El Hospital Notti es el centro de referencia para la salud pediátrica en Mendoza. Y en el día de hoy, en que se conmemora el Día internacional del cáncer infantil, es el día propicio para conocer cómo transitan su enfermedad los pacientes en este lugar.
Según explica un informe del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de Mendoza, “desde el Servicio de Oncología y Hematología del Hospital Pediátrico Humberto Notti, se alimenta la esperanza de las familias a través de dos emotivas ceremonias de las que participan sus pacientes”. Esto es, el tratamiento para los chicos no sólo se enfoca en la cuestión del tratamiento de la enfermedad en sí, sino en el cuidado de la salud emocional de los pacientes y también de sus familiares.
Tal como explican desde el Notti, las leucemias suelen ser los tipos de cáncer más común entre niños y adolescentes, al representar el 40% del cáncer infantil. “Sin embargo, con el tratamiento adecuado, quienes padecen esta patología han aumentado sus posibilidades de sobrevida alcanzando un 80% o 90% de curación, lo cual resulta un dato esperanzador para transitar el proceso”, aclaran.
Aunque el cáncer pediátrico no es prevenible, un diagnóstico y tratamiento temprano son claves para mejorar las posibilidades de supervivencia. Es crucial siempre prestar atención a signos o síntomas de malestar anormal que persistan en niños, niñas y adolescentes.
El médico Guillermo Arbesú, jefe de Hematología del Hospital Notti, expresó que “los niños con leucemia reciben un tratamiento de quimioterapia que dura dos años, posteriormente, controlada la enfermedad, siguen los controles sin recibir quimioterapia hasta cumplir los cinco años desde el diagnóstico. Ese día se les da el alta ya que las probabilidades de volver a una leucemia son cercanas a cero y pasan a controles anuales de paciente curado”.
Ceremonias emotivas en el Notti: el sonido de la esperanza
Desde hace tiempo, en el Hospital Notti se lleva a cabo una ceremonia muy especial llamada “Campanas de Vida”. El nombre surgió a través de las redes sociales y consiste en hacer sonar una campana para anunciar el alta definitiva de las y los niños que han completado su tratamiento, es decir, tras cinco años de terapia ya no presentan ningún tipo de sintomatología.
Inicialmente esta ceremonia era llevada a cabo de manera interna por personal médico de Hematología con un aplauso de despedida en la sala de espera a niños que regresaban sanos a sus hogares. Posteriormente, se sumó una torta y un diploma a la celebración.
Pero dado que la emoción que produce un alta definitiva (en pacientes, familiares y personal en general) es tan significativa, surgió la necesidad de hacer partícipe a toda la comunidad del Notti. “La campana es algo que se hace en otros lugares y es muy simbólico ya que se entera el resto del hospital que ese día se cura un niño”, explicó Arbesú.
En 2004, el pequeño Agustín Gil obtuvo su tan ansiada alta médica y su familia, al enterarse de este acontecimiento, donó una campana al hospital para que sonara cada vez que un paciente saliera de alta.
Arbesú contó que los días de alta concurren familia, amistades, vecinos, compañeros del colegio y demás personas que han acompañado a cada paciente desde durante el tratamiento. “Se arma una fiesta muy emocionante y conmovedora, en la que nosotros recibimos una alegría muy importante ya que es una fiesta de los pacientes que nos permiten compartirla”.
Acompañar a los niños con cáncer a transitar su tratamiento es, sin duda, un acto de amor y cualquier persona ajena a la familia puede ser parte, sumándose de manera voluntaria. En este sentido, Arbesú destacó que “quien se acerque que lo haga de manera desinteresada y sostenida, es decir, que venga una vez cada tres o seis meses, o una vez al año”,
El Hospital Notti cuenta con las áreas de Servicio Social y Psicología, que brindan apoyo, soporte y contención para las familias, trabajando en conjunto con las obras sociales, el Programa Apoyo al Paciente Oncológico y la Casa de Ronald McDonald, que da hospedaje a la gente que viene de lejos.
Murales para concientizar
Pajaritos volando se llama la iniciativa que nació en 2016, consiste en la elaboración de murales que invitan a la sociedad a tomar conciencia sobre el cáncer infantil y su prevención. Estas obras artísticas se conforman de mosaicos de cerámica, cuyas figuras y dibujos son realizados por infantes de la Isla 2 de Hematología Oncológica del Notti, quienes encuentran en estas actividades un medio de contención y expresión.
El resto del trabajo es completado por un equipo de muralistas voluntarios de distintos departamentos de la provincia, que trabajan con la artista plástica Luisa Olguín, coordinadora de la Brigada Muralista. El grupo se reúne en la sala de lectura de la Biblioteca Popular Municipal Juan Bautista Alberdi (Guaymallén), donde integran las piezas realizadas por niñas y niños.
El nombre de la propuesta Pajaritos volando proviene de la asociación con el hornero, especie local que se caracteriza por sus nidos de barro y por el cuidado de su familia. Asimismo, “un pájaro dibujado simbólicamente, sería un diseño fácil para que los niños trabajen”, reflexionó Olguín.
Este año el mural se inauguró en Santa Rosa y, al igual que en años anteriores, se eligió este departamento a pedido de las familias que participan de esta actividad. El dibujo de los mosaicos comenzó en septiembre del año pasado y el taller se realiza cada 15 días.
Cabe aclarar que esta iniciativa surgió hace ocho años y cuenta con obras montadas en Luján de Cuyo (2016), Junín (2017), Godoy Cruz (2018), General Alvear (2019), Las Heras (2020), San Martín (2021), Rivadavia (2022).