Las intoxicaciones alimentarias pueden producirse por exceso de consumo de alguna sustancia, por la ingesta de algo contaminado o en mal estado. Incluso, en temporada de altas temperaturas, como la que se está iniciando, estas pueden verse favorecidas por interrupción de la cadena de frío de algún alimento o su conservación inadecuada. Estas pueden no revestir gravedad o por el contrario, para ciertas personas, tener consecuencias más severas. Sin embargo, inevitablemente harán pasar un mal momento e incluso afectar las actividades.
El médico toxicólogo Francisco Dadic, especialista en Medicina Interna y director de “Toxicología Hoy” enumeró cuáles son las intoxicaciones alimentarias más frecuentes.
Por un lado, hizo referencia a aquellos agregados de la industria que pueden resultar nocivos: “Durante los últimos 2 mil años, no solo la alimentación de los seres humanos y, sobre todo, la de Occidente, sufrió un detrimento importante en cuanto a su calidad y pureza, sino que hoy hay una gran variedad de sustancias que, colocadas en los alimentos procesados para dar mayor textura, sabor o color tienen efectos nocivos para el organismo. Las gastroenterocolitis y los trastornos mal-absortivos se han trasformado en enfermedades muy frecuentes”.
Además, agregó: “La mayoría de las personas conoce el término dispepsia, colon irritable e, incluso, gastritis, y casi todos ellos han sufrido en algún momento de su vida un episodio de diarrea o vómitos por comer comida en mal estado”.
En otro plano, se refirió a aquellas provocadas por algún microorganismo. Explicó que existen muchas enfermedades gastrointestinales agudas y tres de las más frecuentes son la shigelosis, la salmonelosis y el síndrome urémico hemolítico por E. coli.
La salmonelosis es una enfermedad causada por la ingesta de una bacteria llamada Salmonella. Al igual que otras gastroenterocolitis bacterianas, está estrechamente ligada al consumo de ciertos alimentos sin adecuada preparación.
“En el caso de la Salmonella, ésta tiene la particularidad de alojarse en el intestino de los animales contaminados y transmitirse a través de sus heces. Durante la faena y procesamiento (en caso de pollos o vacas), estos pueden contaminarse y llegar al comensal, que desarrolla la patología”, detalló.
Entre los alimentos en los que puede ser más frecuente se cuentan la carne vacuna y de ave, huevos de gallina y pato, leche y productos lácteos, pescados y camarones (por agua contaminada con heces), aderezo preparado con huevo no pasteurizado, frutas y verduras (no lavadas correctamente).
“De todos estos, los más frecuentes son los huevos. Se sabe que, en un ave de postura infectada, por la capacidad que tiene la Salmonella de colonizar los ovarios de la gallina, algunos de sus huevos salen contaminados. Si este huevo es mantenido a temperatura ambiente, sin una adecuada refrigeración, las bacterias comienzan a multiplicarse en su interior. Por lo tanto, los platos con huevo como ingrediente y sin una cocción completa (postres como tiramisú, mousse y helados sin pasteurizar, platos a base de huevos revueltos, omelette o mayonesa casera) presentan un mayor riesgo”, expresó.
Existen algunos factores como tener de mascota un ave de corral o tomar agua contaminada en zonas de sanidad deficiente.
Una vez infectada, la persona puede desarrollar la enfermedad días después y lo más característico es una gastroenterocolitis (inflamación del estómago, el intestino y colon). Los síntomas típicos son vómitos, dolor abdominal, fiebre y diarrea con moco y sangre. Si bien no reviste mayor gravedad en un adulto sano, puede ser mortal en personas con inmunidad deficiente, ancianos o niños menores de 2 años.
El tratamiento consiste en una amplia hidratación y el tratamiento antibiótico específico.
Cómo evitar intoxicaciones alimentarias
El doctor Dadic ofreció algunos consejos para evitar intoxicaciones alimentarias:
1-Nunca volver a congelar los alimentos ya descongelados.
2-Antes de manipular un alimento, lavarse muy bien las manos.
3-Extrema precaución con los alimentos lácteos y los huevos, sobre todo en épca de calor. Vigilar su fecha de caducidad. Limpiar bien la cáscara de los huevos y secarla antes de usarlos. Hacer lo mismo con la piel de la fruta antes de comerla.
4-Cocinar los alimentos al menos a 70º C porque a esa temperatura la mayoría de los microorganismos mueren. Asegurarse de que los alimentos no queden crudos en su interior, sobre todo, los filetes muy gruesos, el huevo y el pescado.
5-Evitar la carne picada en menores de 5 años.
6-No mezclar alimentos crudos y cocidos. La contaminación cruzada es uno de los principales riesgos en la cocina: si la carne está contaminada por patógenos y se la corta en la misma tabla que la manzana o con el mismo cuchillo, no se evitará la infección.
7-Observar los cambios de olor o color de un alimento porque son señales de alarma.
8-Descongelar los alimentos en la heladera, no afuera.
9-Consumir inmediatamente la comida preparada y no reservarla a temperatura ambiente ya que cuando los alimentos cocinados se enfrían, empiezan a proliferar los microorganismos. Cuanto más tiempo pasa, más peligro hay.