la tortura infligida por su exnovio.
Shchegolikhin, un soldador, fue condenado a 12 años en una colonia penal de régimen estricto por intento de asesinato con “extrema crueldad”. Sin embargo, se ofreció como voluntario para luchar en la guerra de Vladimir Putin contra Ucrania, lo que podría reducir su tiempo en prisión.
La víctima testificó valientemente contra Shchegolikhin, describiendo cómo la amenazó de muerte en el taller de reparación de automóviles en Ekaterimburgo, en el este de Rusia.
Kuzmenko relató a los agentes la espantosa experiencia que había vivido, la cual, según dijo al tribunal, fue seguida por una paliza que duró una hora por parte de su novio.
Los policías encontraron a la mujer en un “estado terrible”, según escuchó el tribunal, y más tarde le diagnosticaron quemaduras graves en las extremidades superiores, el tracto respiratorio superior, el cuello, la cara y las nalgas.
Presentaba heridas profundas en las extremidades debido a los clavos y a un “sacacorchos” y se encontraba en estado “grave” en el hospital. Kuzmenko también informó al tribunal que Shchegolikhin había ocultado su pasado como convicto, con sentencias previas por secuestro, robo, agresión y conducir en estado de ebriedad.
La abogada de Shchegolikhin, Olga Polishchuk, anunció después del juicio que apelaría la condena porque su cliente “nunca tuvo la intención de matarla” cuando la clavó a una tabla y la incendió. Polishchuk afirmó: “Durante los interrogatorios y en el tribunal, él siempre decía: ‘La amaba’”.
Shchegolikhin planea apelar la condena por intento de asesinato, pero mientras tanto ha solicitado un plan que le permitiría recibir el perdón de Putin después de cumplir seis meses en la guerra. “Él va a la guerra”, dijo Polishchuk. “Escribió una declaración al ejército ruso en octubre. Al participar en la guerra, él podría compensar su crimen”, añadió.