En los informes del mes de julio se pudo observar un retraso en la carga de datos por parte de la provincia en el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud. De los 624 muertos que reportó Mendoza en lo que va del mes, 304 ocurrieron entre agosto y diciembre del año pasado.
Desde el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes, aclararon que no se trata de un atraso, sino de modificaciones basadas en cambios en los criterios epidemiológicos. Según nos explicaron se trata de un trabajo técnico científico de bioestadística, dichas estadísticas vitales cierran al mes de mayo de cada año, es decir se analizan de mayo a mayo.
“No es un retraso, analizamos certificado de defunción por certificado de defunción, y vemos cual es la causa de muerte, si coincide con algunas de las causas de muerte por Covid-19, y si estaban cargado en el sistema SISA, que es el sistema que la Nación a dispuesto para el seguimiento de esta enfermedad y podemos notar algunas inconsistencias”, explicó Daniela Stella Asesora de Gabinete de Salud e integrante del equipo de Epidemiología.
“Inconsistencias porque los criterios epidemiológicos han ido evolucionando, hay personas que el año pasado fallecían después del Covid-19 por un infarto y lo consideraban una cardiopatía y no como un fallecimiento vinculado al evento inicial que fue el Covid-19. Esto lo fuimos incorporando a medida que la Organización Mundial de la Salud iba cambiando los parámetros y criterios epidemiológicos”, agregó Stella.
Según pudo explicar la funcionaria no se trata de una demora en la carga, sino de una modificación de los datos en virtud de los análisis de los certificados de defunción. Hasta el momento se ha corregido la base 2020. Daniela Stella remarca que, a mayo del 2022, puede cambiar la situación, ya que pueden modificarse los criterios “De mayo a mayo nosotros vamos a tener al finalizar un número consolidado que es lo que se llama el dato decantado, que ha atravesado todos los filtros de la enfermedad. Ahora lo que tenemos son datos dinámicos, los que vemos diariamente en los partes. Que no se van a semejar seguramente al dato consolidado porque pasan por una evaluación”.
Stella dejó en claro que esta situación no genera complicaciones en la evaluación que hace de la pandemia y de la situación de Mendoza el ministerio “Los datos que impactan en SISA son datos que el ministerio ya tiene. Cuando hacemos el censo de camas UTI, y tenemos una ocupación de tantas camas y después hay una ocupación menor, el dato es que se desocupa por un alta o por fallecimiento. Entonces vamos teniendo el control, y no se dificulta tomar medidas sanitarias o restricciones”.
Además, la funcionaria explicó que los datos viajan a organizaciones mundiales, y que Mendoza ha sido reconocida por el trabajo minucioso de reparación de datos que realiza “Si no existiera la pandemia en este momento estaríamos hablando de muertes por cardiopatías, por enfermedades como cáncer de útero, etc. En Mendoza este trabajo es histórico, hoy surge esto porque es el primer análisis de estadística vitales que se hace en el contexto de pandemia”.
Por su parte, la infectóloga de adultos Noelia Linero detalló “El SISA tiene dos patas, la carga clínica de los síntomas del paciente, que lo hace un médico o un administrativo, y la carga del resultado del estudio, que eso sí lo tiene que hacer el bioquímico. Para poder cargar en SISA hay que realizar un curso, y tener una autorización, una clave y un usuario. Tiene que haber gente capacitada en el uso del sistema”.
La profesional relató que inicialmente la carga de fallecidos había caído en manos de unos pocos autorizados para usar el sistema, pero con el tiempo se fue capacitando gente para ayudar en la carga y agilizar el sistema.
“En el criterio clínico epidemiológico creo que, hay un subregistro muy marcado, porque el médico que habitualmente hace el diagnóstico por criterio clínico epidemiológico, es un médico que está en un centro respiratorio o en la guardia. Ese profesional, la mayoría de las veces no usa el SISA, entonces ese dato se pierde. Si no hay alguien que revise los libros de guardia o las historias clínicas de toda la consulta ambulatoria, el diagnóstico de criterio por clínico epidemiológico se pierde”, detalló la infectóloga.
Según explicó la doctora Linero los laboratorios tienen la obligación de declarar todos los positivos y negativos, todo el que se hisopó tiene que quedar cargado. El criterio clínico epidemiológico solo se carga cuando la persona llega con síntomas, pero si ese paciente va a una guardia, o un centro ambulatorio, el médico le hace el diagnóstico de criterio clínico epidemiológico, pero no queda volcado en el sistema SISA.
Otro es el caso de los contactos estrechos, en el momento que tienen síntomas se transforman en contagios, en caso positivo, sino antes no debe tomarse como tal. Cuando se llena la ficha epidemiológica de un caso, se tiene que tomar el dato del enfermo y de todas las personas con las que se expuso para poder hacer el seguimiento. Pero el caso estrecho debe manifestar síntomas para que se transforme en un positivo, y ahí es un caso confirmado por criterio clínico epidemiológico, al que se le puede o no hacer un hisopado para confirmar este criterio.
“Hay un subregistro, pero la tendencia es la misma, la línea de tendencia o disminución se mantiene. El retraso en los datos, al médico que está en la atención primaria no le afecta tanto en la toma de decisiones, creo que dificulta más en decisiones generales, que toma el Ministerio de Salud, por ejemplo, la apertura o no de actividades, apertura de fronteras, etc.”, relató la profesional.
Y agregó, “No hay tantos subregistros de fallecidos, hay retraso en las cargas. Pero si hay subregistros de los contagiados no hisopados. El dato de los fallecidos es un dato importante, que se utiliza para hacer una evaluación final, pero no rige las conductas que hay que tomar en tiempo real, como si, la curva de los contagios y el índice de positividad”.
Según Linero, el año pasado esta situación se reflejaba con el seguimiento telefónico de los casos positivos. Sucedía que cuando una de las personas convivientes presentaba síntomas, se le daba indicaciones y seguimiento, pero el dato no quedaba volcado en el sistema SISA.
Para cerrar Linero remarcó “El sistema de salud está sobrecargado, y las tareas administrativas complejizan más la situación”.