Los perros de vida libre son aquellos que se desplazan sin restricciones por el espacio público. Entre éstos están los que tienen dueño, pero deambulan sin correa, los comunitarios que viven en la calle bajo el cuidado de una comunidad, y los callejeros, sin dueño ni cuidados.
Los animales de vida libre mantienen algún tipo de vínculo con los humanos, principalmente porque dependen de su accionar para alimentarse. Por otro lado, existe otro grupo de perros denominados asilvestrados o cimarrones, que han perdido su dependencia de los seres humanos y sobreviven de manera independiente en ambientes naturales.
Los perros que deambulan en libertad representan un riesgo significativo tanto para la salud pública como para los ecosistemas, por lo que un grupo de especialistas del Conicet, a través del proyecto “Perros de vida libre del Gran Mendoza”, se ocupa esta problemática con el objetivo de conocer cuál es la situación en el área metropolitana y alrededores y trabajar junto a los gobiernos municipales para generar planes de gestión.
Uno de los principales problemas de los perros de vida libre radica, justamente, en su libre movimiento. ¿Por qué? En las ciudades los perros de vida libre pueden atacar a las personas, a otro animal doméstico o a la fauna silvestre que habita en las ciudades y sus alrededores, así como también pueden generar accidentes de tránsito con autos y bicicletas. En los ambientes naturales y rurales, como el piedemonte de Mendoza, pueden atacar y perseguir a la fauna silvestre y al ganado doméstico, generando un impacto directo sobre la biodiversidad y sobre las economías familiares de los puestos ganaderos. Además, representan un riesgo indirecto en la transmisión de enfermedades o parásitos a las personas, u otros animales no humanos.
Casi 5.000 mil animales
Durante el otoño y la primavera de 2023, en el marco del doctorado de Rocío Soledad Fleitas (llicenciada en Biología, orientación Zoología), se realizó un muestreo intensivo en el Área Metropolitana de Mendoza (AMM) donde se obtuvo más de 4.800 registros de perros de vida libre. En algunas zonas, como barrio La Favorita, se identificaron más de treinta animales en una misma manzana.
Actualmente, se está llevando a cabo el primer muestreo de perros de vida libre con cámaras trampa en el piedemonte, lo que nos permitirá conocer cuál es la situación de este problema en la zona rural y natural aledaña al AMM. Ya se realizaron las primeras campañas de relevamiento y se cuentan con varios registros fotográficos de estos animales en esa zona. A partir de los relatos de los puesteros, se sabe que en los últimos años los perros de vida libre aparecen cada vez con más frecuencia y en mayor número, por lo que estamos ante un escenario de preocupación y que podría empeorar si no hacemos nada. Puntualmente, el proyecto “Perros de vida libre del Gran Mendoza”, una de cuyas conductoras es la doctora en Biología Daniela Rodríguez, investigadora del Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (Iadiza), busca hacerse cargo de este problema de manera integral a través de cuatro ejes de acción-investigación.
El proyecto es el segundo de este tipo que se está realizando en la provincia (en 2021 se llevó a cabo un proyecto similar en La Paz). Pretende abordar estas problemáticas del modo más holístico posible, integrando tanto los factores sociales como ambientales. Por un lado, aspira a conocer las percepciones de las personas del Área Metropolitana de Mendoza (AMM). Esto implica lo que la gente sabe y cree sobre el cuidado de las mascotas, sus modos de tenencia y su sentir en relación a la presencia y el manejo de los perros de vida libre. Para ello en 2023 se realizó una encuesta online que fue respondida por más de 1.000 mendocinos que compartieron su mirada sobre estos animales y su forma de tenencia. Otra de las líneas de trabajo está relacionada con el registro y sistematización de datos de los perros de vida libre en ambiente urbanos y periurbanos del AMM, donde no sólo se evalúa cuántos perros hay, sino también las condiciones físicas en que se encuentran, la disponibilidad de recursos y el comportamiento ante la presencia humana. Esto permite determinar áreas específicas que requieran acciones más urgentes para el abordaje de diferentes problemáticas. Para ello se trabaja en el diseño e implementación de una aplicación de celular para la gestión de datos, algo similar a lo que se hizo con la gestión de datos del arbolado público en Mendoza.
Una tercera secuencia de investigación-acción tiene que ver con analizar qué está pasando en las zonas rurales con los perros de vida libre, ya que se maneja la hipótesis de que el AMM actúa como centro de dispersión de perros de vida libre que luego ascienden por el piedemonte hacia las zonas rurales, donde se organizan en jaurías sin ningún tipo de supervisión humana, lo que podría interpretarse como las primeras etapas del proceso de asilvestramiento. Para este objetivo, se trabaja con los puestos productores del piedemonte para determinar el impacto que los perros de vida libre tienen sobre su actividad ganadera, ya que son ellos quienes nos informan sobre las jaurías de perros y el ataque de estos animales sobre su ganado caprino y ovino.
Un último apartado de trabajo está centrado en la articulación con los municipios para realizar de forma conjunta medidas concretas que fomenten la sanidad y bienestar animal. En el mes de agosto se llevó a cabo, junto a la Municipalidad de Godoy Cruz, la primera campaña de vacunación y desparasitación de los perros de los puestos del piedemonte de ese departamento. Estos perros son protectores, protegen al ganado de posibles amenazas como los perros de vida libre, el puma o los zorros. Al vacunar estos animales se minimiza la posible transmisión de enfermedades y parásitos a la fauna silvestre como así también a otros animales domésticos. Estas acciones no solo mejoran la salud de los animales domésticos, sino que también contribuyen a la conservación de la biodiversidad, por lo que sería necesario que este tipo de acciones se implementen una vez al año en toda la zona del piedemonte en todo el AMM.
Los y las responsables de esta iniciativa esperan que más municipios se sumen a la cruzada, que no sólo fomenta la salud y el bienestar de los animales de compañía, sino que también protege nuestro entorno natural. De este modo, buscan fomentar la coexistencia entre la fauna silvestre, los animales domésticos y las comunidades humanas.
En cuanto a la gestión de la problemática que representan estos animales, no existe una solución única y que cada contexto debe ser abordado de manera específica, con planes de gestión a largo plazo que incluyan objetivos a corto y mediano plazo. Las acciones actuales, como la castración, vacunación y desparasitación de mascotas, son positivas, pero no resuelven por completo el problema. Por ello, una de las medidas claves es generar un cambio en la forma en que los mendocinos se vinculan con los animales de compañía.
Es importante destacar que este tipo de acciones concretas conforman una estrategia fundamental para disminuir los conflictos y fomentar la conservación de la biodiversidad. Las castraciones y vacunaciones son estrategias que deberían implementarse de forma permanente en sitios clave de Mendoza, como las áreas protegidas y sus zonas de influencia directa, así como también los ambientes naturales y rurales asociados a las grandes metrópolis provinciales (Gran Mendoza, San Rafael, General Alvear y Malargüe). Más allá de estas acciones concretas llevadas a cabo desde el Estado, es fundamental reflexionar sobre el papel que deben asumir los ciudadanos en estas problemáticas socio-ambientales.
Quizás el problema de los perros de vida libre habla más de nosotros como dueños de mascotas, que de los mismos canes que solo siguen su naturaleza animal.
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar