Día del Animal: por qué en Argentina se celebra el 29 de abril y no el 4 de octubre, como el resto del mundo

En todo el planeta se conmemora especialmente a los animales por el día de San Francisco de Asís, el santo católico que dejó sus riquezas y dedicó parte de su vida a los animales. Desde 1908, en Argentina se utiliza otra fecha.

Día del Animal: por qué en Argentina se celebra el 29 de abril y no el 4 de octubre, como el resto del mundo
Foto: José Gutiérrez / Los Andes

Cada 29 de abril es una excusa perfecta para mimar de manera especial a nuestras mascotas ya que, aunque lo hagamos un poco cada jornada, el Día del Animal se presta a una muestra de cariño especial. Con el tiempo también se ha convertido en un momento adecuado para la concientización y la divulgación de información que proteja a animales salvajes.

Eso, que en el resto del mundo ocurre el 4 de octubre, en nuestro país sucede el 29 de abril. En principio, el Día del Animal surgió en conmemoración de San Francisco de Asís, el santo católico que se despojó de todas sus riquezas y dedicó su vida al servicio no solo de la gente, sino también de los animales.

La historia del italiano cuenta que consideraba a los animales hijos de Dios y los llamaba “hermanos”, y que hasta se dirigía a ellos y éstos lo escuchaban y obedecían. Es famoso el relato de su intervención en la localidad de Greccio, donde logró que un lobo salvaje no atacara a la población.

En 1929, declararon el 4 de octubre como el Día Mundial de los Animales, por iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal en un congreso celebrado en Viena. En 1980, el papa Juan Pablo II declaró a San Francisco de Asís como patrono de los animales y de los ecologistas.

Día del Animal en Argentina

Desde 1908, en Argentina se utiliza otra fecha. El Día del Animal se celebra en el país todos los 29 de abril en conmemoración del fallecimiento de Ignacio Lucas Albarracín, un abogado que fue el gran pionero de la lucha por los derechos de los animales a nivel nacional.

El letrado nació en la capital de Córdoba en 1850, y tras obtener su título de grado decidió dedicar su vida a la defensa de los animales. Es bien conocido que insistió con que, aunque tuviesen un nivel de raciocinio inferior al del hombre, no se debía martirizarlos ni castigarlos.

Así fue que Albarracín se involucró con profundamente con esta iniciativa, y en 1879 se convirtió en secretario de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales, sucediendo a Domingo Faustino Sarmiento en su presidencia, en el año 1885. Desde allí fue un precursor en la lucha contra las riñas de gallos, la doma de potros, corridas de toros y tiro a la paloma.

De hecho, el abogado fue el mayor impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales (N°2.786) que se promulgó en 1891, que luego sería la base legal que incorporó la Liga Internacional de los Derechos del Animal (1977) y la ONU.

Él mismo junto al doctor Ponciano Vivanco, presidente del Consejo Nacional de Educación la celebración de la Fiesta del Animal, gestionaron la efeméride tomando como ejemplo la festividad del Domingo del animal que se realizaba en Londres por los pastores de las iglesias.

Un año más tarde, en 1908, se organizó la primera Fiesta del Animal en Argentina para el 29 de abril. Y aunque esa edición luego se hizo el 2 de mayo por cuestiones meteorológicas, la fecha elegida se repitió en los años siguientes.

Paradójicamente, como si fuera un designio del destino, Ignacio Lucas Albarracín falleció el 29 de abril de 1926, el mismo día de los animales por el que tanto hizo y luchó. Luego de su muerte, la fecha fue reasignada como el Día del Animal en Argentina.

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