De las 3.307 especies de vertebrados identificadas y que habitan en territorio argentino, al menos 576 se encuentran amenazadas y en peligro de extinción. Esta proporción equivale a 18% de las especies totales, por lo que -a simple vista- la alarmante conclusión es que 2 de cada 10 se encuentran en riesgo. Y, de esas 576 especies, 45 ya han sido catalogadas en “peligro crítico”, según destacaron desde la Fundación Temaikén.
Más allá de ser alarmante de por sí las cifras, el hecho de que 454 especies identificadas no hayan sido evaluadas todavía -para determinar su estado de preservación y si están o no en riesgo- deriva en la posibilidad de que el porcentaje pueda ser aún mayor.
Aves como el cardenal amarillo (presente en Mendoza) y el loro maracaná, reptiles y anfibios como la tortuga de tierra y la rana patagónica, y mamíferos como el huemul son algunas de las especies amenazadas. A ellas se suman, además, otros grupos, como moluscos y plantas, quienes también se ven afectados.
“Las cifras del estado de la biodiversidad son alarmantes. Pero a través de esfuerzos coordinados, mucho compromiso y dedicación, podemos marcar la diferencia”, destacó la directora de Conservación, Educación, Ciencia y Salud de la Fundación Temaikén, Paula González Ciccia.
Desde la fundación se han sumado -como referentes en Argentina- al movimiento “Revertir el Rojo”, que unifica experiencia y esfuerzos de conservación integrados y reúne a cientos de organizaciones de conservación, bioparques, jardines botánicos, zoológicos y acuarios.
“Revertir el Rojo está centrado en mejorar el estado de conservación de nuestra vida silvestre, llevándolo del rojo (señal de alerta) al verde (poblaciones sanas y sustentables)”, agregó González Ciccia.
Este miércoles 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha creada para recordar y concientizar sobre lo importante que es “cuidar el único hogar que tenemos”, además de impulsar medidas concretas y urgentes que ayuden a mitigar la contaminación y remediar los daños ya generados.
El Día Mundial del Medio Ambiente se celebra desde 1973 y la fecha se eligió porque el 5 de junio de 1972, se desarrolló en Estocolmo (Suecia) la primera gran conferencia sobre temas relativos al medio ambiente, conocida como la Cumbre de Estocolmo.
ESPECIES AMENAZADAS EN ARGENTINA
De acuerdo al completo informe elaborado por la Fundación Temaikén, y con el foco centrado en el territorio argentino, 24,8% de los mamíferos, 33,3% de los reptiles, 29,14 % de los anfibios, 10% de las especies de aves que viven en el país se encuentran bajo amenaza.
En el caso de los mamíferos, y de acuerdo al estudio, estas especies representan uno de los grupos con mayor porcentaje de especies amenazadas (casi 25%). En Mendoza, por ejemplo y según información de los organismos locales, los principales mamíferos amenazados son el puma, los guanacos y los zorros, todas especies protegidas por leyes provinciales y nacionales de Fauna.
Entre las principales amenazas para los mamíferos a nivel nacional se destacan la pérdida, la degradación y la fragmentación del hábitat, aunque no son menores otras como atropellamientos en rutas, caza ilegal y tráfico, presencia de perros asilvestrados, incendios, interacción con especies exóticas invasoras, reducción de presas, enfermedades y pesca incidental en especies marinas.
En cuanto a los reptiles, en tanto, 33,3% se encuentra bajo alguna categoría de amenaza. Y aquí las serpientes y las lagartijas son las más amenazadas. Y si de anfibios se trata, 29,14% de estas especies se encuentra en alguna categoría de amenaza.
Entre las principales causas del declive de las poblaciones de anfibios, en tanto, se destacan la pérdida y destrucción del hábitat debido al avance de la frontera agropecuaria, la deforestación, la contaminación, los incendios, el impacto de especies invasoras, la utilización particularmente para el consumo humano y el comercio como mascotas, entre otros.
Las aves, en tanto, también atraviesan un momento difícil si de preservación hay que hablar. En Argentina se han identificado 1.033 especies de aves silvestres y, de acuerdo con la última categorización -según su estado de conservación-, 734 (poco más de 71%) se encuentran categorizadas como no amenazadas.
En tanto, 107 de esas especies (10,3%) están incluidas en alguna categoría de amenaza de extinción (18 en peligro crítico, 54 en peligro y 53 amenazadas.
“Las dificultades en la conservación de la avifauna argentina son variadas y abarcan desde la introducción de especies exóticas invasoras hasta la caza furtiva de algunas aves. Sin embargo, la principal causa que afecta a casi todas las especies es la pérdida y degradación de su hábitat natural”, resumieron desde la Fundación Temaikén.
Con respecto a las plantas, en Argentina hay 10.254 especies. A diferencia de lo que sucede con los animales, en esta población no se conoce cuál es el riesgo de extinción de muchas de ellas. Y Misiones concentra casi la tercera parte de toda la flora argentina (3.418 especies identificadas, lo que representa casi 31% de toda la flora argentina).
A nivel mundial, en tanto, hay más de 44.000 especies en peligro de extinción de las 77.000 especies totales incluidas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Al menos, 41% de los anfibios, 26% de los mamíferos, 13% de las aves, 21% de los reptiles, 37% de tiburones y rayas y 36% de los arrecifes de corales se encuentran amenazados y podrían desaparecer, según este listado de la UICN.
En la actualidad, también de acuerdo a los datos de la Lista Roja, hay -al menos- 69 especies catalogadas como extintas en estado silvestre. Esto significa que han desaparecido de su área de distribución natural y ahora existen solo bajo cuidado humano.
Y, de acuerdo al más reciente informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, según su sigla en inglés), alrededor de 1 millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción, la cifra más alta en la historia de la humanidad.
ASÍ SE TRABAJA EN ARGENTINA PARA EVITAR LA EXTINCIÓN DE ESPECIES
El movimiento global “Revertir el Rojo” es una de las acciones concretas en que se está trabajando para intentar revertir la situación de estas -al menos- 576 especies de vertebrados que se encuentran amenazadas de extinción.
Y en Argentina, este movimiento cuenta con Fundación Temaikén como uno de los referentes fundamentales en la región. Por medio de proyectos y programas de conservación, se ha logrado ampliar la protección -por ejemplo- del cardenal amarillo, un ave cantora y diezmada por el tráfico para mascotismo.
También se está trabajando en el rescate y recuperación del caracol de Apipé (minúsculo caracol que vivía en el río Paraná) y que se vieron afectados y hasta diezmados por la construcción de una represa.
La rana patagónica (anfibio de la provincia de Neuquén) es otra de las especies que se encuentra en “Peligro Crítico de extinción” y a raíz de la degradación de las lagunas donde habitaban, así como también de la mano de la introducción de especies exóticas.
El guacamayo rojo (Ara chloropterus) es otra de las especies en que se lograron avances significativos para su reaparición. Y es que esta ave, extinta hace 150 años en el país, volvió a volar en el cielo argentino y gracias al aporte y la intervención de especialistas en reproducción de aves.
Sobre los huemules también se han enfocado trabajos puntuales. Se trata de una especie de ciervo nativo en un crítico peligro de extinción (quedan entre 350 y 500 huemules en Argentina) y que se encuentra amenazado por la caza, la degradación del ambiente, la desnutrición y las enfermedades asociadas a esto.
Algo similar ocurre con el aguará guazú, una especie de zorro de mayores dimensiones, y que se encuentra amenazado ya que -increíblemente- es víctima de mitos populares. Pero, además, la cacería, los atropellamientos, el mascotismo y la modificación y fragmentación del hábitat aportan a este riesgo.
“La extinción es real, pero hay esperanza y resultados tangibles. El último Informe Planeta Vivo de WWF reveló una disminución media mundial de 69% en las poblaciones de animales silvestres entre 1970 y 2018, con niveles alarmantes como un promedio de - 94% en América Latina y el Caribe”, destacaron desde Fundación Temaikén.
“Sin embargo, en las últimas tres décadas, acciones de conservación han salvado al menos 47 especies de mamíferos y aves de la extinción inminente”, agregaron.
En ese sentido, explicaron que existen evidencias a nivel mundial referidas a que los programas de conservación están teniendo buenos resultados. En especial, cuando se incorporan estrategias de trabajo con animales y plantas bajo cuidado humano. Y ejemplificaron que ello es lo que ha ocurrido con el guacamayo de Lear, el caballo de Przewalski, la rana morada y el cocodrilo filipino, entre otros.